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"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio" (Cicerón) "Toda verdad pasa por tres fases: primero, es ridiculizada. Segundo, se le oponen violentamente. Y tercero, es aceptada como auto-evidente." (Schopenhauer) * Newsletter de opinión e influencia, sin ánimo de lucro ni subvencionado con dinero público o privado, fundado en enero de 1984 por Francisco Poveda, periodista profesional licenciado en la Universidad Complutense desde 1976.
El Partido Socialista ha
celebrado durante toda la semana –y lo que te rondaré morena– su triunfo
en las elecciones del domingo. El tuit fijado desde el lunes presume de
Andalucía una pintada de rojo salvo algunos puntos moteados que, de no
saber de lo se trata, parecería un mapa escolar con unos pocos lagos
azules y algunos parques naturales en verde. Según informa el PSOE, han
ganado en 9 de cada 10 municipios. Y añade una cifra que impresiona:
¡698 municipios! Tra, tra.
Decía Disraeli, aquel político victoriano que está en santoral mayor de los tories,
que hay tres clases de mentiras: "las mentiras, las malditas mentiras y
las estadísticas". Haber ganado en el 90% de los pueblos, sí, ¡nada
menos que el 90%! suena a éxito arrollador, a triunfo de leyenda, a
susanazo para la Historia. La realidad en votos es que las tres derechas
han superado a las tres izquierdas. Probablemente el PSOE cuenta con
que su clientela está formada por lo que John Allen Paulos llamaba hombres anuméricos,
que en definitiva es lo que somos la mayoría, pero la sobreexcitación
triunfalista –al grito de "PSOE, oé, oé, oeeeeeeeé… oé, oé"– siempre
delata una debilidad que se intenta ocultar.
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En realidad, la victoria en votos de las tres derechas es
desigual. No es un triunfo a tres bandas. Quizá Sergio Leone titularía
esto Un Triunfador, un Medioqué y un Muerto. El gran fracaso corresponde a Ciudadanos, cuyo mayor error fue precisamente integrarse alegremente en las tres derechas
más allá de Andalucía, donde se justificaba por la alternancia. Marín
tuiteó el 10N, con esperanza, que sería "una noche larga". Sin duda no
imaginaba que, como en la canción de Aute, les aguardaba ‘la noche más
larga’ hasta perder medio millón de votos. Ya son leyenda. ¡Qué manera
de perder…! como cantaba Sabina del Atleti.
El PP exhibe sus galones tramposamente, como va siendo
costumbre. Su gráfico es de proporciones más falsas que los huevos del
caballo de Espartero. Es como si en lugar de unas decenas de miles de
votos, hubieran ganado un 25%, ahí es nada. Su gráfico fake
ilustra un aumento dos veces y media mayor que la realidad. En realidad
al PP le sucede como al PSOE, simulando euforia al agradecer a los
870.000 andaluces que les apoyan de modo que han ganado 4 escaños… como
si acabaran de ganar Euromillones. La realidad es menos complaciente:
del medio millón de votos perdidos por Cs, ellos no atraen ni siquiera
100.000, de modo que sigue existiendo una derecha partida en dos mitades
pero ahora la otra mitad no es un partido constitucionalista moderado
sino una fuerza radical de extrema derecha. Glorioso.
Y Moreno Bonilla añade en otro tuit: "86.000 votos más en
tan sólo 6 meses. Los españoles premian el trabajo". A ver, si esos
86.000 votos más son un premio al trabajo bien trabajo, ¿quiere decir
que los 500.000 votos menos de Ciudadanos son un castigo al trabajo mal
hecho? Por cierto, mal hecho por la mitad del propio Gobierno Moreno
Bonilla. ¿Ésa es su conclusión? Brillante.
La verdad es que con amigos como éstos, ¿quién necesita
enemigos? Claro que Ciudadanos no necesita enemigos, porque de momento
se bastan ellos mismos para la autoliquidación. En definitiva, el
Gobierno andaluz no ha rentabilizado el poder, a pesar de la poderosa
maquinaria de propaganda puesta en funcionamiento. Aquí el triunfador es
Vox, y de hecho ha optado por la sobriedad. Va a continuar usando su
posición de ventaja en el Parlamento andaluz –familia que vota unida…
etcétera, como enseñaba el Padre Peyton– para hacer caja.
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El tuit más gráfico es el de Adelante Andalucía… porque
en realidad no hay ninguno. Y no hay nada tan expresivo como la nada.
Eso sí que es revelador. Adelante Andalucía no tuiteó para evitar
sumarse a los corridos de milongas, que en su caso sería vendiendo el
éxito de perder otros cien mil votos y tres escaños.
En cambio, Teresa Rodríguez sí que tuiteó, con uno de esos arrebatos
raciales, en el papel de Pasionaria de Rota, lanzando una maldición como
las hechiceras de las viejas historias. En fin, quizá atraviesa una
fase entre esotérica y evangélica porque este jueves en el Parlamento
hablaba de "los fariseos y los cómplices de Herodes".
Claro que el
lenguaje racional no es fácil cuando se han quedado ya en la mitad de lo
que representaban cuatro años atrás. Es más fácil maldecir que dar una
respuesta de ese fracaso.
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