CARTAGENA.- La comisión especial de investigación de
 la desaladora de Escombreras, que tenía previsto cerrar las 
comparecencias el próximo miércoles, ampliará su actividad debido a la 
gravedad de las revelaciones del exdirector de la planta sobre posibles 
irregularidades, entre ellas la manipulación del medidor de arsénico.
Todos
 los grupos se mostraron proclives a ampliar las citaciones para 
esclarecer las posibles repercusiones sobre el medio ambiente y la salud
 de la población en las actuaciones de los responsables de la planta, 
aunque el portavoz parlamentario del PP, Víctor Martínez, las ha 
condicionado a que la declaración ante el Seprona del antiguo director 
de la desalinizadora esté avalada por informes técnicos.
El 
secretario general del PSOE, Rafael González Tovar, calificó de 
«espeluznante» que «conforme se tira del hilo, haya elementos más 
preocupantes» en la gestión de la planta, mientras que su homólogo de 
Podemos, Óscar Urralburu, tildó de «vergüenza» que se pueda haber 
cometido «un atentado medioambiental y contra la salud pública». 
Por su parte, el portavoz de la comisión y 
de Ciudadanos, Miguel Sánchez, dijo que si se demuestran los hechos 
denunciados, pedirán que se depuren responsabilidades políticas, puesto 
que se añadiría a un posible caso de «corrupción política un atentado 
contra la salud pública». 
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