"La idea es hacer tan sencillo como 
sea posible las transacciones financieras para todas las personas del 
mundo, vivan donde vivan y tengan o no tengan cuenta bancaria", 
explicaron fuentes de Facebook, principal impulsora de Libra, que 
se basa como el resto de criptomonedas en una tecnología de cadena de 
bloques o "blockchain".
La criptomoneda, con la que se venía especulando desde 
hace días pero que no se ha confirmado de forma oficial hasta este 
martes, no dependerá directamente de la empresa de Mark Zuckerberg, sino
 que estará gestionada por un consorcio de empresas agrupadas bajo la 
Asociación Libra con sede en Ginebra (Suiza).
Estas 
empresas, que reciben el calificativo de "miembros fundadores" dentro de
 la asociación, incluyen, además de Facebook, a Visa, Mastercard, 
Vodafone, PayPal, eBay, Spotify, Uber, Lyft, Booking Holdings 
(propietaria de Booking.com, Priceline.com y Kayak.com) y la firma 
argentina de comercio electrónico Mercado Libre, entre otras.
"Para
 que una divisa global tenga éxito, no puede estar controlada por una 
sola entidad y aún menos por una entidad comercial como Facebook. 
Facebook tendrá voz en la asociación como todos los otros miembros, ni 
más ni menos", dijeron desde la red social.
Para
 llevar a cabo la integración de la criptomoneda en sus servicios, la 
empresa de Menlo Park (California, EE.UU.) creará una subsidiaria 
financiera, Calibra, que sí dependerá íntegramente de Facebook y en la 
que no participarán el resto de miembros fundadores de la asociación.
El
 primer producto de Calibra será una cartera digital para criptomonedas 
Libra accesible inicialmente desde WhatsApp y Messenger (ambas propiedad
 de Facebook), aunque fuentes de la compañía explicaron que los 
planes son poder ampliarla en el futuro a otros servicios como Instagram
 o el propio portal de Facebook.
La cartera, que 
también tendrá su aplicación independiente para sistemas operativos 
Android e iOS, saldrá en 2020, "cuanto antes, mejor", aseguraron desde 
Facebook.
Ante la gran cantidad de escándalos 
vinculados a la privacidad y la gestión de los datos de los usuarios que
 han salpicado a la compañía en los últimos meses, esta se esmeró en 
garantizar que Calibra no compartirá información de la cuenta o datos 
financieros con Facebook ni con terceros "sin el consentimiento del 
cliente".
Así, según la empresa, las transacciones que
 se lleven a cabo mediante Calibra no influirán, por ejemplo, en los 
anuncios que luego le aparezcan al usuario en la red social, salvo que 
este haya dado permiso expreso para ello.
Sí se 
compartirán datos financieros con terceros, sin embargo, con los 
siguientes propósitos: cumplir con la ley de cada país, proteger las 
cuentas de los clientes ante posibles fraudes, permitir el procesamiento
 de pagos y evitar la actividad delincuente.
A 
diferencia de la criptomoneda más popular actualmente en el mercado, 
Bitcóin, Libra estará respaldada por una cesta de activos subyacentes, 
es decir, que contará con una reserva compuesta por depósitos bancarios y
 deuda soberana de varios países que fijarán su valor y reducirán la 
volatilidad.
"Bitcóin es muy volátil, lo que la hace 
perfecta para gente que quiere usarla como un activo de inversión, pero 
nosotros queremos una divisa de baja volatilidad que la gente pueda usar
 en su día a día", apuntaron desde Facebook.
La 
idea es que, al recibir un pago en Libra, los usuarios puedan decidir si
 mantienen ese valor en la moneda digital o lo cambian a su divisa 
doméstica acorde con la conversión que corresponda y lo transfieren a un
 banco local.
Pese a ejercer de facto de "banco 
central" de la criptomoneda, las fuentes consultadas aseguraron que la 
Asociación Libra "no definirá una política monetaria", sino que la 
cantidad de Libra en circulación vendrá determinada exclusivamente por 
la demanda que haya en el mercado.
Para acuñar nuevas 
criptomonedas en caso de que la demanda crezca, habrá unos "revendedores
 autorizados" por la asociación que deberán depositar en la reserva un 
valor equivalente en otras divisas a la cantidad que quieran "imprimir",
 y el proceso opuesto tendrá lugar en caso de que se retiren monedas de 
la circulación.