MURCIA.- El juzgado de instrucción de Murcia que 
investiga los presuntos delitos en la adjudicación y explotación de la 
desalinizadora de Escombreras ha desestimado la petición de la fiscalía y
 no ha accedido a acordar la intervención judicial de la planta como 
medida cautelar.
 La resolución, que ha sido notificada este miércoles a
 las partes del proceso, deniega también la solicitud del fiscal de que 
se anotara en los registros oficiales la prohibición de disponer de los 
derechos de crédito que recíprocamente ostenten las empresas encargadas 
de la promoción y construcción de la planta.
 Por
 el contrario, accede a que se anote de forma preventiva la prohibición 
de disponer de las instalaciones, que se prolongará durante cuatro años si 
antes no se dispone otra medida.
 Al
 rechazar la mayor parte de las solicitudes de la fiscalía, planteadas 
en diciembre pasado, dice hacerlo porque considera que las medidas 
cautelares reclamadas o no son necesarias o no tienen un soporte legal.
 Sobre
 la intervención judicial de la planta, recuerda que los dos anteriores 
administradores de la sociedad Desaladora de Escombreras, investigados 
en esta causa, ya fueron removidos en sus puestos y sustituidos por dos 
funcionarios públicos.
 También,
 que es preciso que la planta pueda seguir con el cumplimiento de su 
función sin sufrir interferencias que puedan originar una ralentización 
de la producción de agua.
 Al 
referirse a la anotación preventiva sobre la prohibición de los derechos
 de crédito que recíprocamente ostenten las empresas, comenta que la 
legislación hipotecaria cierra la puerta a que puedan acceder al 
registro situaciones jurídicas no reales.
 Por
 otro lado, el auto indica que en la comparecencia judicial de diciembre
 el letrado de la comunidad autónoma de Murcia no se opuso al 
nombramiento de un interventor judicial, aunque reclamó que perteneciese
 a la Intervención General del Estado.
 Por
 su parte, los letrados de los investigados se opusieron a la adopción 
de las medidas cautelares planteadas por el fiscal tras exponer, entre 
otras consideraciones, que de las diligencias practicadas no se deducía 
la existencia de indicios con relevancia penal que la aconsejaran.
 En
 estas diligencias figuran como investigadas más de una treintena de 
personas, entre ellas, el exconsejero de Agricultura y Agua Antonio 
Cerdá, que declaró en el juzgado en junio de 2018, y altos cargos de las
 empresas constructoras y explotadoras de la planta, del grupo ACS 
(Actividades de Construcción y Servicios).
 Para
 la fiscalía, que presentó la querella en 2015, los hechos investigados 
podrían ser constitutivos de hasta siete delitos, entre ellos, los de 
prevaricación, malversación de caudales públicos, cohecho y fraude.
 
 
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