La "Operación
Sandman" u hombre de arena se refiere a un movimiento
internacional en el que, el pasado 24 de abril, 142 países habrían
decidido rechazar el dólar como moneda de intercambio internacional.
Esta acción formaría parte de una transición hacia un nuevo
sistema financiero mundial, denominado "sistema financiero
cuántico", y marcaría el fin de la hegemonía del dólar.
Puede
que la "Operación Sandman" no se mencione en los
informes del FMI ni en las columnas del Wall Street Journal,
pero se rumorea en las trastiendas y salas de juntas, desde Berlín
hasta Pekín.
¿La teoría? Un acuerdo mundial y silencioso
entre docenas de países para deshacerse del dólar, derrumbando su
dominio sin disparar un tiro. Sin ruedas de prensa. Sin titulares.
Sólo un éxodo coordinado del sistema basado en el dólar que ha
mantenido a EEUU en la cima y al resto del mundo en la deuda. Antes
se negaba la desdolarización y parece que ahora está en marcha.
Según
Medeea Greere ya ha comenzado la operación Sandman.
Informa que más de cien naciones están vendiendo bonos del Tesoro
estadounidense en un ataque sincronizado diseñado para provocar el
colapso del dólar y doblegar a EEUU, pero el presidente Trump
está preparado para aplastar este golpe mundialista y para diezmar
la maquinaria de guerra financiera del lado oscuro.
Esto no sería
sólo una represalia, sino además el comienzo de la justicia
económica mundial. El lado oscuro está sudando, el trono del dólar
se tambalea, y Trump es el único que no finge que todo está
bien.
A su
juicio, el sistema se está resquebrajando, y las grietas no proceden
de manifestantes ni de políticos, sino de los propios bancos
centrales. Algunos funcionarios de los bancos centrales europeos se
preguntan si aún pueden confiar en la Fed para obtener dólares en
tiempos de crisis.
Esto no es una discusión política sino una señal
de alerta, una advertencia. Y se parece mucho a la operación
Sandman: el plan para una retirada coordinada del dólar por
parte de naciones hartas de participar en el juego monetario de
Washington. Si eso es cierto, entonces este sería el
principio del fin del castillo de naipes mundialista.
DESCONFIANZA
Esta
semana, varios funcionarios bancarios europeos alertaron a puerta
cerrada, preguntándose si aún se puede confiar en la Fed para
proporcionar liquidez en dólares en momentos de tensión económica.
Ese código se traduce en la siguiente frase: “Si llega la
próxima crisis, ¿estará allí EEUU o dejará que nos hundamos?”
Si los bancos centrales pierden la confianza en la Fed como
prestamista mundial de última instancia, se convertiría en realidad
la operación Sandman, y se evaporarían como la niebla
matutina el petrodólar, el mercado de bonos y el
apalancamiento mundial de EEUU.
Históricamente,
la Fed ofrecía líneas swap de dólares a bancos centrales
aliados, actuando como un tanque de oxígeno de emergencia para el
mundo. Pero esa confianza se vio fracturada durante años de política
fiscal imprudente, inestabilidad política y, ahora, crecientes
indicios de caos interno.
Cuando los propios aliados cuestionan la
fiabilidad del dólar, significa que el sistema ya no es sagrado. La
Fed ha perdido su aura de invencibilidad, y ahí es cuando empiezan a
caer las fichas de dominó.
DESDOLARIZACIÓN
Durante
años, la desdolarización se consideró una conspiración, hasta que
empezó a ocurrir. China y Rusia han intensificado el
comercio en yuanes y rublos. Los países BRICS están
construyendo un marco financiero alternativo. Incluso en las
conversaciones de la OPEP se ha planteado la idea de fijar el precio
del petróleo en divisas distintas al dólar.
Ahora se
amplía el círculo, con las dudas expresadas por los bancos
centrales europeos. Lo que antes era marginal ahora es el centro de
atención. Ya no se trata de ideología. Se trata de
auto-conservación. Si se desploma el dólar, también lo harían
todos los países que dependen de él. Y cada vez más actores
deciden que prefieren no estar en ese barco que se hunde. ¡Sálvese
quien pueda!
PÁNICO
Mientras
se desarrolla este cambio mundial, ¿qué hace la Fed? Imprimiendo.
Adoptando posturas. Presa del pánico. Años de flexibilización
cuantitativa, caos en las tasas de interés y esquizofrenia fiscal
han convertido al banco central más poderoso del mundo en una
reliquia inflada, adicto a las crisis e incapaz de disciplinarse.
¿El
resultado? Los acreedores extranjeros ya no están convencidos de que
EEUU pueda gestionar su propia economía, y mucho menos ofrecer
estabilidad a otros. Cada bono liquidado. Cada línea de swap
cuestionada. Cada dólar desviado: todo socava la ilusión de control
que la Fed ha construido durante décadas.
La
operación Sandman ya no es una fantasía sombría: es el
resultado inevitable de décadas de mala gestión. Cuando tus propios
aliados empiezan a cuestionar los cimientos, estos ya están
resquebrajados. Y lo único que salva al dólar de una espiral
descendente es un líder que entienda el apalancamiento, el riesgo y
el poder.
El
presidente Trump acaba de cancelar todos los impuestos sobre
horas extras, con efecto inmediato. El lado oscuro está en pánico,
los burócratas aúllan, y los trabajadores están ganando. No más
sanciones por el trabajo duro. No más robo disfrazado de "impuestos
justos". Esto es una guerra económica.
https://amg-news.com/boom-operation-sandman-in-motion-100-nations-launch-coordinated-strike-to-obliterate-the-u-s-dollar-trump-ready-to-crush-the-mundialist-coup/
TORMENTA
EN EL VATICANO
Según
Ethan White de Gazeteller, pocos días después de la
muerte del papa, una tormenta arrasó el Vaticano: el jefe de
los jesuitas, llamado “el papa negro” fue destituido en
silencio como máximo poder fáctico del Vaticano. La versión
oficial habla de dimisión, pero la realidad nos dice que fue una
extracción. El nombre en clave fue “Operación Polvo de Oro 7”.
Esto no
fue sólo una reestructuración religiosa. Fue una operación
quirúrgica contra una de las instituciones más ocultas de la
Tierra. Los jesuitas no eran simples misioneros. Eran guardianes de
los códigos de antiguos rituales de linaje.
Dirigían redes de
inteligencia, campañas de guerra financiera y programas ocultistas
que se remontan al sacerdocio babilónico y a los Templarios. Su
lealtad nunca fue a Cristo. Fue al control. Esa lealtad se ha roto
ahora.
En
coordinación con el QFS, se congelaron a mediados de abril las
cuentas negras del Vaticano. Agentes estadounidenses, en colaboración
con miembros del Vaticano, forzaron la entrada a bóvedas
subterráneas bajo la iglesia de San Ignacio.
Lo que
encontraron fue asombroso: oro nazi, bonos anteriores a la primera
guerra mundial, e incluso lingotes de una corporación estadounidense
de 1871. Cada onza fue confiscada y trasladada a la base aérea de
Andrews bajo el control del Tesoro. No eran reliquias
espirituales sino herramientas de control mundial.
Todo
esto forma parte de un proyecto más amplio conocido sólo por unos
pocos: el Proyecto Ecclesia. No se trata sólo de
eliminar a los malos actores. Esta fue la jugada maestra de Trump:
un esfuerzo nacido a la sombra de Davos 2020, cuando los
medios se burlaron de él, pero él se reunía con desertores del
Vaticano. Cardenales de alto rango, personas con información
privilegiada y víctimas de chantaje estaban listos para cambiar de
opinión.
Lo que
surgió de esos encuentros fue un plan de alto nivel para transformar
el Vaticano desde dentro. Sin medios de comunicación. Sin
ruedas de prensa. Sólo acción. Los objetivos están claros:
restaurar la conexión de la Humanidad con la verdad sin la
intervención de Roma, borrar los códigos rituales
incrustados en la sociedad, recuperar la riqueza mundial robada
durante siglos de guerra y pobreza planificadas y desmontar el engaño
espiritual del Vaticano.
Y
funcionó, porque se han abierto los archivos del Vaticano y
están saliendo a la luz sus secretos oscuros. Desesperado por curar
la herida abierta, Roma ha instalado al cardenal Robert
Francis Prevost como el nuevo papa León XIV. Un
mundialista nacido en EEUU y vinculado al Perú.
Los medios lo
calificaron de triunfo inclusivo, pero en realidad fue una cortina de
humo. León XIV es la marioneta del sistema, no su redentor.
El experto del Vaticano, Leo Zagami, revela cómo el nuevo
papa es una continuación de la toma de control mundialista de la
Iglesia Católica y será utilizado para librar una guerra contra el
presidente Trump.
https://www.infowars.com/posts/exclusive-vatican-insider-leo-zagami-reveals-how-the-new-pope-is-a-continuation-of-the-mundialist-takeover-of-the-catholic-church-will-be-used-to-wage-war-against-president-trump
Predica
la justicia social, la compasión migratoria y la unidad. Pero lleva
mucho tiempo oponiéndose a la agenda soberana de Trump. Atacó
al vicepresidente Vance, elogió la apertura de fronteras y la
disolución económica.
Trump felicitó públicamente a León
XIV, pero su verdadera elección, el cardenal Timothy Dolan,
quedó fuera del cónclave porque era una espina clavada en la
maquinaria mundialista, y fue bloqueado porque el Vaticano no
se podía arriesgar a un papa que apoyara a Trump.
Pero
mientras el Vaticano cambiaba de figura, se instaló el poder
real. Asumió el verdadero control espiritual una coalición conocida
como el Protocolo del Manto Blanco, una fuerza de élite
compuesta por clérigos alineados con la liberación de la Humanidad.
Han tomado las riendas de la maquinaria desmontada de Roma y
ahora están ejecutando la siguiente fase.
Su
misión es cortar los vínculos del Vaticano con la red
bancaria mundial, descubrir los antiguos engaños elaborados desde el
Concilio de Nicea, recuperar pergaminos suprimidos, exponer
enseñanzas sagradas y verdades cosmológicas enterradas durante
siglos, y poner fin al trauma psicológico codificado a través de
siglos de control ritual.
Esto no
es sólo una exposición. Es una ejecución. Roma ya no tiene
la última palabra sobre la salvación, sobre Dios, ni sobre la
verdad. La guerra espiritual ha trascendido a los vitrales y los
altares de mármol. Ahora se libra en campos de batalla digitales,
bóvedas bancarias confiscadas y salas de interrogatorio militar.
¿Quiénes
intentaron advertirnos? Rosanne Barr, Alex Jones, Lin Wood, el
general Flynn, sacerdotes y obispos que rompieron filas.
Fueron censurados, ridiculizados y excomulgados. Pero cada palabra
que gritaron era cierta. Esto nunca se trató de rezar. Siempre se
trató de programar. Y ahora se ha roto el hechizo.
El papa
Francisco, guardián del último bastión real de la
manipulación religiosa mundial, se ha ido. Es irrelevante si murió
en paz o si se le ayudó a guardar silencio. Lo que importa es quién
estuvo en el centro de la tormenta: Trump. No necesitaba la
tiara. No necesitaba el trono. Derribó todo el templo desde fuera.
El mundo
no necesita un nuevo papa. Necesita liberación. ¿Y Roma? Roma ya
está cayendo, no con espadas, sino con silencio, confiscaciones y
extracción estratégica. El mundo observa, y la élite no puede
detener lo que se avecina. La cruz ya no es una jaula. Es una
bandera de batalla. Y el hombre que lidera la carga no se esconde
tras un púlpito.
https://gazetteller.com/breaking-trump-launches-secret-military-coup-on-vatican-jesuit-general-captured-vaults-raided-gold-flown-to-u-s-bases-black-sun-destroyed-and-mundialist-pope-leo-xiv-installed-as-cover/
(*) Periodista