CIEZA.- Una ola de protestas y movilizaciones en contra del rearme en España y Europa y de la disminución del gasto social recorre nuestro país. Podemos-Cieza se suma a ella, y denuncia "la hipocresía de un gobierno que se autodenomina de progreso pero que no duda en someterse a los dictados de la OTAN y, por tanto, de los Estados Unidos, aceptando desviar un porcentaje muy alto de los recursos públicos al gasto militar".
En opinión de María Jesús Fernández Ortiz, portavoz de Podemos-Cieza, "la disyuntiva es clara: o el gobierno se desmarca de los afanes belicistas de sus socios atlantistas o los partidos de izquierdas que lo integran deberían salir del mismo de inmediato".
Para esta portavoz, "el pensamiento progresista de izquierdas es por su propia naturaleza pacifista y, además, no es posible mantener simultáneamente niveles elevados de gasto militar y de gasto social".
En Podemos tienen claro que la decisión de armar hasta los dientes a los países europeos la ha tomado la OTAN, "y los gobiernos de Europa, en clara muestra de la posición subalterna que mantienen respecto a los Estados Unidos, se limitan a acatarla", aun a sabiendas del enorme coste social que va a suponer.
¿Por qué las élites políticas y económicas que gobiernan en Europa han asumido esta situación, que va a deteriorar la economía y la convivencia en sus países?
María Jesús Fernández señala que "no es demasiado fácil de entender, pero es muy probable que tenga que ver con la guerra de Ucrania y Rusia, con el papel beligerante que han tenido en ella, y con la dificultad que les supone aceptar que han sido militarmente derrotadas y que, cuando esto no pueda ocultarse por más tiempo, sus pueblos les van a pasar la factura política".
Ante ello, huyen hacia adelante y se pliegan a las exigencias de una potencia estadounidense dispuesta a defender su hegemonía, cada vez más cuestionada, "con la fuerza de las armas si es preciso".
Por ello, "tenemos que posicionarnos radicalmente en frente de los planes belicistas de la OTAN", con dos argumentos principales. Primero, el no a la guerra, "en la estela de la tradición de neutralidad y paz de España, porque en la guerra los muertos los pone el pueblo, aunque los intereses que se defienden nunca son los suyos"; un "no a la guerra" sin titubeos, "por nuestros hijos, a los que queremos en la paz y no en el frente".
En segundo lugar, "por el mantenimiento y mejora de nuestros derechos sociales, que no son compatibles con la economía de guerra que se nos muestra en el horizonte".
Cada euro que se gasta en armas es un euro que se le resta a la educación, a la sanidad, a las pensiones, a la igualdad, a la dependencia, y tengámoslo muy claro: "Si se eleva el gasto militar al 5% del PIB, como ha propuesto la OTAN, el Estado social estará acabado".
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