El empeño del independentismo de 
celebrar un referéndum perfectamente legítimo para averiguar qué desea 
el pueblo de Cataluña esta revelando las miserias de la hasta ahora 
larvada dictadura española, oculta tras una leve pátina de democracia 
que se cae a trozos a marchas forzadas. Era muy fina la pátina y muy 
escaso su alcance, pero gozaba de la complicidad de los medios de 
comunicación, las elites políticas y económicas y la complacencia de la 
oposición. 
Creían que con dos o tres concesiones harían pasar por 
democracia y Estado de derecho lo que no era -y es- más que la 
arbitrariedad de un gobierno no sometido a control parlamentario real 
sino solamente ficticio, que domina los medios de comunicación públicos 
empleándolos como maquinaria de propaganda, interfiere en la 
administración de justicia, pone a su servicio el poder judicial y trata
 de ocultar un estado de corrupción galopante que ha corrompido el 
conjunto del sistema hasta el punto de su más absoluta deslegitimación.
Ayer mismo se supo que otro exministro del presidente de los sobresueldos, el pío y devoto Ruiz Gallardón, empeñado en salvar a las mujeres del maligno a base de prohibirles el aborto, como anhela la Iglesia católica, está imputado en un presunto latrocinio de 70 millones de Euros. Rezan a Dios y roban al pueblo. Si hay una imagen típica de un sepulcro blanquedo es la de este modoso caballerete que según parece, se dedicó a vaciar las arcas municipales en su beneficio y el de sus compis de partido estatales, autonómicas y provinciales.
Ayer mismo se supo que otro exministro del presidente de los sobresueldos, el pío y devoto Ruiz Gallardón, empeñado en salvar a las mujeres del maligno a base de prohibirles el aborto, como anhela la Iglesia católica, está imputado en un presunto latrocinio de 70 millones de Euros. Rezan a Dios y roban al pueblo. Si hay una imagen típica de un sepulcro blanquedo es la de este modoso caballerete que según parece, se dedicó a vaciar las arcas municipales en su beneficio y el de sus compis de partido estatales, autonómicas y provinciales.
Rajoy cuenta ya
 con tres exministros en diversos trances procesales: Ana Mato, José 
Manuel Soria y Alberto Ruiz-Gallardón. Si añadimos el mismo presidente 
-sospechoso de cobrar sobresueldos en B-, Ángel Acebes, Rodrigo Rato, 
Federico Trillo y otros peces menos gordos pero no menos voraces, 
entenderemos que algún juez haya considerado el PP como una presunta 
organización de malhechores y probablemente se quede corto ya que ese 
partido parece más una organización criminal dedicada literalmente al 
saqueo de España.
Todo esto y muchas más tropelías están saliendo a la luz gracias a la actividad del independentismo catalán, confirmando una vez más la tesis de Palinuro de que Cataluña es la única oposición real a este régimen putrefacto de la oligarquía tradicional de incompetentes en España. Los otros partidos parlamentarios solo son la lamentable muestra de la impotencia de una izquierda que carece de todo horizonte ideológico, por haberse puesto literalmente al servicio de la oligarquía franquista hoy gobernante.
Todo esto y muchas más tropelías están saliendo a la luz gracias a la actividad del independentismo catalán, confirmando una vez más la tesis de Palinuro de que Cataluña es la única oposición real a este régimen putrefacto de la oligarquía tradicional de incompetentes en España. Los otros partidos parlamentarios solo son la lamentable muestra de la impotencia de una izquierda que carece de todo horizonte ideológico, por haberse puesto literalmente al servicio de la oligarquía franquista hoy gobernante.
Al
 frente de este contubernio de mafiosos se encuentra un hombre como 
Rajoy, cuya integridad moral está a la misma bajura que su coeficiente 
intelectual. Solo teniendo esto presente puede entenderse que haya 
tenido el desparpajo -y la prensa lacaya la servidumbre de llevarlo a 
portada, convencida de que se trata de un hecho democrático- de emplear 
el típico argumento del matón del barrio que amenaza a quienes quieren 
hacer algo que a él no le gusta con partirles la cara. Su razonamiento 
es justo el mismo que el del sobresueldos.
1.- Señalo los límites de la acción política justa como me da la gana.
1.- Señalo los límites de la acción política justa como me da la gana.
2.- Lo llamo "legalidad".
3.-Te empeñas en hacer algo que la sobrepasa
4.-Me veo obligado a partirte la cara.
5.- La culpa de que yo te parta la cara la tienes tú. No quería, pero no tuve más remedio.
Rajoy sigue cometiendo todo tipo de desmanes: cobrar de caja B y mentir a la ciudadanía, esquilmar el fondo de las pensiones y dejar descapitalizados los servicios públicos para privatizarlos y que sus amigos hagan negocios, financiar los gastos que genera la atención de su padre, gran dependiente, con dineros públicos que niega a los demás. El problema es que, como todo, le importa un rábano pues él lo que quiere es pasearse por la plaza de su pueblo.
El rasgo más obvio del gobierno de Rajoy es el abuso poder que está formulado en ese argumento del matón: tu mera existencia es una provocación en toda regla porque te aferras a unos derechos que yo no te reconozco. Por lo tanto me veo obligado a machacarte, pero la responsabilidad del machaque es tuya.
Rajoy sigue cometiendo todo tipo de desmanes: cobrar de caja B y mentir a la ciudadanía, esquilmar el fondo de las pensiones y dejar descapitalizados los servicios públicos para privatizarlos y que sus amigos hagan negocios, financiar los gastos que genera la atención de su padre, gran dependiente, con dineros públicos que niega a los demás. El problema es que, como todo, le importa un rábano pues él lo que quiere es pasearse por la plaza de su pueblo.
El rasgo más obvio del gobierno de Rajoy es el abuso poder que está formulado en ese argumento del matón: tu mera existencia es una provocación en toda regla porque te aferras a unos derechos que yo no te reconozco. Por lo tanto me veo obligado a machacarte, pero la responsabilidad del machaque es tuya.
Hoy, debate en la plaza pública
En estos agitados días en Cataluña en 
general y Barcelona en concreto la guardia civil entra en las 
redacciones de diarios y revistas y confisca material de propaganda y 
publicidad por orden de la superioridad, esto es, persigue "delitos" de 
opinión, como en el franquismo. Con ello, ya no se puede estar seguro de
 si los actos públicos pacíficos se  celebrarán en donde estuvieran 
celebrándose habitualmente o en el  correspondiente cuartelillo de la 
Benemérita.
Haga
 usted una complicada transición para encontrarse en la misma situación o
 quizá peor de la dictadura, con policías por doquier, registrando 
domicilios  y empresas e identificando a la gente en la calle en 
persecución de disidencias ideológicas. Porque se puede disfrazar a la 
mona como se quiera, pero mona será siempre.  Perseguir ideas políticas 
es perseguir ideas, labor de censores y lacayos.
El
 acto previsto para hoy en Barcelona está alegremente concebido como una charla en la
 vieja tradición del foro al aire libre. Participan en él personalidades
 de la vida pública catalana del momento de distintas orientaciones de 
la izquierda, Anna Serra, de la CUP, Teresa Jordá, de ERC y Albano Dante
 Fachín, de Podem, y servidor que no milita en organización alguna pero 
simpatiza con todas las anteriores en un empeño común por asegurar la 
celebración del referéndum del 1/10, derecho de la ciudadanía. 
Discrepo de la pregunta del título. No debe ser República Sí o No, dando por supuesto que el resultado del actual movimiento pudiera ser otro, sino República Sí o Sí. La
 República catalana carece de alternativa porque ella misma es la 
alternativa a una monarquía antidemocráticamente impuesta y mantenida. 
El hecho de que esa alternativa pueda debatirse en Cataluña pero no en 
el resto del Estado, en donde no se cuestiona la legitimidad de la 
Monarquía, es la prueba más evidente de las diferencias entre Cataluña y
 España. 
Cataluña es esencialmente republicana y ese rasgo es el que 
convierte el referéndum en algo intragable para el Estado español. Si el
 referéndum no diera lugar a una república es posible que el Estado no 
se opusiera a él. Pero pone en peligro la continuidad de la Monarquía y 
por eso quieren prohibirlo.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED 

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