MADRID.-  La petrolera Repsol fue la última cotizada en reaccionar al implacable avance de la 
pandemia del coronavirus y su fuerte impacto en los precios del crudo,
 anunciando un fuerte tijeretazo en sus inversiones y gastos operativos 
este año para preservar el rating y mantener el dividendo. 
El 
grupo dijo en un comunicado tras una reunión de su consejo de 
administración que recortará el capex en un 26% en 2020, alrededor de 
1.000 millones de euros, y los costes operativos en unos 350 millones de
 euros. 
Además, prevé una optimización de su capital circulante 
de 800 millones de euros y no ve necesidad de refinanciar sus deudas 
hasta al menos 2024. 
Repsol también dijo que retirará para la próxima junta de accionistas
 la propuesta de amortizar un 5% del capital, aunque tiene previsto 
mantener la retribución prevista para 2020 pese al COVID-19.
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