Enmedio de esta crisis sanitaria que nos
 pone a prueba en todos los aspectos imaginados, hay asuntos que no se 
pueden parar y que pasan desapercibidos a pesar de su importancia, como 
es la preocupante noticia sobre el Parque Regional de Cabo Cope-Puntas 
de Calnegre. Y aunque parezca frívolo o inoportuno hablar de otra cosa, 
también puede ser recomendable dedicar nuestra atención a otros temas 
ajenos a la pandemia y sus consecuencias.
 Y
 es que Iberdrola Inmobiliaria y la Asociación Colaboradora de 
Propietarios todavía no se dan por vencidos en la batalla por la 
construcción de la Marina, que en su día impulsó el Gobierno regional, a
 pesar de que tanto el Tribunal Superior de Justicia de Murcia, como el 
Supremo y el Constitucional, hayan dicho que el parque no se toca, 
manteniendo por sentencia judicial los límites originales que se habían 
reducido de manera importante con la aprobación de las Directrices del 
Litoral, dentro del total de 11.500 hectáreas que esta norma 
desprotegía.
 Lo
 novedoso y llamativo es la argumentación de la parte recurrente, 
aduciendo que el parque no tiene validez jurídica porque el Gobierno 
regional no ha desarrollado, después de 27 años, el preceptivo Plan de 
Ordenación de los Recursos Naturales, por lo que aquella habría 
caducado. En estas circunstancias los Planes de Ordenación Urbana de 
Lorca y Águilas que contemplaban la recalificación de estos terrenos y 
el megaproyecto urbanístico seguirían vigentes.
 Lo
 preocupante es que la Abogacía del Estado, personada en el recurso, 
apoya esta tesis. Así que las espadas vuelven a estar en alto y la 
protección de uno de los espacios de mayor valor ecológico de nuestra 
región y probablemente de toda la costa mediterránea, vuelve a pender de
 un hilo.
 ¿Qué responsabilidad tendrían López Miras
 y los Gobiernos del PP si triunfara finalmente este recurso? El 
presidente, ahora afanado en sacar rédito político de la crisis 
sanitaria, como verso suelto, desmarcándose irresponsablemente del 
Gobierno central para tratar de dejarlo en evidencia mientras se da 
golpes de pecho de colaboración y lealtad en cada rueda de prensa, 
debería, al menos, posicionarse en este asunto con el mismo ardor que 
tachaba de irresponsables a los madrileños venidos a la costa murciana, 
huyendo de la quema de la capital por el coronavirus, y pronunciar esa 
lapidaria frase que tanto le gusta: «Es una irresponsabilidad, no lo voy
 a permitir».
(*) Coordinador regional de IU-Verdes

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