La Audiencia 
Nacional va a decidir el viernes si procesa a los ex máximos 
ejecutivos del Banco de España y de la CNMV que permitieron la 
salida a bolsa de Bankia en base a datos presuntamente falsos. Esto
 va a suceder cinco años y dos meses después de la intervención de 
Bankia por el Estado que supuso la destitución de Rodrigo Rato y el 
nombramiento de José Ignacio Goirigolzarri como nuevo presidente de 
la entidad nacionalizada. 
Con
 aquella decisión, el gobierno de Mariano Rajoy afrontaba la decisión 
más importante desde que empezó la crisis: la nacionalización del Banco 
Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia. La decisión por la que 
el Estado se quedaba con todo el capital de BFA, que suponía intervenir 
una de las grandes entidades, rememoraba la última gran crisis anterior 
con el cambio de administradores de Banesto el 28 de diciembre de 1993 y
 abría el camino a las reformas del Decreto Guindos II.
La decisión de la sección tercera de la sala de lo penal afecta, 
entre otros, a los ex altos ejecutivos del Banco de España y de la 
Comisión Nacional del Mercado de Valores; al exgobernador del Banco de 
España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez; al exsubgobernador, Javier 
Aríztegui; al expresidente de la CNMV, Julio Segura, y al 
exvicepresidente del organismo supervisor de los mercados de valores, 
Fernando Restoy.
La resolución de la Audiencia Nacional va a coincidir con el inicio 
de las comparecencias de las autoridades en la Comisión de investigación
 de la crisis financiera en el Congreso de los Diputados, dos 
iniciativas diferentes pero que tienen un objetivo común, aclarar lo que
 sucedió durante la crisis financiera y por qué España la sufrió de 
manera más intensa que el resto de países en circunstancias similares de
 nuestro entorno.
Según fuentes parlamentarias, lo que decida la Audiencia Nacional el 
viernes va a ser fundamental para el discurrir de la comisión 
parlamentaria. Si los ex altos ejecutivos del Banco de España y de la 
CNMV ven que se archiva la parte que les afecta definitivamente, sus 
explicaciones en las comparecencias podrán ser mucho más libres. Por el 
contrario si la sección tercera de la sala de lo penal decidiera que se 
les imputara, sus explicaciones resultarían mucho más concisas para que 
estas no interfieran en el proceso judicial. Incluso podrían acogerse a 
no declarar si pudiera afectar a su propia defensa.
La decisión que vaya a adoptar la Audiencia supone una gran 
incógnita. Aunque el juez instructor del caso decidió archivar el asunto
 que afecta a estos exdirectivos y a la propia compañía auditoria, la 
sala ya le había obligado a llamarles a declarar.
Cuando el juez Fernando Andreu tomó la decisión de no incluirles en 
el proceso, fue la propia sala de lo Penal la que instó al magistrado a 
citarles como investigados, tanto  a los antiguos altos funcionarios del
 BdE, como a los de la CNMV al entender que "existían indicios múltiples
 bastantes" de la comisión de un delito.
De nuevo el pasado 11 de mayo el juez Fernando Andreu daba por 
concluida la instrucción del caso Bankia, que investiga la salida a 
Bolsa de la entidad y procesaba a 34 exadministradores entre ellos el 
expresidente de la misma, Rodrigo Rato, el exministro Ángel Acebes, o el
 empresario Arturo Fernández, a los que acusaba de delitos de falsedad 
en las cuentas anuales y fraude de inversores.
El juez sobreseía el procedimiento para la auditora Deloitte y otros 
10 investigados entre los que se encuentran los mencionados exdirectivos
 de la CNMV y del Banco de España, cuya imputación había solicitado la 
acusación popular y sobre la que el pronunciamiento del viernes de la 
sala de lo penal será la definitiva.
Con esta decisión se abre la puerta a algo más que a la apertura de 
juicio sobre la crisis de la principal entidad financiera española 
afectada. Está en cuestión si la justicia es ciega, sorda y muda con 
todos por igual.
(*) Periodista

 
 
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