MADRID.- España gasta entre 6.100 y 6.500 millones de euros
 anuales en políticas activas de empleo, según el último estudio de la 
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) que ve claras 
deficiencias y un amplio margen de mejora en la gobernanza y la eficacia
 de estas políticas.
 La AIReF ha
 advertido este miércoles de las dificultades de determinar con 
exactitud cuánto se gasta en España en estas partidas, dadas las 
diferencias en criterios contables que se aplican en las distintas 
administraciones autonómicas y locales, lo que impide también poder evaluar bien los resultados.
 Se trata, explican desde la AIReF, de partidas que financia el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y luego transfiere a las comunidades y entes locales donde se suman fondos propios y se aplican distintos criterios contables.
 "La trazabilidad del gasto es insuficiente y los criterios contables no están normalizados", subrayan.
 Hay una importante complejidad administrativa, añade la AiREF que recuerda que en España hay 709 oficinas de empleo y más de 14.000 centros habilitados para la formación.
 En
 el estudio, el tercero de la institución dentro de su proceso de 
revisión del integral gasto público ("Spending Review"), la AIReF 
cuestiona el funcionamiento del sistema de subvenciones para la 
formación, así como los resultados de programas concretos como el 
Prepara o el funcionamiento de las oficinas de empleo.
 Y ante esta situación, la AiREF propone una serie de medidas de mejora como
 incentivar económicamente a los trabajadores responsables de formar y 
orientar a los parados en función del cumplimiento de objetivos.
 Asimismo, plantea crear una especie de "ventanilla única" en la que los ciudadanos puedan solicitar ayudas o prestaciones sociales y acceder a políticas activas de empleo.
 E incorporar incentivos orientados al cumplimiento de objetivos a la hora de repartir recursos en las conferencias sectoriales.
 "Hay que revisar todo el funcionamiento de los servicios públicos", señalan.
 Otro
 de los puntos que cuestiona el informe es el sistema de subvenciones 
para la formación así como la estructura y oferta de cursos y la falta 
de flexibilidad para adaptar esta formación a las necesidades reales de 
empleo.
 Sobre programas 
concretos, el informe analiza el Prepara, de ayudas para parados de 
larga duración que, con un coste de 1.432 millones, "no mejora la 
probabilidad de incorporarse al mercado laboral durante los 6 meses que dura la prestación".
 Una
 vez pasado ese periodo, el programa sí parece tener un efecto positivo 
en algunas comunidades como Aragón, Navarra, País Vasco y La Rioja.
 La AiREF también apunta que del total del gasto en España, el 40 % se destina a incentivos a la contratación,
 muy por encima del de otro países, como Alemania o Finlandia que han 
puesto como modelos de gestión más eficaz de estas políticas.
 El
 estudio incluye una medición de la eficacia de los servicios públicos 
de empleo por Comunidades Autónomas que sitúa a Asturias, Aragón y Cataluña a la cabeza.
 
 
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