Tal como estaba previsto, y después de una jornada maratoniana que 
comenzó a las nueve de la mañana y terminó pasada las siete de la tarde,
 la Candidatura de Mariano Rajoy ha sido rechazada en el acto de 
investidura celebrado en el Congreso de los Diputados, por 180 votos en 
contra, prácticamente toda la oposición, y 170 a favor (Partido Popular,
 Coalición Canaria, y Ciudadanos). El sábado, en la segunda votación, en
 la que cuentan solo los “Noes” y los “Síes”, con la abstención de la 
mayoría de los 85 diputados socialistas, según decisión del Comité 
Federal del pasado domingo 23 de Octubre, se espera que salga elegido 
Rajoy, y que más de una docena de diputados, entre ellos, los siete del 
PSC, voten en contra, invocando, que se trata de un caso de conciencia.
La incógnita está en saber si entre los rebeldes al Comité Federal, 
el máximo órgano de dirección del partido entre Congresos, estará Pedro 
Sánchez, el último secretario general del partido, defensor a ultranza 
del “no” a un Gobierno con Rajoy y a un Gobierno con el Partido Popular.
 Gente de su entorno está dividida sobre si la mejor salida sería, 
después de haber votado “No” este jueves, entregar su acta de diputado 
con el argumento de que alguien, que ha ostentado el cargo de mayor 
responsabilidad en el partido, con el visto bueno de la militancia, no 
puede desobedecer públicamente al máximo órgano de dirección, aunque ese
 Comité se haya reunido en medio de numerosas anormalidades en lo que 
muchos califican de “Golpe de mano”, para impedir un llamado “Gobierno 
de progreso”, difícil de formar por las incompatibilidades de las 
propias fuerzas políticas, con las que se pretendía formar.
Por el contrario, otro sector, le aconsejan a Sánchez, que lleve su 
desafío hasta el final, que vuelva a votar ” No” el sábado en la segunda
 votación, que no deje el escaño porque le resta visibilidad política, y
 que desde el escaño prepare su vuelta a la secretaria general, 
anunciando que tiene intención de presentarse a las primarias, cuando 
las convoque la actual Gestora. Con el peligro, dicen esas fuentes, de 
que la Gestora pueda tener la tentación, influida por la presidenta 
andaluza Susana Díaz, de no convocar Congreso, hasta un plazo de dos 
años, el tiempo que necesita la dirigente andaluza para entrar en 
batalla, y el tiempo que la militancia necesitaría para olvidarse de un 
Sánchez que, en estos momentos, cuenta con los máximos apoyos en varias.
¿Qué puede pasar? El runrún en las últimas 24 horas es que Sánchez 
después de votar “No” convocaría una rueda de prensa para anunciar que 
renuncia al escaño (“Ni se te ocurra” le habría dicho Margarita Robles, 
magistrada de reconocido prestigio e independiente, número dos por 
Madrid), y que prepara una reaparición mediática en el programa de la 
Sexta “Salvados” de Jordi Évole, en donde explicaría sus planes de 
futuro. Una reaparición de auténtico lujo, que le garantiza una 
audiencia millonaria.
Este jueves todo eran nervios en las filas del PSOE, que se mueven 
entre la preocupación, la tensión interna y el enfrentamiento 
subterráneo, tensos, sobre todo, por la actitud que puedan adoptar 
importantes figuras del socialismo que forman parte de su historia como 
Iceta, Odón Elorza, el mismo Sánchez, dirigentes como José Zaragoza, o 
algunos barones territoriales, que todavía dudan sobre qué hacer, aunque
 otros ya han anunciado que se enfrentarán con la Gestora que preside el
 asturiano Javier Fernández, a pesar de todas las advertencias y 
anuncios de medidas disciplinarias.
En los pasillos del Congreso los comentarios en la tarde de este 
jueves, giraban más sobre Sánchez que sobre Rajoy, y sobre todo, sobre 
el enfrentamiento Rajoy – Iglesias, un Iglesias que ha repetido hasta la
 saciedad que el líder de la oposición a lo que ha bautizado como la 
“Triple Alianza” es él, como líder de Unidos Podemos. En ese 
enfrentamiento ha salido a relucir el mejor Rajoy, sarcástico, burlón e 
irónico, registros que domina a la perfección. Frente a un discurso de 
trámite ayer, ha exhibido hoy, un discurso de brillante ironía, sin 
faltar al respeto a nadie.
(*) Periodista y economista

 
 



