NAIROBI.- Líderes políticos, representantes de 
la sociedad civil y del sector privado señalaron hoy al plástico como 
uno de los inventos revolucionarios del siglo pasado, pero abogaron por 
cambiar las formas de cómo se produce, se usa y se gestionan sus 
residuos.
 "Este proceso no concluye en una sola 
noche, requiere muchas negociaciones y la implicación de diferentes 
grupos, pero el potencial está ahí", declaró este lunes la directora 
ejecutiva en funciones de ONU Medioambiente, Joyce Msuya.
 Msuya hizo estas declaraciones en un acto de la IV 
Asamblea de Medio Ambiente de la ONU (UNEA-4), que se celebra hasta el 
viernes en el complejo de la ONU en Nairobi y que congrega a 
representantes de 193 países, incluidos jefes de Estado y ministros.
 Bajo el lema "Fortalecer el esfuerzo global para luchar contra la 
polución de plásticos", ese evento congregó a decenas de asistentes para
 analizar las formas de luchar contra esta lacra que, según denunciaron,
 también afecta la salud de las personas.
 "Si como un
 pescado que contiene microplásticos, esto afectará a mi salud y por lo 
tanto también tendrá un impacto en la economía del país", comentó Msuya.
 Su presencia en la arena de las playas, en los organismos de los 
animales, en la sal marina y hasta en el agua ha hecho saltar las 
alarmas y ha obligado a poner en marcha medidas para reducir el consumo 
de los plásticos de un solo uso, responsables en buena parte del 
problema
 Según datos de ONU Medioambiente, una media 
de ocho toneladas de plástico terminan en los océanos cada año, residuos
 que generan "un daño para la biodiversidad de la costa y para especies 
en peligro".
 Cerca de un 80 % de las aguas residuales
 son descartadas sin tratamiento, lo que, según este organismo, pone en 
peligro las reservas de pescado y los ecosistemas marinos y afecta 
también a millones de personas que dependen de la economía azul para su 
alimentación y desarrollo.
 Kenia, sede de la Asamblea
 y cuartel general de ONU Medioambiente, se ha convertido en los últimos
 años en un ejemplo en la reducción de plásticos, con la prohibición en 
2017 del uso, fabricación e importación de bolsas de plástico a nivel 
comercial y doméstico.
 Esta nación del este de África
 también fue testigo el pasado noviembre de la primera conferencia 
mundial sobre economía azul (Blue Economy 2018), que congregó a más de 
17.000 expertos de todo el mundo y que colocó igualmente el foco en la 
reducción de los desechos plásticos en los océanos.
 
En Latinoamérica, México fue puesto como un ejemplo en la lucha contra 
la contaminación de plásticos, uno de los mayores consumidores de 
botellas del mundo, pero donde se han desarrollado campañas para educar a
 los ciudadanos en nuevos hábitos de consumo.
 "Sólo 
conseguiremos combatir la polución de plásticos a través de iniciativas 
que incluyan a toda la sociedad. Debemos hacer el problema tangible y 
así veremos un cambio en el comportamiento de los consumidores", dijo la
 directora general para Temas Globales del Gobierno de México, Camila 
Zepeda Lizama.
 Esta experta indicó que la lucha 
contra el plástico supone "una oportunidad y no una carga" y que el 
Gobierno de México está dispuesto a formar parte de la acción 
internacional en este tema.
 Sin embargo, para Msuya, 
las políticas gubernamentales deben ser apoyadas por el sector privado, 
que debe promover sus propias iniciativas.
 En este 
sentido destaca la empresa española Orbys, también presente en UNEA-4 y 
que propone la creación de una planta móvil de reciclaje de plásticos, 
que no necesitaría electricidad y produciría derivados del petróleo con 
posibilidades para su comercialización industrial.
 
"Hay un grave problema que amenaza a la vida del planeta y la solución 
actual es enterrar estos residuos. Nosotros proponemos crear una planta 
móvil de reciclaje, llevarla al punto de contaminación y hacer que esta 
sea sostenible", explicó el director general de Orbys, Ángel 
Sánchez Escobar.
 La Asamblea de la ONU para el 
Medioambiente es el máximo órgano de toma de decisiones sobre temas 
medioambientales en todo el mundo, y se reúne cada dos años para 
establecer las prioridades para políticas globales y desarrollar el 
derecho ambiental internacional.
 UNEA se creó en 2012
 durante la celebración de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible de
 las Naciones Unidas en Río de Janeiro, más conocida como Río+20.
 
 
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