MADRID.- La decisión del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, de adelantar las elecciones autonómicas y así hacerlas coincidir con las generales el 28 de abril no
 servirá para que el bloque de izquierdas retenga este gobierno 
regional. 
Según la encuesta de NC Report que hoy publica La Razón, los 
números que arrojarán estos comicios no permitirán reeditar el Pacto del
 Botánico que llevó al PSOE, Compromís y Podemos a arrebatar a los 
populares en 2015 uno de sus feudos por excelencia. Los socialistas 
mejorarían su resultado de hace cuatro años e incluso se convertirían en
 la formación más votada. 
La debacle de Compromís y de Podemos, sin 
embargo, frustaría cualquier posibilidad de dar continuidad al actual 
Ejecutivo. Frente a ellos, el bloque de centro derecha estaría en 
disposición de hacerse con el Gobierno ya que PP, Ciudadanos y Vox 
conseguirían la mayoría absoluta en las Cortes del Palacio de Benicarló.   
El resultado que dibuja la encuesta es el de un empate entre el PSOE y el PP. Ambas formaciones se quedarían un poco por debajo del umbral de los 600.000 votos.
 Ximo Puig y el PSOE serían los más votados con el 23,9%. Isabel Bonig, 
candidata del PP, lograría el 23,6%. 
Apenas habría 8.000 votos de 
diferencia entre ambos y en el parlamento regional tanto socialistas 
como populares lograrían 27 escaños. Este resultado supondría un 
retroceso de cuatro diputados para el PP y, por contra, una subida de 
otros cuatro para el PSOE.
En lo que respecta al partido presidido por Pablo Casado,
 el escenario que dejarían unas elecciones con este resultado sería muy 
parejo al que arrojaron los comicios andaluces de diciembre: menos votos
 y diputados que hace cuatro años y, sin embargo, suficientes para poder
 articular una mayoría con la que gobernar. 
Y esa paradoja se produce no
 por sus propios números –que evidencian la pérdida de casi 70.000 
votos–, sino por el crecimiento de sus potenciales socios. Ciudadanos, 
con Toni Cantó como candidato, se convertiría en la tercera fuerza en 
esta comunidad. 
Conseguiría tres diputados más que en 2015 –de los 13 
actuales a 16– gracias al apoyo de 390.000 valencianos, es decir, un 26%
 más que en la última contienda electoral.
La suma de PP y de Ciudadanos arroja 43 diputados. Bonig y Cantó 
estarían, por tanto, muy lejos de los 50 diputados que marcan la mayoría
 absoluta en esta comunidad. Necesitarían, como ya sucedió en Andalucía,
 de Vox. 
El partido de Santiago Abascal, aún sin candidato a la 
Generalitat, entraría con fuerza en escena en las Cortes: obtendría 8 diputados gracias al 9,8% de los sufragios y al apoyo 245.000 personas. 
Estos
 8 escaños permitirían al bloque de centro derecha alcanzar los 51 
diputados. Con estas cifras, por tanto, Vox , que superaría a Podemos y 
se convertiría en quinta fuerza del Parlament, se encontraría en un 
escenario similar al andaluz como bisagra necesaria para decantar la 
balanza. 
 
 
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