ALICANTE.- El alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, renunció finalmente este lunes por su doble procesamiento por delitos administrativos,
 lo que deja un incierto futuro en la Alcaldía, que por tercera vez en 
diez años se queda sin regidor por causas judiciales, tras la salida de 
Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, ambos del PP, por presunta corrupción 
urbanística.
Echávarri fue procesado por el fraccionamiento de contratos por valor de 144.000 euros
 en el área de Comercio y por el despido de una interina, cuñada del 
portavoz local del PP, Luis Barcala, caso por el que la fiscalía ha 
pedido 10 años de inhabilitación.
El fiscal le acusa de un presunto delito de prevaricación administrativa al
 entender que despidió en abril del pasado año a Catalina Rodríguez para
 vengarse del portavoz del PP después de que éste le hubiera denunciado 
en el llamado caso Comercio.
La causa judicial sobre la 
cuñada de Barcala ha seguido adelante pese a que el alcalde la readmitió
 al poco tiempo, empujado por una declaración institucional unánime del 
pleno en ese sentido que consideró el despido como arbitrario.
Estas
 dos causas judiciales han complicado sobremanera a Echávarri, que vio 
como en otoño le abandonaban sus dos socios de gobierno, Guanyar (EU-IU,
 Podemos e independientes) y Compromís, y que ha sufrido presiones de todo tipo para irse hasta que el pasado 23 de marzo anunció su renuncia tras reunirse con la dirección del PSPV-PSOE, en Valencia.
A
 través de una persona cercana, Echávarri ha presentado a las 9.28 horas
 un escrito de cuatro líneas ante la Secretaría General del Pleno en el 
que comunica su renuncia al cargo de alcalde-presidente del ayuntamiento
 y al acta de concejal que ostentaba desde el 13 de junio de 2015.
Una vez que dimite y hay que elegir de nuevo alcalde,
 la situación en el Ayuntamiento es de incertidumbre, ya que, del total 
de 29 concejales, el PSPV tiene 6, mientras Guanyar cuenta con 5 y 
Compromís con 3, lo que hace que sume 14 votos.
De 
retomar esta alianza, el PSPV debería contar con otro procedente de 
Ciudadanos o de los no adscritos para evitar que la vara de mando 
recaiga en el partido minoritario más votado: el PP, que tiene 8 
concejales.
Aunque Echávarri, que desde noviembre 
gobierna solo con sus 6 concejales, anunció el pasado 23 de marzo que 
dejaba el cargo, la renuncia ha sido «en diferido» y no la ha cumplido hasta hoy para dar tiempo a negociar que le reemplace su número dos, la también socialista Eva Montesinos.
Montesinos
 ha explicado que está «pendiente» de la negociación con Ciudadanos (C's)
 y del resultado de las conversaciones con los dos concejales no 
adscritos y, sin entrar en pormenores, ha asegurado que las 
conversaciones «siguen su camino» y que es «optimista».
Los exsocios de gobierno, Guanyar y Compromís, no ocultan su deseo de que la alcaldesa sea Montesinos,
 y a partir de ahí estudiarán su implicación en el futuro gobierno 
mientras que Ciudadanos ya ha advertido de que el apoyo que dio en 2015 a
 Echávarri como señal de buena voluntad ha sido «desperdiciado», y que 
«sería de ingenuos embarrarse de nuevo en el mismo fango».
Con
 los dos no adscritos, Montesinos tiene previsto reunirse mañana, y el 
apoyo de uno de ellos sería suficiente para que la Alcaldía siguiera 
siendo socialista.
Por su parte, el portavoz local del 
PP, Luis Barcala, ve a Echávarri como «un mal alcalde», seguramente «el 
peor de la historia».
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario