Posteriormente, los festeros más menudos han tomado la Gran Vía en el desfile infantil de Cristianos y Moros.
A partir de las cinco, la ciudad tuvo una cita con la Historia por medio de la procesión del Baño, que desembocó en el baldaquino que corona la glorieta caravaqueña, donde tuvo lugar el rito más antiguo de los que se celebran en esta Semana Grande, la bendición de las aguas.
Otro de los momentos de la jornada, ha sido el parlamento entre el Sultán Moro y el Rey Cristiano en el templete, cuando la sagrada reliquia llegó a lo alto de la cuesta que lleva su nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario