Vaya por delante una reflexión sobre la primera concesión del PSOE a 
ERC al hablar José Luís Ábalos de ‘conflicto político catalán’, que es 
el lenguaje del soberanismo. De manera que Pedro Sánchez ha pasado del 
problema ‘de convivencia’ al ‘conflicto político’. Cuando lo cierto es 
que el problema de Cataluña es esencialmente de orden público y de 
legalidad.
Oriol Junqueras mantiene su ‘no’ a la investidura de Pedro Sánchez 
tras el primer encuentro negociador entre dirigentes del PSOE y ERC 
presididos respectivamente por Adriana Lastra y Gabriel Rufián, a pesar 
de este primer Black Friday de rebajas de Sánchez a Junqueras que ERC ha
 considerado insuficientes por lo que ambos equipos negociadores se 
volverán a ver el martes de la semana próxima.
En esto de las negociaciones entre PSOE y ERC hay que hablar de 
Sánchez y Junqueras (preso y condenado por sedición y malversación) 
porque todos los demás son meros representantes de sus jefes respectivos
 que son los que tienen la última y definitiva palabra. Y ayer Junqueras
 volvió a decir que ‘no’ a la investidura de Sánchez y a su pretendido 
gobierno de coalición con Podemos.
Precisamente Pablo Iglesias, que no está representado en la 
negociación, puede estar actuando bajo cuerda y con hilo directo con 
Junqueras porque el líder de Podemos puede ser el emisario ‘tapado’ de 
Sánchez para dar a Junqueras la garantía de que se concederán los 
indultos a los condenados en el Tribunal Supremo por el golpe catalán.
Un asunto este de los indultos que no aparecerá en la mesa 
negociadora y que manejan bajo cuerda Sánchez e Iglesias, para no 
provocar una rebelión en el PSOE. Indultos que, además, incluirían el 
compromiso de Sánchez de que serán concedidos antes de las elecciones 
catalanas de la primavera de 2020 para que Junqueras, entonces sin 
inhabilitación, pueda presentarse de candidato a la presidencia de la 
Generalitat en los comicios que ERC piensa ganar.
Y esta cuestión de los indultos puede ser la llave maestra que abra 
la puerta del ‘sí’ de Junqueras a la investidura y a los Presupuesto de 
2020, que en La Moncloa se consideran imprescindibles para la 
estabilidad del Gobierno.
Todo lo demás, la Mesa de negociación que exige ERC entre Gobiernos y
 sin veto a ningún tema como los inconstitucionales de la 
autodeterminación y la amnistía, son cuestiones que se pueden camuflar, 
como lo de la ‘nación catalana’ -también inconstitucional- y los regalos
 económicos de mayor financiación para la autonomía de Cataluña.
A sabiendas, como saben Junqueras y ERC, que si pactan con Sánchez en
 las elecciones catalanas de la próxima primavera Puigdemont y el JxCAT 
les acusarán a Junqueras y ERC de ‘traidores’ al ‘procés’.
Queda, pues, una larga semana por delante hasta el segundo Black 
Friday de Sánchez a Junqueras, aunque las negociaciones seguirán con 
suma discreción para ver si en la reunión del martes 3 de diciembre se 
cierra el acuerdo. Y en ese caso Sánchez podría ser investido presidente
 el día 20 de diciembre y el Gobierno quedar constituido, como lo ansía 
Iglesias, antes de la Nochebuena.
En La Moncloa y en la cárcel de Llenoders tanto Sánchez como 
Junqueras no dan por roto el acuerdo. Pero ambos tienen que vestir o 
disfrazar el pacto para que no se le vea la peana al Santo de los 
indultos que debe bendecir a Sánchez como presidente del Gobierno y a 
Junqueras de presidente de la Generalitat.
Ése es el plan y en ello están. Y puede que camino de un ‘conflicto 
político’ pero no de Cataluña sino de toda España y de rango 
constitucional.
(*) Periodista

 
 
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