La última encuesta del CEO (Centro de Estudios de Opinión) del 
gobierno de Cataluña que preside Carles Puigdemont y que en consecuencia
 controla la ‘cocina’ del sondeo marca una tendencia demoledora para el 
proceso de los independentistas catalanes porque sube el ‘no’ a la 
secesión respecto a la anterior encuesta y anuncia el deterioro 
electoral de los tres partidos que sostienen el gobierno catalán y 
especialmente de Convergencia, partido de Artur Mas, y la CUP.
Esta caída del independentismo catalán explica la prisa de Puigdemont
 por acelerar el proceso secesionista y buscar el enfrentamiento directo
 con el Estado promoviendo para ello una ley de desconexión de Cataluña 
del resto de España, que no prosperará.
El sondeo muestra el cansancio de la sociedad catalana ante el caos 
político imperante en dicha Comunidad Autónoma y castiga a los 
promotores del desafío secesionista. Los que ayer dieron otro paso más 
en contra de la legalidad con la puesta en marcha de un proyecto de ley 
para desconectar Cataluña de España donde se menciona la ‘República 
Catalana de derecho, democrática y social’ (sic) para convocar el 
referéndum ilegal y proclamar la independencia de Cataluña al margen de 
la Constitución Española.
La encuesta dice que una mayoría del 46,8 % está en contra del 
proceso independentista y que un 45,3 % está a favor, lo que supone una 
mejora de un 1,5 puntos a favor de los españolistas respecto al anterior
 sondeo. Puede incluso que esa mejora sea superior si viéramos al 
detalle las tripas del sondeo que ha ‘cocinado’ la Generalitat y donde 
se dice que hay mas voto oculto a favor del ‘no’ a la independencia.
En cuanto a la intención de voto en unas elecciones autonómicas como 
las que se pueden convocar en el otoño próximo la encuesta señala que 
‘Juntos por el Si’ (ERC y CD) la coalición del gobierno de Puigdemont 
perdería de uno a tres escaños, la CUP el partido que completa la 
mayoría del Ejecutivo catalán perdería entre dos y cuatro escaños. Lo 
que de confirmarse en unos nuevos comicios impediría repetir al actual 
gobierno de independentistas.
C’s se mantendría como segunda fuerza política, los socios catalanes 
de Podemos y el PSC subirían algo por este orden y el PP se quedaría 
igual. La encuesta que controla Puigdemont no ha querido preguntar por 
separado la intención de voto de ERC y CD si lo ha hecho ante unas 
hipotéticos comicios generales y, como se esperaba el partido de 
Junqueras supera de lejos al de Artur Mas que se desploma en Cataluña en
 justo castigo por su disparatada cabalgada hacia el precipicio del 
desafío secesionista, que va de mal en peor.
Naturalmente la ley de desconexión la frenará el Tribunal Constitucional
 pero su preparación va a obligar a Podemos y sus aliados a pronunciarse
 alto y claro sobre el desafío catalán sobre el que mantienen una calculada 
ambigüedad. Asimismo esta situación da la razón al gobierno de Rajoy en 
su estrategia de abrir el diálogo en Cataluña dentro de la legalidad y 
aumentar la presencia del Ejecutivo español en ese territorio para 
desmontar las mentiras y los riesgos del desafío que los 
independentistas pretenden llevar a un choque frontal con el Estado, que 
sin duda perderán.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés

 
 
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