Un grupo de españoles de bien están dispuestos a presentar una 
querella criminal contra aquellas políticos que pusieron en peligro la 
salud y hasta la vida de miles de personas, ocultando que el 
coronavirus, no es que ya estuviera llamando a las puertas de Madrid el 
pasado 8 de este mes, sino que ya estaba aquí, en el madrileño paseo de 
la Castellana, donde miles de feministas que querían llegar a sus casas 
borrachas y solas y algún que otro político, ¿qué hacía allí solo y 
entre tanta tía? festejaban el Día de la Mujer, porque en ello las iba 
la vida, según propia expresión de la vicepresidenta Carmen Calvo.
¿Y qué decir de la ministra de las tartas, ministra de Igualdad, y 
Carolina Darias, otro que tal anda, como ministra de Política 
Territorial?
¿Y Begoña Gómez , la primera dama (la reina no concursa) gritando con
 mucho brío y sin venir a cuento “¡Madrid será la tumba del fascismo!”
En el pecado, la penitencia ya que estas tres activistas y otros 
muchas más resultaron contagiadas  con el virus aunque, en su caso, el 
Gobierno no comunicó su infección hasta 48 horas después  de haber 
“aislado el virus”.
¿Y qué decir de Salvador Illa, responsable muy directo de esta 
manifestación, como ministro que es de Sanidad. El muy cínico explicaba 
poco después de la criminal manifestación que, cuando la autorizó, el 
virus aun no había hecho acto de presencia. Que el cambio de la 
situación e impacto del coronavirus en España se produjo… el domingo al 
anochecer”. ¡Oh casualidad! precisamente en el momento en que se 
disolvió la manifestación de las feministas. A algunas de ellas puede 
que les vaya la vida”.
¿Y si hablamos de Cristina Almeida? Diciendo que no le importaba 
arriesgarse por una reivindicación que va mucho más allá del riesgo 
personal y entonces iría como van otros porque le parecía que celebrar 
este día, era  enfrentarse al virus mucho más terrible que hemos tenido …
 un virus que, seguimos teniendo y que duraba siglos:  el machismo. Por 
ello, valía  la pena contagiarse.
Dos de los más directos responsables de autorizar la manifestación 
violaron la cuarentena por el contagio de sus esposas y mintieron para 
justificarlo. Porque para Pablo Iglesias, sobre todo, estar en este 
consejo de ministros era más que importante aunque salió trasquilado. Ni
 una sola competencia para ninguno de los ministros de Podemos. 
Empezando por él mismo que abandonó Moncloa con el rabo entre las 
piernas y trasquilado. Todos ellos son merecedores de una querella 
criminal a la que me sumaría.
No creo que nunca, jamás, volvamos a vivir unas jornadas tan 
dramáticas como las de esta semana en la que la enfermedad no solo nos 
ha afectado al pueblo sencillo y llano sino también a la…Casa Real.  No 
en balde esta pandemia se denomina…“corona” virus.
La semana que viene hablaremos del repudio de Felipe VI a su padre.
(*) Periodista y escritor

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