Con cuentagotas, Tsunami Democràtic va dando pistas 
de las acciones que pretende realizar en el partido de liga suspendido 
el pasado mes de octubre y que enfrentará el próximo miércoles al Fútbol Club Barcelona y al Real Madrid en
 el Camp Nou. 
El movimiento independentista y de condena a la sentencia 
emitida por el Tribunal Supremo a los presos políticos catalanes, 
después de varios comunicados reclamando un acuerdo con los clubs para 
que se pudiera visualizar en el estadi y de una manera muy visible el lema Spain, sit and talk (España
 siéntate y habla), ha llamado a una gran concentración en los 
alrededores del Camp Nou a partir de las 16 horas. 
Muy probablemente, la
 movilización acabará suponiendo el colapso de toda la zona de Les Corts y
 quién sabe si un grave impedimento para que los miembros de ambos clubs
 puedan penetrar en las instalaciones como en un partido normal.
Según Tsunami Democràtic, unas 18.000 personas se han apuntado ya en la aplicación, y se han ofrecido para bloquear las cuatro entradas principales del campo y
 una parte de este grupo estarán en las gradas, con instrucciones 
precisas de lo que deben realizar. 
Fuera de estos detalles todo son 
especulaciones, aunque es obvio que la dimensión del partido en su 
vertiente deportiva es muy importante a nivel planetario, lo que se 
refleja en una audiencia televisiva que en los últimos años se ha acercado a los 700 millones de telespectadores.
El hecho de que las experiencias anteriores de concentraciones 
organizadas por Tsunami Democràtic se hayan desarrollado pacíficamente y
 hayan conseguido el impacto mediático pretendido para amplificar la 
injusticia de la sentencia del Tribunal Supremo, lleva a pensar que, 
este caso, no será muy diferente a los anteriores. 
Es obvio que el derecho a la protesta ampara a los manifestantes
 y que el Camp Nou siempre ha sido un altavoz de la identidad 
catalanista. El club no se entendería sin esa armonía entre la 
reivindicación y la defensa de las libertades. Desde hace mucho tiempo, 
en el minuto 17:14 de la primera y de la segunda parte 
los aficionados se expresan con gritos a favor de la independencia e, 
inmediatamente después, piden la libertad de los presos políticos. No es
 un grito unánime, ciertamente, pero todo se desarrolla con exquisita 
normalidad.
Por lo que se puede interpretar del comunicado de Tsunami no parece 
que el objetivo sea impedir la celebración del partido sino aprovechar 
su impacto mundial para hacer visible el conflicto entre Catalunya y España. Porque no nos engañemos, lo que más molesta es que el Spain, sit and talk acabe siendo no una demanda del independentismo sino un exigencia internacional al Gobierno español.
(*) Periodista y director de El Nacional

 
 
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