GINEBRA.- El informe anual presentado este martes por la Asociación 
Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) 
dibuja un mapa cada vez más polarizado, en el que los Estados intolerantes hacia el colectivo LGBTI aumentan sus medidas contra éste mientras la libertad sexual crece en el resto.
El informe, presentado con ocasión del Día Internacional de los Derechos Humanos, indica que 70 países criminalizan en 2019 las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, los mismos que en 2018 después de que Botsuana saliera de la lista pero otro país africano, Gabón, volviera a entrar en ella.
“En muchas partes del mundo se está avanzando en pro de la protección de las personas LGBTI, pero vemos que en otras regiones la tensión va en dirección contraria y la situación está empeorando“, resumió en unas declaraciones a Efe el investigador argentino de ILGA, Lucas Ramón Mendos, autor del informe.
Avances y retocesos en Latinoamérica
La región latinoamericana ejemplifica esta cuestión, ya que ha habido progresos en Ecuador, donde se ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras se ha perdido terreno en lugares como Brasil, con la llegada de un presidente con discursos públicamente homófobos como Jair Bolsonaro.
“Lamentablemente hay una legitimación de discursos hostiles de odio y
 discriminatorios muy preocupantes, sobre todo cuando vienen de un 
presidente”, subrayó Mendos, quien afirmó que esto se ha traducido en 
“un incremento exponencial en los actos de violencia” por parte de 
grupos que se sienten potenciados.
En Brasil esto también se ha traducido en la retirada de apoyos 
económicos a iniciativas artísticas en torno al colectivo LGBTI e 
intentos de censura, aseguró el experto.
Vulnerabilidad en el éxodo migrante
Mendos también señaló que homosexuales, lesbianas y transexuales son 
personas especialmente vulnerables en los flujos migratorios que está 
habiendo desde Centroamérica hacia EEUU o desde Venezuela a países 
vecinos, al ser víctimas en ocasiones de abusos o sufrir discriminación 
tanto en la ruta como en el lugar de destino.
“Hay homofobia y transfobia entre el personal fronterizo, las fuerzas
 de seguridad y las armadas, también existe vulnerabilidad ante maras 
(denominación de las pandillas en Centroamérica) y bandas criminales 
organizadas”, explicó.
En el otro lado de la balanza, un Gobierno en el pasado denunciado por su intolerancia a gais y lesbianas como fue Cuba dio en 2019 un
 paso positivo al incluir en su nueva Constitución una cláusula 
prohibiendo la discriminación por orientación sexual e identidad de 
género.
“La cláusula no implica automáticamente que se reconozcan matrimonios
 igualitarios o la adopción, pero abre la puerta y favorece procesos de 
discusión, y es sumamente significativo que se haya logrado”, valoró el 
investigador argentino.
Taiwán marca el ejemplo
En el resto del mundo, las mejores noticias llegaron desde Taiwán, primer territorio de Asia que autorizó los matrimonios entre personas del mismo sexo, lo que según Mendos podría tener consecuencias beneficiosas para el resto del continente.
“Cuando se logran estas conquistas, en países circundantes ello 
impacta y genera debates, lo que a veces puede impulsar a que otros 
sigan el mismo camino”, señaló, explicando que ya hay avances en Japón y
 China en materia de protección legal de parejas del mismo sexo, aunque 
aún no esté legalizado su matrimonio.
La pena capital sigue en Estados islámicos
En la parte más negativa, seis países (Irán, Arabia Saudí, 
Yemen, Sudán, Somalia y Nigeria) aún consideran las relaciones sexuales 
entre personas del mismo sexo un delito condenable con la muerte, y este año se sospecha que al menos hubo seis ejecuciones en este sentido, aplicadas a cinco hombres saudíes y un iraní.
Además, en el sultanato de Brunei se introdujeron 
reformas penales que imponen la pena de muerte por lapidación a toda 
relación sexual fuera del matrimonio, lo que incluía aquellas entre 
personas del mismo sexo, aunque la condena internacional forzó al país a
 dictar una moratoria de la pena capital.
Por otro lado, en Marruecos 170 personas fueron 
detenidas y juzgadas por lo que ellos denominan ‘delito de 
homosexualidad’, y en Zambia una pareja gay fue condenada a 15 años de 
prisión, según relató Mendos.
 
 
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