MADRID.- El día después del congreso del PP en el que Mariano Rajoy 
fue reelegido se vio empañado por los tribunales: junto a las esperadas 
declaraciones de este lunes en el juicio por el caso Gürtel, el partido 
recibió un nuevo susto con la acusación al presidente de Murcia por la 
trama Púnica.
El juez Eloy Velasco abrió una causa contra Pedro Antonio 
Sánchez y la senadora Pilar Barreiro, a quienes acusa de los delitos de 
cohecho, fraude y revelación de información por su presunta 
participación en la trama de Púnica en esta comunicad autónoma.
Una noticia que se sumó a las ya previstas declaraciones de 
la exministra de Sanidad, Ana Mato y del representante legal del PP, por 
su condición de partícipes a título lucrativo de la trama Gürtel.
La noticia de la acusación al presidente de Murcia provocó la rápida reacción del afectado y también de la cúpula del PP.
Así, Sánchez aseguró que "no se puede demostrar lo que nunca
 existió" y dijo tener pruebas de que no hubo relación comercial entre 
las empresas de la Púnica y la Consejería de Educación que él dirigía, 
mientras que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, 
defendió al presidente murciano.
En declaraciones en La Sexta, Cospedal señaló también que el
 contrato en el que se basa la acusación "nunca se celebró", recordó que
 Sánchez ha sido objeto de dieciséis querellas por parte de la oposición
 y señaló que, cuando uno tiene una responsabilidad, "siempre se 
despiertan amistades y enemistades y siempre hay otras personas que 
quieren ocupar tu lugar".
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