No es casualidad que Ciudadanos convoque una manifestación de rechazo
 a la violencia y acabe con agresiones y con, al menos, una persona 
lesionada. No es casualidad que tan solo asistan unos centenares de 
personas y acaben apoderándose los ultras de la concentración. No es 
casualidad que un periodista sea agredido, reciba cuatro puñetazos y 
tenga que ser evacuado. 
No es casualidad que en el origen de la agresión
 se profieran gritos contra TV3 y un cámara de Telemadrid sea 
violentamente atacado porque una pegatina sea confundido por la turba 
violenta con un lazo amarillo. No es casualidad que una persona presente
 en el Parc de la Ciutadella grite 'fuera fascistas' a los manifestantes
 y por respuesta reciba varios puntapies hasta que interviene la Guardia
 Urbana.
NO es casualidad que la jefa de la oposición en el Parlament, Inés 
Arrimadas, aproveche para criticar a TV3 y los medios públicos de la 
Generalitat el mismo día que ha sido entrevistada por El Matí de 
Catalunya Ràdio, el programa estrella de la emisora. No es casualidad 
que, para mantener viva toda su estrategia de tensión y de crispación en
 Catalunya, se negara a reunirse con el president de la Generalitat, 
Quim Torra, en el Palau de la Generalitat si no retiraba de la fachada 
la pancarta de Llibertat dels presos politícs. 
No es casualidad que en todas las ocasiones que se canta Els segadors
 y ella está presente hace manifiesta ostentación de que no participa, y
 se mantiene en silencio mientras se interpreta el himno nacional de 
Catalunya. No es casualidad que la agresión al fotoperiodista Jordi 
Borràs esté sin sancionar por parte de la policía española.
No es casualidad que Albert Rivera o Arrimadas lleven allá donde 
van un discurso frontista, y que toda su artillería mediática consista 
en dividir a la sociedad catalana y aprovechar cualquier chispa de 
crispación que haya. No es casualidad que Rivera y Arrimadas se 
desplacen hasta Alella simplemente para descolgar lazos amarillos horas 
después de que comandos unionistas uniformados y con la cara tapada 
hagan lo propio en varias localidades de las comarcas gerundenses.
No es casualidad que Ciudadanos esté detrás de todo este clima que 
busca atemorizar al sector independentista de la sociedad catalana y 
alejarle de la calle. No es casualidad que sea el convocante de estas 
concentraciones y sus simpatizantes sean los agresores. No es 
casualidad.
 
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia

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