El tiempo está revuelto en la capital del Reino y a juego con la 
política que este fin de semana girará en torno a la entrada triunfal de
 Susana Díaz en Madrid mientras Pedro Sánchez convoca a sus huestes en 
Valencia con la intención de echarle un pulso. Y no sólo a ella sino 
también al aparato y a la Gestora del PSOE, así como a los poderes 
fácticos económicos y mediáticos que arropan a la andaluza al grito de 
¡cuidado con Sánchez!
El cortejo de Susana se anuncia poderoso pero su exceso de 
parafernalia puede provocar un efecto negativo en las bases del PSOE en 
favor del Dr. No. sobre todo por el empacho de Zapatero, que es gafe, y 
se ha convertido en una pesada mochila colgada a la espalda de Susana, a
 la que utiliza como escudo para tapar y hacerse perdonar su 
catastrófica segunda legislatura.
ZP se está convirtiendo en ‘el renacido’ del PSOE a pesar del 
desastre que dejó en España en 2011 y la ruinosa herencia que le dejó a 
Rubalcaba para perder las elecciones hundiendo el partido hasta los 90 
diputados, los que Sánchez rebajó a 85 en 2016, y abriendo ZP las 
puertas a Podemos. Y a no olvidar su encuentro secreto con Iglesias a 
espaldas de Sánchez.
Con pies de plomo y más calladito debería de andar Zapatero, el 
asesor de Maduro, no vaya a ser que alguien descubra las posibles 
contrapartidas que ZP/PSOE habría recibido por indultar banqueros en 
plena crisis económica (que él negó) y social que empeoró con aquella 
reforma exprés del artículo 135 de la Carta Magna.
Y a no perder de vista su anuncio del fin de ETA 24 horas antes del 
atentado de la T4 del aeropuerto de Barajas, y sus muy temerarios 
disparates sobre Cataluña diciendo que la nación española era ‘discutida
 y discutible’, etc, etc.
Cuídese Susana y mucho de este Zapatero prodigioso en catástrofes 
porque su empeño en presentarse como ‘el padrino’ de la andaluza 
apareciendo sin cesar en los medios de comunicación le puede salir muy 
caro a ‘la Reina del Sur’. Su pretensión de asumir protagonismo en la 
fiesta madrileña de Susana puede convertirse en un boomerang de 
consecuencias negativas para Díaz, que llegará a Madrid convertida en la
 favorita del ‘establishment’.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés

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