MADRID.- La entrada de una masa de aire frío por el 
noroeste peninsular, que dejará tormentas, inestabilidad y temperaturas 
algo más bajas, acabará con la ola de calor que durante 14 días 
consecutivos ha activado alertas por temperaturas máximas de más de 40 
grados.
A partir de este viernes, esta ola de 
calor, se disipa para entrar en un "pequeño valle" con una disminución 
de las provincias afectadas por calor intenso -sólo hay avisos 
amarillos-, así como de la temperatura media total en España, ha 
explicado hoy, Ana Casals, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología.
A partir de este viernes, con la llegada a 
la Península de esa masa de aire frío por el noroeste, se generarán más 
nubes y por tanto inestabilidad y tormentas que refrescarán el ambiente y
 con temperaturas en descenso en buena parte del interior peninsular, 
las Islas Baleares y las Islas Canarias. 
El sábado el descenso de las 
temperaturas será más evidente en el Cantábrico oriental, alto Ebro y 
litoral atlántico andaluz por lo que sólo las provincias de Córdoba, 
Granada, Jaén, Sevilla, Valencia y Murcia tienen aviso amarillo por 
máximas que oscilarán entre los 36/38 grados.
Asimismo la portavoz
 de la Agencia de Meteorología ha apuntado que este día el riesgo de 
tormentas estará presente en numerosos puntos de la Península.
Aunque hay una cierta probabilidad del fin 
de este episodio a partir de mañana viernes no se descarta "un cuarto pico de 
altas temperaturas" entre los próximos días 20 y 22 de julio, ha 
adelantado Ana Casals. 
Porque este
 descenso pasajero de las temperaturas se disipará entre el lunes y el 
martes de la semana próxima cuando se inicie un progresivo ascenso en 
casi toda la Península.
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