
El problema radica en que este modelo de sumergible es fruto de un consorcio entre la factoría gala y los astilleros españoles de Navantia, que fabrica los submarinos en la factoría naval de Cartagena. Ambas compañías lanzaron unidos el producto al mercado internacional y el acuerdo sigue vigente.
Sin embargo, la apuesta de Navantia por el proyecto de los nuevos submarinos S-80 en solitario no sentó demasiado bien a los franceses de DCN. Las relaciones entre ambas compañías se han enturbiado desde entonces.
Un portavoz de Navantia indicó que no tienen constancia oficial del acuerdo alcanzado entre brasileños y franceses para la construcción de los submarinos. No obstante, señaló que en el caso de que se haya producido deberán respetar el acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario