MURCIA.- La Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar 
Menor da un nuevo impulso al proceso participativo para la regulación 
del uso sostenible de los senderos del Parque Regional de El Valle y 
Carrascoy.
    En la última reunión del grupo de trabajo para la 
Regulación del Uso Sostenible de los Senderos, celebrada el pasado 
jueves, se revisaron los logros alcanzados hasta la fecha y se debatió 
una propuesta de regulación mejorada. 
Además, se convocó a los 
participantes a un nuevo encuentro en el que se analizará en detalle la 
propuesta presentada, permitiendo aportar nuevas ideas y generar un 
consenso amplio sobre la futura regulación.
    La secretaria 
autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática, María Cruz 
Ferreira, destacó la importancia de este proceso participativo y afirmó 
que "la conservación de este emblemático Espacio Natural Protegido es 
una responsabilidad compartida". 
En este sentido, añadió que "este tipo 
de encuentros refuerzan el compromiso colectivo para garantizar un 
equilibrio entre el disfrute del entorno y la preservación de sus 
valores naturales".
    El grupo de trabajo para la Regulación 
del Uso Sostenible de los Senderos del Parque Regional de El Valle y 
Carrascoy se creó en 2011 y está integrado por distintas 
administraciones públicas, asociaciones vecinales, grupos ecologistas, 
centros educativos y empresas de consultoría ambiental, entre otros 
actores.
    Su labor ha sido clave para desarrollar un modelo de
 gestión participativa que asegure la sostenibilidad de los recursos 
naturales y promueva un sentido de corresponsabilidad hacia el entorno. 
La cercanía del Parque Regional de El Valle y Carrascoy a la ciudad de 
Murcia lo convierte en uno de los principales espacios de ocio y recreo 
para la ciudadanía.
    Este intenso uso público representa un 
desafío para la gestión del Parque, ya que es necesario compatibilizar 
las actividades recreativas con la conservación del ecosistema. 
En este 
sentido, actualmente se está desarrollando un estudio para evaluar la 
capacidad de acogida en las áreas recreativas y senderos más 
transitados, que presentan problemas de masificación.
    "Este 
estudio nos permitirá establecer propuestas concretas para regular el 
uso público de manera equilibrada, asegurando que todos puedan disfrutar
 del Parque sin comprometer su conservación", explicó María Cruz 
Ferreira.
    El análisis de la capacidad de acogida permitirá 
identificar las áreas más vulnerables y diseñar estrategias para 
gestionar de forma adecuada la afluencia de visitantes cuando se superen
 los límites sostenibles. 
Asimismo, se trabajará en la identificación de
 impactos y conflictos que puedan surgir en los distintos senderos y 
zonas de uso público, con el objetivo de proponer soluciones efectivas y
 basadas en datos cuantitativos y cualitativos.
   Desde el equipo de gestión del Parque se valora la oportunidad de 
realizar este estudio en paralelo con la reactivación del grupo de 
trabajo, ya que ambas iniciativas se complementan y potencian 
mutuamente.
    "La simultaneidad de ambos procesos nos permite 
generar sinergias positivas, compartir conocimientos y experiencias, y 
mejorar la planificación de la gestión sostenible del Parque", afirmó la
 secretaria autonómica.
    Además, este estudio se enmarca en el
 Programa EUROPARC 2030, que promueve el turismo sostenible y la 
mitigación de impactos negativos en los espacios naturales protegidos. 
Este enfoque garantiza que las actividades recreativas, deportivas y 
educativas que se desarrollan en el Parque respeten su integridad 
ecológica y contribuyan a su conservación a largo plazo.
    Con 
una media de 50 actividades anuales de voluntariado y más de 1.500 
participantes, la colaboración entre el equipo de gestión del Parque y 
asociaciones, clubes deportivos, centros educativos, fundaciones, grupos
 scout y empresas ha sido clave para abordar los retos ambientales y 
sociales que enfrenta este Espacio Natural Protegido.
    
Ferreira concluyó que "gracias a la implicación de todos los actores 
implicados, estamos avanzando en un modelo de gestión participativa y 
sostenible que no solo protege nuestro patrimonio natural, sino que 
también fomenta un sentido de responsabilidad colectiva hacia el 
entorno".
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