MURCIA.- La acequia mayor de Aljufía, cuyos orígenes se 
remontan a los siglos IX-X, está profundamente ligada a la Historia de 
Murcia y su Huerta. Nace en la margen izquierda del Azud Mayor de Murcia
 o Contraparada, y su construcción fue vital al suministrar agua a la 
ciudad y permitir el riego de la Huerta norte y de las almunias situadas
 junto a la muralla medieval. Además, ha movido durante siglos varios 
molinos y fábricas de gran importancia para Murcia, como La de Seda y 
Salitres.
A su valor como un patrimonio 
arqueológico vivo que a día de hoy sigue en uso, hay que sumar los 
beneficios ambientales y paisajísticos que se pueden apreciar sobre todo
 en el tramo de Huerta mejor conservado entre el monasterio de los 
Jerónimos y la rueda de La Ñora. En sus márgenes todavía quedan algunos 
ejemplares de olmos y álamos que dan cobijo a una rica avifauna, y en 
sus aguas comienzan a verse de nuevo anguilas, barbos y el galápago 
leproso.
A pesar de estos valores, la acequia 
carece de protección y muchos tramos se encuentran en mal estado, con 
grandes paños del muro de contención de mampostería derrumbados, 
márgenes ocupados, zonas sin vegetación y la mayor parte de 
construcciones vinculadas al cauce en un estado ruinoso, muchas de ellas
 aún sin catalogar ni proteger.
Ante esta 
situación, Huerta Viva ha propuesto a todos los grupos políticos la 
presentación de una moción conjunta para que la acequia mayor de Aljufía
 quede incluida en el Catálogo de edificios y elementos protegidos del 
Plan General de Ordenación Urbana, además de todas las construcciones 
(molinos, puentes, etc.), arbolado, y valores etnográficos y 
paisajísticos que están asociados al cauce. Con ello se pretende crear 
una normativa específica que asegure su preservación e investigación.
También
 se pide la redacción y puesta en marcha de un proyecto integral de 
rehabilitación del cauce y la mejora ambiental del entorno, en 
colaboración con la Junta de Hacendados y la Confederación Hidrográfica 
del Segura. 
Este proyecto se centraría primeramente en el tramo de mayor
 valor entre la Rueda de La Ñora y el Molino de Funes, en La Albatalía. 
Esta rehabilitación con criterios culturales y medioambientales 
repercutiría muy favorablemente en la vuelta de especies acuáticas casi 
desaparecidas.
Por último, es necesaria la 
señalización de una ruta peatonal y ciclista que facilite a la 
ciudadanía conocer la historia de la acequia, sus valores ambientales y 
el funcionamiento de la red de regadío tradicional. Esta ruta permitiría
 la conexión del centro de la ciudad con la Contraparada y otras rutas 
por la Huerta.

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