BARCELONA.- El aceite de palma, usado en los motores de los coches,
 llegó a nuestra dieta como el sustituto, a priori ideal, a las 
denostadas grasas trans, demostradas nocivas para la salud. Además, su 
bajo coste y el hecho de que a temperatura ambiente es sólido, lo que 
permite trabajarlo, lo convirtió en el favorito de la industria, revela hoy http://www.economiadigital.es.
Está en todas partes. Todo el mundo lo relaciona con la bollería 
industrial, pero también se encuentra en platos precocinados, patatas 
fritas y snacks, gominolas, cereales, pizzas congeladas, así como en 
cremas y productos de limpieza. Su idoneidad para la salud ya estaba en 
duda cuando, a finales de 2016, un estudio publicado por la revista Nature lo relacionó con las células causantes de la metástasis.
Dicho estudio provocó una reacción social en contra del aceite de 
palma, a la que la industria alimentaria busca respuesta. De hecho, ya 
la buscaba antes, pero en los últimos meses ha acelerado. A nivel 
europeo ya cuenta con un lobby de defensa de los beneficios de dicho 
aceite, y el sector trabaja para replicar este grupo de presión en 
España.
El lobby español de defensa del aceite de palma se encuentra todavía 
en una fase embrionaria, pero ya va definiendo su forma. Según han 
explicado fuentes del sector a Economía Digital, se constituirá como una fundación y su principal objetivo declarado será promover el uso de aceite de palma sostenible.
Lógicamente, también perseguirá hacer llegar a la sociedad la 
sostenibilidad de dicho aceite, así como sus beneficios y los perjuicios
 de sus alternativas. Al fin y al cabo, tenga la forma que tenga, será 
un lobby.
Su impulsor es Horacio González Alemán, exdirector 
general de la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas 
(FIAB), la patronal del sector. Tras ser despedido en 2014 por 
cuestionar la reelección del presidente de FIAB, Pedro 
Astals, González Alemán montó una asesoría para la industria, y ahora 
está intentando unir a las marcas más conocidas usuarias de aceite de 
palma para defenderlo a nivel español.
No lo está teniendo fácil. Pese a que las marcas defienden que el 
aceite de palma no es más perjudicial que sus alternativas, y se sienten
 legitimadas para seguir usándolo, les cuesta posicionarse públicamente.
 El estigma contra este aceite crece, lo que supone un reto para la 
imagen de muchas multinacionales.
Las marcas se esconden… por ahora
González Alemán ha ido a picar la puerta de marcas como Ferrero, Nestlé o Bimbo.
 Preguntadas por este medio, estas compañías dicen no formar parte de 
ningún lobby ni conocer la iniciativa, pero coinciden en un discurso que
 será el de la futura fundación: subrayar que usan aceite de palma 
sostenible.
¿En qué consiste el aceite de palma sostenible? Bimbo lo explica: “No
 formamos parte de ningún lobby. Por otro lado, grupo Bimbo tiene el 
compromiso de contar con un suministro responsable y transparente de 
aceita de palma, basado en los principios de no deforestación, no 
explotación y no desarrollo de plantaciones en turberas”.
En cambio desde Ferrero no esconden su disposición a formar parte del
 lobby. “Todo lo que sirva para promover un aceite de palma respetuoso 
con el medio ambiente, así como que el consumidor conozca más el 
producto y su origen, contará con nuestro apoyo”, aseguraron fuentes de 
Ferrero, que no obstante negaron estar detrás de la creación de la 
fundación.
El hecho de que el lobby, para mejorar su imagen, defienda el uso de 
aceite de palma sostenible está retrasando su nacimiento. Algunas 
compañías o no lo utilizan o desconocen si sus proveedores del producto 
lo consiguen de forma sostenible o no. Además de marcas conocidas, 
proveedores y productores de aceite también se sumarán al lobby.
Pero la sostenibilidad del aceite de palma no es el objetivo del 
lobby. Al menos, no por sí mismo. La fundación quiere usar este enfoque 
para mejorar la imagen del producto y, de paso, defender que no es 
nocivo… o al menos, no más nocivo que otras grasas que se podrían 
utilizar como sustitutivos.
Fuentes de la industria aseguraron que se ha abierto un falso debate,
 ya que aceites como el de girasol, oliva u otros no pueden utilizarse 
como sustitutos del de palma. La razón es que no son líquidos a 
temperatura ambiente. Para convertirlos en grasas sólidas hay que 
hidrogenarlos, un proceso químico que también se ha demostrado como 
nocivo, porque se modifican sus cualidades y se convierten en grasas 
saturadas.
La guerra está abierta. Está claro que la industria alimentaria no 
está dispuesta a dejar de utilizar aceite de palma. Es más barato que el
 de girasol y tiene unas características que lo convierten en el más 
sencillo de manipular a nivel industrial. Por ello van a defender donde 
haga falta que es saludable.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario