MURCIA.- La consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela 
Martínez-Cachá, mantuvo una reunión con técnicos y representantes de los
 ayuntamientos del Mar Menor y de la Administración regional para darles
 a conocer las condiciones ambientales y criterios de autorización de 
las intervenciones en la ribera litoral.
La Consejería, a través de la Oficina de Impulso Socioeconómico del 
Medio Ambiente, junto con profesores del departamento de hidrología y 
ecología de la Universidad de Murcia, puso en marcha un sistema de 
seguimiento ambiental de las intervenciones que se pretenden realizar en
 las playas con el objetivo de establecer condiciones para su 
autorización, monitorizar las actuaciones y evaluar las posibles 
afecciones a los valores naturales.
Así, se fijaron unos criterios básicos y un catálogo de buenas 
prácticas ambientales, que se deberán tener en cuenta en las próximas 
acciones en las playas destinadas al baño en la ribera del Mar Menor.
"El objetivo del catálogo es conseguir la mejora ambiental del 
litoral y singularmente de los hábitats y especies protegidas", señaló 
la consejera.
Antes del inicio de la temporada estival tanto la Demarcación de 
Costas como los ayuntamientos de la zona realizan distintas 
intervenciones para la mejora estética y de la calidad del baño de las 
playas de la ribera del Mar Menor, como dragados, creación o retirada de
 escolleras o espigones, reperfilados, aportes de arenas y regeneración 
de playas, entre otras.
Con estas actuaciones se pretende reparar los daños causados por los 
temporales y las lluvias torrenciales del otoño y el invierno.
El catálogo de buenas prácticas incluye recomendaciones sobre 
actuaciones para eliminar espigones. Así, cuando sea posible se 
priorizará la recuperación del hidrodinamismo natural y la textura 
arenosa de los fondos, eliminando o permeabilizando espigones y otras 
infraestructuras que limiten la circulación del agua.
Asimismo, se evitarán todo tipo de dragados, salvo que se trate del 
interior de los puertos o de los canales de tránsito o golas de conexión
 al Mar Mediterráneo, siempre con la maquinaria y equipos adecuados para
 evitar la generación de turbidez en las aguas.
En cuanto a las aportaciones de arena, no debe contemplarse la 
extracción de este material depositado por arrastre en los primeros 
metros del lecho marino y se emplearán preferentemente arenas de origen 
autóctono.
Además, deberá llevarse a cabo preferentemente por medios manuales o,
 en caso de uso de maquinaria, esa no deberá producir excavación de los 
fondos e irá trabajando desde tierra. Igualmente, se harán prospecciones
 previas para detectar la existencia de fartet (aphanius iberus) y 
plantas fanerógamas marinas.
Respecto a la retirada de fangos, se considera excepcional porque 
puede suponer efectos negativos para las comunidades de fanerógamas 
marinas, razón por la cual se considera inicialmente incompatible con su
 protección; además, se evitará la extracción con medios mecánicos. Se 
podría admitir el tapado de fangos con arena.
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