TOLEDO.- El Consejo de Gobierno de Castilla La 
Mancha llevará a los tribunales el plan de cuenca del Segura y las 
reglas de explotación del Trasvase. El Ejecutivo de García-Page acordó autorizar a los servicios jurídicos de la Junta a impugnar los 
planes hidrológicos del Tajo, Júcar, Guadiana y Segura, así como el real
 decreto que regula las normas de explotación del trasvase Tajo-Segura. 
Según dijo en rueda de prensa la consejera de Fomento, 
Elena de la Cruz, se ha autorizado al gabinete jurídico a impugnar ante 
el Supremo los planes hidrológicos de estas cuatro cuencas aprobados el 
19 de enero.
De la Cruz, justificó la decisión porque los planes 
no garantizan «en absoluto» agua para Castilla-La Mancha. Sobre el plan 
del Segura dijo que «no garantiza estudios para saber si hay agua 
suficiente» en la región. 
Asimismo, indicó que el Gobierno 
castellano manchego entiende que los planes no garantizan el principio 
de equidad dentro de las cuencas, porque las restricciones de agua y el 
déficit se trasladan a sus ciudadanos. Tampoco garantizan los caudales 
ecológicos (solo unos caudales mínimos) que deberían de garantizarse 
para cumplir la directiva marco del agua y los requisitos de la Red 
Natura 2000. Añadió que no se cumplen los objetivos medioambientales 
particularmente en el plan hidrológico del Tajo, que según De la Cruz, 
«está totalmente intervenido y sujeto a los intereses particulares de 
otras regiones, ya que existen unas restricciones que se perpetúan en la
 cuenca cedente y que en ningún caso se trasladan a la cuenca 
receptora». 
Señaló que se quiebra el principio de prioridad en la
 cuenca cedente, se impone un régimen no natural al río, «con unos 
desembalses artificiales y marcados de forma estacional». La consejera 
explicó que el incumplimiento de los objetivos medioambientales abre la 
puerta a que la Junta recurra de forma indirecta el real decreto 
773/2014 que regula las normas de explotación del Trasvase Tajo-Segura.
A
 su vez, el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Francisco 
Martínez Arroyo, lamentó que estos planes «no tienen en cuenta los 
intereses de los ciudadanos» de Castilla-La Mancha. Destacó que el 91% 
del agua que se consume en la comunidad manchega es para el uso agrario,
 con lo cual la importancia del agua «es capital», pero estos planes de 
cuenca «no recogen las necesidades de los agricultores» de la región.
También
 quiso recordar que en los últimos años los agricultores 
castellano-manchegos han hecho «mucho esfuerzo» por mejorar la 
eficiencia de los cultivos para ahorrar agua y «mejorar el medio. La 
asignación de las dotaciones es insuficiente para las demandas 
existentes en la región, y también para las demandas futuras», lamentó.
En
 su opinión, estos planes «impiden el desarrollo de los regadíos 
sociales», que tendrán «dificultades» para subsistir. 
Con respecto a la 
cuenca del Guadiana, criticó que con el plan aprobado por el Gobierno y 
ahora impugnado por la Comunidad Autónoma se quedan sin regularizar 
1.200 pozos, con lo que no se cumplirá un compromiso adquirido «en el 
año 2011».
Por su parte, el presidente del Sindicato Central de 
Regantes, José Manuel Claver, apuntó que «ya han pasado los plazos para 
recurrir» las normas de explotación del Tajo y calificó la actitud del 
Ejecutivo manchego de mero «postureo». A juicio de Claver, el Gobierno 
de Castilla-La Mancha «sale a recurso por mes» desde que llegó al poder.
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