sábado, 1 de febrero de 2025

La perversa doctrina política del "mal menor" / Lisandro Prieto *


El objetivo de los modernos es la seguridad de sus goces privados; y llaman libertad a las garantías concedidas por las instituciones de estos mismos goces"

Benjamin Constant

Hace poco tiempo, un gran filósofo y amigo de mis tierras, compartió conmigo un de Jean-Claude Michéa, titulado "El imperio del mal menor" (2007), en el cual se desarrolla una interpretación bastante interesante del "mal menor" como criterio político y ético dominante en la mayoría de las democracias occidentales contemporáneas. 

En una primera aproximación, se propone como una estrategia para evitar grandes calamidades, pero este enfoque prioriza decisiones que, aunque imperfectas, son consideradas menos perjudiciales que las alternativas disponibles. 

La obra precitada ofrece una profunda crítica a este principio, destacando cómo se ha convertido en el pilar de un liberalismo que ha decidido renunciar a los valores trascendentes en favor de una racionalidad meramente utilitarista y pragmática, motivo por el cual consideramos que es valioso realizar, sobre todo en estos días, el análisis pertinente del "mal menor", contrastándolo con las implicaciones para la política real y la ética devastada.

Antes de desarrollar en profundidad la crítica que se propone, debemos tener en cuenta que para Michéa, el "mal menor" es la expresión de un liberalismo político y económico que busca mantener la estabilidad social mediante la renuncia a grandes ideales colectivos. 

Nuestro autor argumenta que este principio es un reflejo de la lógica de una modernidad que privilegia el progreso técnico y el consumo individual sobre la construcción de un bien común. 

En este contexto, entonces, el "mal menor" actúa como una coartada moral para justificar políticas que apuntan directamente a perpetuar desigualdades estructurales y un vacío ético en la esfera pública.

Complementariamente, desde la perspectiva del autor de referencia, se sostiene que el enfoque individualista y moralmente simplista del "mal menor" erosiona los lazos comunitarios, al sustituir valores compartidos por una ética minimalista basada en la tolerancia y un contrato social cada vez más atomizado.

 Ahora bien, cabe preguntarse hasta dónde nos ha llevado esta forma de existir, en tanto que esta obsesión por evitar "mayores males" conduce a toda velocidad a sociedades en las que las decisiones se toman en función de cálculos utilitarios, sacrificando así cualquier aspiración de justicias verdadera o transformación social radical.

Procedamos ahora a intentar comprender lo precedentemente enunciado mediante algunos ejemplos puntuales. En primer lugar, tengamos en cuenta las llamadas "políticas de austeridad económica" en cuanto cómo los gobiernos, en nombre del "mal menor", implementan dichas directrices que perjudican directamente a las clases trabajadoras para evitar supuestas crisis económicas mayores, como la hiperinflación o el colapso financiero. 

Estas decisiones, aunque presentadas como inevitables para "salvarnos", consolidan un sistema económico que prioriza los intereses del capital financiero sobre las necesidades de las personas, perpetuando desigualdades estructurales que, paradójicamente, son aplaudidas incluso por quienes las sufren.

Otro ejemplo que puede servirnos para comprender este asunto es el desarrollo de las intervenciones militares. 

En este caso, el "mal menor" también se utiliza para justificar la invasión militar en nombre de una supuesta estabilidad global: lo que vimos en Irak o Afganistán fueron presentadas como acciones "necesarias" para evitar amenazas mayores, como el terrorismo o la proliferación de armas de destrucción masiva (que por cierto, nunca aparecieron). 

Pues bien, amigos míos, Michéa en este sentido sostendría que estas acciones no sólo fallan en resolver las causas subyacentes de los conflictos, sino que generan nuevas formas de violencia y desestabilización.

También, podríamos considerar brevemente la tolerancia minimalista que se desarrolla en la esfera de "lo público". 

Michéa señala que el énfasis en un ética basada en la tolerancia mínima, como evitar la discriminación explícita, ha reemplazado la construcción de valores compartidos más profundos. 

Por ejemplo, en el ámbito educativo, los programas de inclusión se limitan a medidas superficiales, como la representación simbólica, en lugar de abordar con seriedad las desigualdades estructurales que perpetúan la exclusión social.

Hay más, créame querido amigo lector, mucho más. Otro ejemplo, tan cruel como evidente, es el que podemos apreciar en la desrregulación total de los mercados laborales. En este aspecto puntual, nuestro autor critica cómo los gobiernos optan por flexibilizar las regulaciones laborales en nombre de evitar el desempleo masivo: estas políticas, vistas como el "mal menor", a menudo precarizan el trabajo y aumentan la inseguridad económica, perpetuando un sistema que prioriza las ganancias empresariales sobre el bienestar de los trabajadores.

Finalizando con los ejemplos prácticos, no podemos olvidar lo que sucede con las elecciones políticas. En este contexto, "el mal menor" se manifiesta claramente en los sistemas democráticos, donde los votantes se ven obligados a elegir entre candidatos que representan opciones insatisfactorias. 

Tal es el caso de las elecciones en países occidentales en los que a menudo enfrentan a partidos políticos tradicionales que, aunque diferentes en sus enfoques, comparten una adhesión común a las políticas neoliberales por las cuales ambos se derriten en su deseo. 

Ésto, según Michéa, no hace otra cosa que perpetuar una política que evita rupturas reales con el status quo sobre el cual tantos pregonan querer cambiarlo mientras que, por detrás, no hacen más que profundizarlo.

Procedamos ahora a plantear las críticas al principio del "mal menor" de Michéa, que encuentra ecos en pensadores como Christopher Lasch, quien, en su obra "La rebelión de las élites", denuncia cómo las élites liberales han reducido la política a una gestión técnica, desvinculada de las necesidades reales de los pueblos. 

Ambos autores coinciden en que esta lógica tecnocrática desactiva cualquier atisbo de impulso democrático genuino, al reducir el horizonte político a la elección entre alternativas igualmente insatisfactorias.

Sobre ésto último también tenemos que considerar lo ocurrido con el manejo de la crisis financiera del año 2008, en la que los gobiernos de las principales economías mundiales optaron por rescatar a los bancos y corporaciones con fondos públicos, justificando así estas medidas como un "mal menor" para evitar el colapso del sistema financiero global. 

Sin embargo, esta decisión ignoró por completo, y de manera intencional, las necesidades reales de las comunidades afectadas por las ejecuciones hipotecarias, el desempleo masivo y las políticas de austeridad, reforzando la desconexión entre las élites económicas y la ciudadanía.

Otro claro ejemplo de desconexión lo podemos ver en el ámbito de la discusión por el cambio climático, ante el cual las élites globales han adoptado compromisos mínimos, como los Acuerdos de París, presentándose como el "mal menor" frente a la inacción total. 

No obstante, estas políticas suelen carecer de medidas concretas y efectivas para abordar las causas profundas de la crisis, dejando a las comunidades más pobres en situaciones de mayor riesgo mientras se protege el status quo de las grandes industrias contaminantes.

Ni hablar de lo ocurrido con la gestión de la pandemia de COVID-19. Durante la pandemia, muchos gobiernos optaron por priorizar la reapertura económica frente a la protección de la salud pública, argumentando que un colapso económico sería un "mal mayor". 

Este enfoque tecnocrático y asesino, que desactivó debates democráticos sobre las alternativas posibles, ignoró las necesidades específicas de los sectores más vulnerables, como los trabajadores considerados esenciales o las personas sin el acceso adecuado a una atención médica digna y de calidad.

También, y por último en este aspecto particular, debemos tener en cuenta que la lógica del "mal menor" se observa en la creciente privatización de los servicios esenciales como la educación y la salud, presentada como una solución pragmática frente a la ineficiencia estatal. 

Sin embargo, estas decisiones han logrado la exclusión explícita de las comunidades más carenciadas, consolidando así una gestión técnica de la política que prioriza la eficiencia económica sobre el bienestar común.

Por su parte, el filósofo Slavoj Žižek, desde obras como "En defensa de las causas perdidas" (2008) acompaña a este enfoque, puesto que señala que el principio del "mal menor" puede convertirse en una trampa ideológica: en lugar de cuestionar las raíces de los problemas sociales, esta perspectiva liberal perpetúa el sistema de desprotección social al legitimar decisiones que nunca desafían las estructuras de poder existente. 

Tengamos en cuenta que para este autor, aceptar el "mal menor" equivale a renunciar a la posibilidad de un cambio real, puesto que así se neutraliza la capacidad crítica de los ciudadanos, los cuales, bastante flojos de papeles en cuanto a la formación reflexiva, terminan aplaudiendo las estructuras que los aplastan.

En la obra precitada de Žižek, argumenta que aceptar soluciones de compromiso, como las decisiones basadas en el "mal menor", impide la posibilidad de la gestación de cambios reales en las estructuras de poder. 

Al enfocarse únicamente en lo que es políticamente factible dentro del marco existente, se perpetúa una especie de cinismo colectivo donde las opciones transformadoras se descartan como utópicas, delirantes o inviables.

Previamente, en su obra titulada "El sublime objeto de la ideología" (1989) , Žižek explica cómo el discurso político tecnocrático opera al naturalizar las desigualdades y presentar las condiciones existentes como las únicas posibles. 

Desde esa perspectiva, el "mal menor" sería una herramienta ideológica que se encarga de impedir a los ciudadanos imaginar o luchar por un orden alternativo. En definitiva, Žižek nos sugiere que este enfoque es una estrategia que sirve a las élites para mantener intacto el statu quo, ya que canaliza el descontento hacia elecciones superficiales en lugar de cuestionar las bases estructurales del sistema. Y así nos va...

Frente a las críticas al "mal menor" recién expresadas, tenemos también autores como John Rawls y Jürgen Habermas, que defienden la viabilidad de un liberalismo basado en principios normativos sólidos. Rawls, con su teoría de la justicia como equidad, propuso un modelo en el que las instituciones deben garantizar derechos fundamentales y un mínimo de igualdad, evitando la necesidad de recurrir al cálculo utilitario. 

Por su parte, Habermas abogó por un liberalismo deliberativo, donde el diálogo racional permitiría construir consensos éticos que trasciendan la lógica del "mal menor".

Si bien estos enfoques ofrecen una perspectiva alternativa, en la que el liberalismo no se limita a gestionar crisis, sino que busca fortalecer las bases normativas de la convivencia democrática. Sin embargo, Michéa cuestiona si éstas teorías pueden aplicarse en un contexto dominado por la lógica mercantil, la devastación ética y moral y la fragmentación social actual.  

En fin, queridos amigos, el principio del "mal menor" refleja las tensiones inherentes a las democracias posmodernas, atrapadas en la necesidad de evitar el caos (para las élites) y el anhelo de una justicia transformadora.

La crítica de Michéa nos invita a reflexionar sobre los límites de un enfoque político que renuncia a grandes ideales en nombre de una estabilidad ficticia en la cual participamos muy pocos ciudadanos. 

Rechazar la lógica del "mal menor" no implica optar por el caos, sino recuperar la capacidad de pensar e imaginar alternativas que sean realmente más justas y solidarias puesto que sólo así será posible reconstruir una política que, en lugar de resignarse a lo menos malo, se atreva a perseguir lo verdaderamente bueno.

 

(*) Filósofo y profesor

Regreso de la Ética / Guillermo Herrera *


"Cuando un gobierno es opresivo, el pueblo se vuelve astuto y rebelde" escribió Lao Tse.

Ser rebelde contra el sistema era antes ser de izquierdas, porque la derecha era el sistema. Ahora ser rebelde contra el sistema es ser de derechas, porque la izquierda es el sistema, cuando algunos líderes políticos europeos están tratando de imitar el sistema de control social totalitario de China

El objetivo es siempre mantenernos divididos y enfrentados, porque unidos somos muy peligrosos para el sistema de la Matrix. Hay que trascender la dualidad izquierda-derecha y unirse en el sentido común.

Por mucho que se programe a la juventud, al final los jóvenes siempre llevarán la contraria al sistema establecido porque son rebeldes por instinto. Históricamente, la izquierda se ha asociado con la lucha contra estructuras de poder establecidas, mientras que la derecha ha representado la conservación del orden tradicional. 

Sin embargo, en las últimas décadas, se han invertido estos papeles, donde se han integrado en las instituciones ciertas doctrinas supuestamente ‘progresistas’.

La estructura de poder cambia con el tiempo, y lo que antes era contracultural o antisistema puede volverse parte del establishment o de la clase dirigente.

 Sin embargo, más allá de etiquetas ideológicas, lo esencial es analizar críticamente cada postura y actuar en base a principios sólidos, como la libertad, la justicia y la verdad, en lugar de seguir dogmas o banderas políticas como si fuera un equipo de fútbol.

 Quizás lo más sensato sea buscar soluciones prácticas basadas en la realidad, en lugar de aferrarse a etiquetas políticas.

La realidad suele ser más compleja que una simple dualidad izquierda-derecha. Tanto la izquierda como la derecha pueden tener elementos del sistema y antisistema simultáneamente. 

Trascender las etiquetas ideológicas puede ser positivo para fomentar un debate más constructivo. Lo importante es analizar las propuestas concretas de cada opción, más allá de las etiquetas y mantener una mirada crítica sobre los temas políticos y sociales.

TAOÍSMO

La doctrina política implícita en el Tao Te King se basa en principios como la no interferencia, la humildad y la armonía con el Tao. Lao Tse advierte que cuantas más leyes y regulaciones se impongan, tanto más desorden habrá. 

La confianza en el pueblo y la simplicidad son clave para mantener la armonía social. "Cuando el gobierno es opresivo, el pueblo se vuelve astuto y rebelde."

Lao Tse propone que el mejor gobernante es aquel que interviene lo menos posible en la vida de los seres humanos. La "no acción" no significa inactividad, sino actuar de manera natural, sin forzar ni imponer.

 Un líder sabio guía sin dominar, permitiendo que fluyan las cosas según su propia naturaleza. "Cuando el gobernante hace poco, el pueblo se contenta. Cuando el gobernante actúa mucho, el pueblo se rebela."

El gobernante ideal no busca destacar ni acumular poder, sino que actúa con modestia y sencillez. Lao Tse critica la ostentación y el afán de control, sugiriendo que un líder debe ser como el agua, que beneficia a todos sin competir. "El mejor gobernante es aquel cuya existencia apenas es notada por el pueblo."

El Tao es el principio universal que rige todo. Un buen gobierno debe alinearse con este principio, respetando el flujo natural de la vida y evitando la imposición de normas rígidas o artificiales. La virtud no se impone, sino que surge de manera natural cuando el gobernante actúa con integridad y compasión. 

Un líder virtuoso inspira al pueblo sin necesidad de coerción. "El que es bueno no discute; el que discute no es bueno."

En resumen, la doctrina política de Lao Tse en el Tao Te King aboga por un gobierno minimalista, basado en la humildad, la no interferencia y la alineación con el Tao. Es una filosofía que prioriza la armonía natural y la confianza en la sabiduría intrínseca de los seres humanos, en contraste con el control autoritario o la acumulación de poder.

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viernes, 31 de enero de 2025

Podemos clama contra la nueva ordenanza de la ORA en la ciudad de Murcia, en barrios y pedanías

MURCIA.- La portavoz municipal de Podemos en Murcia, Elvira Medina, ha levantado hoy la voz frente a la nueva ordenanza de la ORA aprobada por el Ayuntamiento de la capital "para exprimir a los barrios y a las pedanías donde hasta ahora no se pagaba por aparcar como San Basilio, Juan Carlos I, Juan de Borbón, Los Dolores, Espinardo o El Puntal".

 "Lo hacen además con mentiras, negando este aumento cuando el mapa de las nuevas zonas de pago obligatorio que estamos denunciando fue aprobado en junta de gobierno", ha denunciado Medina.

Desde Podemos lamentan además que "este nuevo reglamento castiga también a los usuarios del coche eléctrico que hasta hora podían aparcar en zona azul sin pagar y sin límite de tiempo", una medida que la formación morada considera "contraria a la movilidad sostenible en la ciudad con el aire más contaminado de España, al quitar los incentivos a los vehículos con cero emisiones".

Por todo ello Elvira Medina ha rechazado de plano la nueva ordenanza, "que solo se explica por el afán recaudatorio del PP para pagar el mes de fiesta que se han pegado y el circo en el que Ballesta ha convertido la ciudad de Murcia", y anuncia una ronda de contactos con asociaciones de vecinos y usuarios del vehículo eléctrico para plantar cara.

También el Grupo Municipal Socialista ha insistido en la necesidad de aplicar un orden lógico en la regulación del estacionamiento en Murcia. Antes de cualquier modificación de la ORA, el PSOE reclama al PP que se garantice un servicio de transporte público eficiente y una red de aparcamientos disuasorios que den cobertura a toda la ciudadanía.

Ginés Ruiz, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Murcia lo ha dejado bien claro durante el Pleno celebrado hoy. 

"Mostramos nuestro rechazo a la aprobación inicial de la ordenanza porque aunque se trata de una medida necesaria, debe implementarse en un orden lógico: primero garantizando el transporte público y los aparcamientos disuasorios, y luego regulando el estacionamiento, algo que el PP no ha hecho, más bien todo lo contrario".

En este sentido, Ruiz ha recordado que el Partido Popular, cuando estaba en la oposición, calificó de "disparate" cualquier cambio en la ORA, incluyendo la ampliación a barrios periféricos y el ajuste de tarifas. Sin embargo, una vez en el gobierno, coge la misma ordenanza, y la trae a aprobación sin culminar todos los pasos previos".

A esta falta de coherencia ha señalado el portavoz del PSOE- se suma los incumplimientos reiterados de los plazos para la licitación del nuevo servicio de transporte público. 

"Entraron en junio de 2023 y aseguraron que en diciembre de 2023 estaría licitado. Pasó diciembre y dijeron que antes del verano de 2024. Pasó el verano y lo aplazaron a diciembre de 2024. Estamos en enero de 2025 y el servicio sigue sin licitarse".

Desde el Grupo Socialista han vuelto a insistir en que la movilidad en el municipio solo se podrá gestionar de manera eficaz si se aplican medidas en el orden adecuado: primero, garantizando un transporte público eficiente y una red de aparcamientos disuasorios funcionales; y después, regulando el estacionamiento.

 "Sin un transporte público que sea una alternativa real al vehículo privado, la ampliación de la ORA no será efectiva", ha reiterado Ruiz.

El Grupo Socialista se abstiene ante una modificación urbanística que genera dudas sobre el futuro del suelo público en Murcia

 MURCIA.- El Grupo Municipal Socialista ha optado esta mañana, durante la celebración del Pleno correspondiente al mes de enero en el Ayuntamiento de Murcia, por la abstención en la aprobación definitiva de la Modificación n° 134 del Plan General de Ordenación, al considerar que esta propuesta plantea serias incertidumbres sobre la gestión futura del suelo público destinado a equipamientos.

Aunque el equipo de Gobierno del PP presenta esta modificación como una medida para agilizar trámites administrativos y fomentar la vivienda social, el edil Andrés Guerrero ha señalado que desde "el PSOE manifestamos nuestras reservas sobre el verdadero alcance de este cambio. Nos preocupa que dicha modificación pueda ser utilizada como un mecanismo para permitir la privatización de terrenos inicialmente destinados a equipamientos públicos".

Además, Guerrero ha matizado que "el Grupo Socialista considera contradictorio que el PP justifique esta medida argumentando que permitirá construir viviendas sociales en suelos destinados a equipamientos, mientras sigue vendiendo solares públicos que ya podrían destinarse a este fin, sin necesidad de introducir ninguna modificación".

Por todo ello, el PSOE exige mayor transparencia y garantías de que el suelo público seguirá destinado a los usos para los que fue concebido, sin abrir la puerta a intereses privados en detrimento del interés general.

El Ayuntamiento de Lorca reduce hasta los 21 días el periodo medio de pago a proveedores en diciembre de 2024

 LORCA.- La edil de Economía y Hacienda, Belén Pérez, ha informado del último balance relacionado con la media del pago a proveedores del Ayuntamiento de Lorca, que ha logrado reducirse en cerca del 70% en la segunda mitad del pasado año.

"El periodo medio de pago (PMP) del Ayuntamiento, a fecha 31 de diciembre de 2024, último dato que ofrece el área de contabilidad, quedó fijado -exactamente- en 21 días, siendo de 20,8 el periodo medio de pago global, esto es incluyendo a sus entes dependientes (organismos autónomos y sociedades mercantiles). 

Desde el mes de junio de 2024, el periodo medio de pago del Ayuntamiento como entidad principal ha pasado de los 64,6 días hasta los 21 ya señalados en diciembre, lo que supone una disminución de más de 40 días; concretamente hablamos de un 67% menos", ha indicado la edil, que ha hecho hincapié en que "la norma legal establece el máximo permitido en 30 días, lo que conlleva que estamos un 30% por debajo de ese tope".

Pérez ha explicado que "el PMP alcanzó en los meses de mayo y junio del pasado año los 61 y 64,6 días, respectivamente, porque se han seguido recibiendo y rescatando facturas sin pagar del anterior mandato; y no hablamos de peccata minuta, hablamos de más de 600 facturas con un montante superior a los 3 millones de euros, con el consiguiente malestar de aquellas entidades proveedoras relacionadas con el Consistorio", ha añadido.

El Ayuntamiento tuvo que aprobar un reconocimiento extrajudicial de crédito para hacer frente al pago de esas facturas, que no tenían reconocimiento de crédito presupuestario y se habían realizado en tiempo de descuento… 

"Pufos a los que hemos tenido que seguir haciendo frente desde el Gobierno de Lorca y que, gracias al correcto funcionamiento del área de gestión y tesorería del Consistorio, se han logrado revertir, permitiendo que el dinero se quede en los bolsillos de los lorquinos"

En este sentido, la edil ha querido remarcar "el excelente trabajo y el esfuerzo llevado a cabo en estos últimos meses por parte de los servicios de tesorería del Ayuntamiento en lo relativo a pago a proveedores desde la Administración local, que ha logrado cerrar el año con esta media de liquidación.

Esto supone, a su vez, "un importante ahorro a las arcas municipales porque, al pagar dentro del plazo legalmente estipulado, estamos evitando tener que abonar los intereses de demora a los proveedores, una gestión excepcional que conlleva, a su vez, una 'estabilidad presupuestaria' por la que apostamos desde el Gobierno de Lorca y por esa línea vamos a seguir; y quiero recordar que en tres años, el anterior equipo de Gobierno se gastó 22 millonesde euros por encima del presupuesto, dejándolo agotado casi al 87 por ciento, una situación que, como estamos viendo en cada ejercicio, estamos consiguiendo restituir".

Ahora los proveedores cobran en tiempo y forma. Lo único que me pregunto es cuántas sorpresas más nos esperan aún por llegar. El Ayuntamiento está haciendo sus deberes y el principal resultado, además del dato aportado, es el aumento de la confianza de los proveedores en la administración local, que en estos momentos cuenta con un Gobierno estable, de gestión, libertad y diligencia económica".

Los consumidores lorquinos recuperan 50.000 euros gracias a las gestiones realizada por la OMIC

 LORCA.- Los consumidores lorquinos han recuperado un total de 50.000 euros en devoluciones, anulaciones de deuda, cambios de aparatos, cancelaciones de contrato y reparaciones en garantía durante el segundo semestre de 2024, gracias a la gestión de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de Lorca. 

Así lo ha anunciado este viernes la concejal de Consumo del Ayuntamiento de Lorca, Belén Díaz Arcas, quien ha destacado que esta cifra podría incrementarse considerablemente, "ya que más de la mitad de los expedientes tramitados en este periodo aún están en proceso de resolución".

Belén Díaz ha subrayado la importancia de este servicio, que en los últimos seis meses ha tramitado 437 reclamaciones y ha atendido más de 1.100 consultas de los ciudadanos, tanto de forma telefónica como presencial. 

"La OMIC es un recurso esencial para los lorquinos, no solo por la atención y asesoramiento que presta, sino porque consigue resolver la mayoría de las reclamaciones de forma favorable para los consumidores, evitando que tengan que recurrir a la vía judicial", ha explicado la edil.

La OMIC de Lorca juega un papel fundamental en la protección de los derechos de los consumidores, facilitando la búsqueda de soluciones y, cuando es necesario, trasladando los expedientes a los organismos competentes o remitiéndolos a la Junta Arbitral de Consumo de la Región de Murcia. 

De hecho, en este último semestre se han celebrado 10 audiencias de arbitraje en la sede de Lorca, de las cuales el 90% proceden de este municipio, mientras que el resto son de ciudadanos de Totana y Puerto Lumbreras.

En cuanto a los sectores con más reclamaciones, los servicios han concentrado la mayoría de las quejas, con 321 expedientes, incluyendo academias de enseñanza, seguros, préstamos, servicios financieros, suministros básicos, transporte y hostelería. 

Por otro lado, las reclamaciones sobre productos y bienes han sumado 115 expedientes, destacando problemas con muebles, ordenadores, electrodomésticos, telefonía, vehículos, textil, calzado, vivienda, juguetería y librería. En cuanto a alimentación, incluyendo supermercados y pequeño comercio, solo se ha registrado 1 expediente.

Entre las principales reclamaciones atendidas por la OMIC, las más numerosas están relacionadas con suministros básicos, con 114 expedientes sobre problemas con telefonía móvil, fija e internet, electricidad, gas y agua. 

También han sido destacadas las reclamaciones sobre servicios financieros y préstamos personales o hipotecarios (39 casos) y sobre seguros de hogar, vida, vehículos, viajes y aparatos electrónicos (32 casos).

Díaz Arcas ha alertado de un aumento en las reclamaciones por cambios de compañía en electricidad y gas, derivados de llamadas comerciales engañosas que confunden a los consumidores. "Muchos usuarios nos consultan tras haber cambiado de compañía sin ser plenamente conscientes de las condiciones de los nuevos contratos", ha señalado la concejal.

En el sector de la telefonía, los problemas más frecuentes están relacionados con portabilidades, bajas y penalizaciones por incumplimiento de contrato o cancelación anticipada. 

En cuanto a los servicios financieros, la mayoría de las reclamaciones tienen que ver con los gastos de formalización de préstamos hipotecarios, comisiones bancarias y cancelación de cuentas. 

En el caso de los seguros, se han detectado numerosas incidencias por incumplimiento de las condiciones de las pólizas.

Por último, la concejal de Consumo ha recordado que la OMIC de Lorca está situada en la calle Carmen Ayala Gabarrón, número 3, y ofrece atención presencial y telefónica de lunes a viernes, de 9 a 13 horas. 

Los ciudadanos que necesiten asesoramiento pueden contactar con la oficina a través del teléfono 968 46 65 42.

 "Desde el Ayuntamiento de Lorca animamos a todos los consumidores que tengan dudas o problemas con sus compras y contratos a que acudan a la OMIC, donde recibirán atención especializada y gratuita para defender sus derechos", ha concluido Belén Díaz.

La ministra Rego pide compromiso político para abordar la pobreza infantil y la acogida de niñas y niños

 SEVILLA.- La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ha recalcado durante una visita a Sevilla y Córdoba la necesidad de que todas las administraciones muestren compromiso político para erradicar la pobreza infantil y para acoger a las niñas y niños que llegan a nuestro país sin sus familias.

La ministra de Juventud e Infancia ha manifestado la importancia de que todas las administraciones trabajen para garantizar los derechos de la infancia que se encuentra en situación de desamparo.

Rego ha recordado que el Gobierno ha puesto sobre la mesa tanto propuestas para dar una respuesta solidaria y permanente para la acogida de la infancia migrante no acompañada a través de la reforma de la Ley de Extranjería, como financiación suficiente para los sistemas de protección a la infancia.

Ha recalcado también la disposición del Gobierno a valorar también propuestas que den soluciones puntuales a la situación que viven los territorios de llegada como Canarias y Ceuta, para lo que ha instado a todas las administraciones y fuerzas políticas a asumir sus responsabilidades para asegurar los derechos de todas las niñas y niños que se encuentran solos en nuestro país.

La ministra ha subrayado que la pobreza infantil es una de las mayores heridas sociales de España y que necesita una respuesta a todos los niveles. 

"Vamos a seguir avanzando hacia un Pacto de Estado contra la Pobreza Infantil y medidas concretas como la Prestación Universal a la Crianza como pasos imprescindibles para romper el ciclo de desigualdad estructural", ha recalcado.

Rego ha recordado también que el precio de la vivienda tiene un impacto directo sobre la renta que las y los ciudadanos tienen disponible, incluidas las familias con niñas y niños a cargo. 

Por ello, ha instado a las Comunidades Autónomas a aplicar la ley de vivienda. La ministra ha señalado, también, que la futura Ley de Juventud es una oportunidad para ampliar la participación de las jóvenes y jóvenes en nuestro país.

Además, la ministra ha abordado la cuestión de la pobreza infantil con la asociación CIC BATÁ, así como la erradicación de las violencias contra la infancia y la importancia de regular los entornos digitales para que sean seguros para la infancia y juventud.