Los 
portavoces de los distintos grupos parlamentarios fueron muy 
claros el pasado miércoles tras derogar en el pleno del Congreso el 
Real Decreto Ley destinado a regular la estiba en España y cumplir 
así con la decisión del Tribunal Europeo de Justicia de Luxemburgo de 
diciembre del 2014 que obliga a España a ello.
Desde
 Unidos-Podemos, pasando por el Partido Socialista, hasta el 
representante de Ciudadanos aconsejaron al ministro de Fomento que se 
pusiera a negociar. Y parece que Íñigo de la Serna ha aprendido la 
lección. Su nombre quedará como el único ministro que ha perdido una 
votación en circunstancias similares a las de 1979. Pero la situación no
 es tan dramática.
Pese a lo que se ha dicho, la Comisión Europea podría no multar a 
España. El propio Gobierno ha admitido que Bruselas adquirió el 
compromiso de condonar la multa acumulada hasta ahora, una vez que ha 
visto la mejor disposición del Ejecutivo para cambiar la norma.
Según fuentes del Parlamento Europeo, este procedimiento de 
negociación que conlleva la amenaza de imponer importantes multas si no 
se cumplen las sentencias del Tribunal Europeo de Justicia, es 
tradicional en el Ejecutivo de la Unión Europea. Pero finalmente esas 
amenazas no se cumplen si el Gobierno del país concernido muestra toda 
su disposición para liberalizar el sector.
Es decir, que la multa impuesta por Europa de 27,522 euros diarios 
desde el 11 de diciembre de 2014, el día que se dio a conocer la 
sentencia en Luxemburgo, lo que supondría una sanción acumulada de casi 
23 millones de euros no es una multa de obligado cumplimiento.
Interpretan diputados españoles en el Parlamento Europeo que sí 
podría ser un problema, si el Real Decreto Ley no se aprueba en fechas 
próximas, pues Bruselas podría retirar su compromiso de condonar la 
multa multimillonaria acumulada hasta el día de hoy. 
A ello se añadirían
 los 134.107 euros diarios de multa adicional si hay una nueva sanción 
del Tribunal Europeo de Justicia. Según los cálculos del Gobierno, la 
nueva decisión del Tribunal de Luxemburgo estaría al caer si la Comisión
 Europea no plantea ante el Tribunal la retirada de su demanda contra el
 Reino de España.
Pese a las urgencias, las multas son negociables. Lo que parecen 
menos negociables son las pérdidas que ya se están produciendo por la 
deriva de la descarga de algunos buques a puertos no españoles, a lo que
 hay que sumar el riesgo de pérdidas para el sector que supondrían las 
huelgas. Según los informes que manejan las empresas, cada día de huelga
 acarrearía unas pérdidas de unos 50 millones de euros.
Teniendo todos estos datos en cuenta, la iniciativa de De la Serna 
para que negocien las partes afectadas, patronal y sindicatos, con la 
presencia de la Administración y la mediación del presidente del Consejo
 Económico y Social, Marco Peña, debe ir acompañado de un mayor esfuerzo
 negociador con los partidos políticos.
Ciudadanos ha dejado claro que quiere que se le quiera y exige que se
 le den más explicaciones. No quiere quedar completamente desdibujado 
ante la opinión pública después de haber firmado un acuerdo con el Grupo
 Parlamentario que podría sumirles en la más absoluta indiferencia ante 
la opinión pública.
Su actuación de reivindicación de la moralidad y la transparencia en 
la vida pública parece estarle dando sus frutos. Los últimos sondeos les
 sitúan a unos 500.000 votos de los socialistas.
El Gobierno y el Partido Popular lo saben. La secretaria general del 
PP, con ocasión de la clausura del 16 Congreso Nacional, arengó a los 
suyos para que fueran a recuperar los votos que ha perdido a manos de 
Ciudadanos. Algo similar ha dicho este fin de semana la presidenta de la
 Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien quiere recuperar la 
alcaldía de Madrid, y para lograrlo, se propone conseguir el voto 
perdido en manos de Ciudadanos.
Hasta tal punto compiten por los mismos votos, que esta semana el 
Partido Popular plantea una iniciativa en el Congreso para potenciar la 
contratación indefinida, justo cuando el líder de Ciudadanos había 
planteado al presidente del Gobierno una pregunta sobre si ¿Considera el
 Presidente que está haciendo todo lo posible para luchar contra la 
precariedad laboral?
Mientras, el ministro de Fomento negocia un acuerdo con los partidos 
políticos para aprobar, esta vez sí, el decreto Ley que regula las 
nuevas condiciones de la estiba en España.
(*) Periodista

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