domingo, 23 de noviembre de 2025

La Revuelta de las Mujeres en la Iglesia se suma a la celebración del 25-N junto al resto del movimiento feminista

 MURCIA.- Con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el colectivo Revuelta de las Mujeres en la Iglesia quiere manifestar públicamente su compromiso inequívoco con las víctimas de la violencia de género y sus familias, haciendo suyo el dolor y la indignación provocados por estas violencias inadmisibles.

"Como mujeres creyentes y seguidoras de Jesús de Nazaret, rechazamos toda forma de violencia y actitudes machistas en nuestro entorno, y reivindicamos la figura de Jesús como referente que rompe el círculo de la violencia, se compadece y actúa, transformando las relaciones humanas desde la justicia y la igualdad", según un manifiesto que han hecho público en Murcia.

Los datos oficiales de 2025 "resultan demoledores y ponen de manifiesto la magnitud de este grave problema social". Según cifras del Ministerio del Interior, en la Región de Murcia hay actualmente 5.867 casos activos de víctimas de violencia de género registrados en el sistema VioGen, de las cuales 3.212 mujeres tienen menores a su cargo bajo protección.

A nivel nacional, existen 104.981 casos activos, con más de 54.000 menores implicados. En lo que va de año, 33 mujeres han sido asesinadas en España por violencia de género -1.328 desde 2003-, y 3 menores han fallecido por violencia vicaria hasta junio, sumando 65 desde 2003. 

Entre abril y junio, 1.206 de las víctimas registradas tenían nacionalidad española y 639 eran extranjeras, alcanzando el porcentaje de víctimas extranjeras el 34,6 por ciento, una cifra superior al año anterior.

Desde la Revuelta de las Mujeres en la Iglesia, "subrayamos que la violencia contra las mujeres es la manifestación más extrema de la desigualdad de género, un problema estructural que atraviesa edades, clases sociales, niveles educativos y territorios. Es un obstáculo para erradicar la discriminación y alcanzar una sociedad justa e igualitaria", indican.

Por todo ello, "exigimos a las instituciones, organizaciones y a la sociedad en su conjunto un compromiso firme y acciones concretas para erradicar la violencia machista, proteger a las víctimas y avanzar hacia la igualdad real entre mujeres y hombres".

Esta realidad, continúan, "nos llama a no subestimar los hechos y restarles importancia, a mantener la atención sobre todas las variedades de violencia: psicológica, económica, sexual, vicaria, digital; esta última a través de las redes reproduce y refuerza las desigualdades de género ya existentes. Todos estos actos y crímenes de violencia contra la mujer constituyen una grave violación de los Derechos Humanos".

Por ello, se suman a la lucha contra esta lacra social, compartiendo trabajo y reivindicaciones con otros colectivos. "Es muy necesario un cambio estructural en la sociedad, que tenga como resultado la erradicación de las realidades de violencia e injusticia. 

Hemos de insistir en la necesidad de profundizar en las medidas educativas, legislativas, económicas y sociales. Sembrando la cultura de la igualdad y así poder ir erradicando las distintas formas de violencia contra las mujeres".

Respecto a la Iglesia Católica, insisten en que "necesitamos avanzar hacia una supresión del clericalismo y el patriarcado, una conversión de la mentalidad y las estructuras para colaborar a una visión más respetuosa de la dignidad de las mujeres".

"Necesitamos una iglesia que sienta vivamente el dolor de las víctimas, acoja sus preocupaciones y anhelos y se una a los movimientos y asociaciones que luchan por la erradicación de la violencia contra las mujeres", añaden.

Por último, el grito de la Revuelta de las Mujeres en la Iglesia es "tolerancia cero frente a toda forma de abuso de conciencia, abuso sexual, explotación económica, con una apuesta decidida por la eliminación de la pederastia y la reparación a las víctimas. Que ponga fin de manera efectiva, sin lavarse las manos, a la violencia contra las mujeres y la feminización de la pobreza dentro y fuera de la Iglesia".

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