Si no fuera porque las próximas elecciones municipales, autonómicas y
 europeas están a la vuelta de la esquina (el próximo 26 de mayo) el 
líder del Partido Popular Pablo Casado (y su equipo directivo en pleno) 
deberían de haber presentado esta noche la dimisión por sus desastrosos 
resultados en las elecciones del 28-A.
Sin duda el peor resultado de la historia del PP y con dos 
responsables muy concretos: el primero, el propio Casado que ha 
demostrado una asombrosa incapacidad política; y el segundo su promotor y
 padrino José María Aznar, que había fijado el rumbo del barco PP hacia 
la derecha más conservadora, para frenar a Vox, y el buque se estrelló 
en los acantilados de la procelosa y pasada noche electoral.
Aznar señaló a Casado como su heredero político, tras renegar de 
Rajoy, y no solo le marcó el rumbo sino que le diseñó el discurso 
catastrofista del fin del mundo, hasta decir en el pasado Congreso del 
PP que ‘España tiene un problema existencial’. Y el pupilo Casado 
blandiendo el 155 se lió a palos con Sánchez y le regaló a Rivera el 
centro de la política.
Pues bien quien ahora tiene un problema existencial es el PP y de muy
 difícil solución. Bastó ver la penosa declaración de Casado en esta noche sin coraje para asumir el fracaso personalmente. Porque fue él 
quien abandonó el centro, quien escogió a unos candidatos de mínimo 
nivel, quien marginó de la organización y de listas electorales del PP a
 los mejores dirigentes del equipo de Rajoy, desmovilizando así la mitad
 del partido.
Un Rajoy que también dejó una pesada herencia con su espantada 
durante la moción de censura, la corrupción del PP y las cloacas del 
Estado. Y sobre todo con la pésima gestión de la crisis catalana. Y de 
todo ello fue cómplice y colaborador Casado como portavoz del PP que 
presidía Rajoy.
Y lo peor del PP es que ahora tienen los comicios europeos, 
autonómicos y municipales en menos de un mes. Y con la moral de derrota 
que ahora les acompaña y la euforia que se vive en C's, todo apunta a que
 Casado será el gran perdedor de estas contiendas (por cierto, que bien 
hizo Ángel Garrido en pasarse a C's).
Ahora bien el 27 de mayo Pablo Casado y su equipo deberán, si vuelven
 a perder, decir adiós. Y ofrecer la Presidencia al último dirigente con
 talento que aún permanece en el PP, Alberto Nuñez Feijóo antes que sea 
demasiado tarde y lo fiche C's, mientras el partido se hunde sin 
remisión.
Y a no perder de vista en todo ello a la inefable Cayetana que tiene 
un ego tan grande como su ambición. Y que querrá un proceso de fusión 
con C's, aunque Rivera y Arrimadas -que ya la han visto con Rosa Díaz y 
sabe el peligro que la pretenciosa aznarista encierra- no entrarán por 
esa vía de atajos de los perdedores. 
En C's están a solo 0,8 puntos del 
PP y tienen al alcance de sus manos (probablemente el 26-M) el liderazgo
 absoluto del centro derecha español.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés

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