MADRID.- El informativo de RTVE incluyó este lunes una leve referencia a la 
actividad en Zarzuela. Hace días que apenas se sabe algo del Jefe del 
Estado. La última vez que se escuchó hablar al Rey en público fue hace ocho días, y lo hizo en inglés.
 Un mensaje de perfil económico, aséptico y previsible, dirigido al 
Círculo de Empresarios. Alguien quiso atisbar en sus palabras una leve referencia al 'diálogo',
 pero fue un error de traducción. Su última aparición tuvo lugar el 
pasado jueves. Un discreto acto cultural, en el Museo del Traje con 
motivo del 90 aniversario de la Universidad Complutense. No hubo 
palabras del Monarca en esa ocasión. Ni se espera que las haya, según Voz pópuli.
No habla el Rey. Su agenda está despejada hasta
 la semana próxima. Quince días en silencio. Para entonces, es posible 
que el Parlamento de Cataluña ya haya proclamado la independencia. 
Posiblemente, este mismo viernes, 6 de octubre, aniversario del golpe de Estado secesionista protagonizado por Companys. No de la ley a la ley, sino del golpe al golpe.
La ley de transitoriedad dibuja no sólo la independencia sino la creación de la república de Cataluña,
 una reivindicación que hasta hace poco no figuraba entre las urgencias 
de las fuerzas políticas de la comunidad. Tan sólo ERC, que la lleva en 
su nombre, se descolgaba de vez en cuando con esa pretensión. Puigdemont, impulsado por la CUP, ha desempolvado esa pulsión republicana. 
La Casa Real no confirma que se esté preparando un mensaje a la Nación del
 monarca. El hermetismo es total en estos días de turbulencias. Quizás 
algo se esté preparando, no para ahora, comentan algunas fuentes no 
oficiales. No hay discursos pero sí enorme actividad en Zarzuela.
 Don Felipe no sólo 'se mantiene informado' de los episodios que sacuden
 a Cataluña y al resto de España. Habla con mucha fuente. No sólo por 
teléfono. 
Por Palacio desfilan estos días, discretamente, algunos de los
 protagonistas del actual drama que sacude al país, de acuerdo con 
versiones del entorno. No 'borbonea', más bien escucha y desliza 
sugerencias. "Arbitraje y moderación", reza la Carta Magna al hablar del papel de la Corona. Y, por supuesto, "garante de la unidad de España".
Al Rey se le atribuye haber influido en la reciente moderación de Pedro Sánchez
 en sus planteamientos. En especial, en las cuestiones de Estado. El 
PSOE zigzaguea, juega a la ambigüedad, brujulea en los conceptos, pero 
mantiene su apoyo a las medidas de Rajoy. Don Felipe lo tiene conversado
 con Sánchez, dicen en su entorno. La prueba del nueve será cuando haya 
de aplicarse el artículo 155 de la Constitución. 
El Rey mantiene contactos con dirigentes del nacionalismo vasco, con
 veteranos líderes del PSOE, con el propio Rajoy, quien le tiene 
informado al minuto, y por supuesto con representantes de la vida 
económica y empresarial española. Siempre ha sido así. Ahora, con más 
intensidad. No hay constancia de mensaje alguno con los impulsores de la ofensiva separatista catalana. 
Hasta
 la semana que viene no habrá palabras del Rey. Las últimas que se le 
escucharon sobre Cataluña fueron el día 13 de este mes en Cuenca, 
durante la entrega de unos premios de Cultura. Entonces señaló el Rey que la Constitución "prevalecerá sobre cualquier quiebra de la convivencia". Hasta hoy.
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