MURCIA.- La Delegación de Murcia de Independientes de la Guardia 
Civil (IGC) expuso a la Junta Directiva Nacional de dicha asociación 
profesional de la Benemérita la necesidad de volver a portar las armas 
largas durante la prestación del servicio y, especialmente, en los 
servicios nocturnos.
A su juicio, "la vuelta a la tradicional imagen de la 
Guardia Civil portando el fusil al hombro se recuperaría con esta 
medida", que se justificó, según el comunicado de dicha asociación, "en 
el nivel de alerta antiterrorista, la escalada de acciones contra los 
agentes de policía en cualquier lugar de España y, como último ejemplo, 
el asesinato en Lérida de dos agentes rurales".
Desde IGC pusieron de manifiesto que "la falta de personal 
se ha intentado mitigar con la dedicación de menos personal a funciones 
de investigación, para que cumplan el servicio de puertas de protección 
del acuertelamiento y atención al ciudadano, intentando paliar también 
la insuficiencia de personal dedicado a la prestación del servicio 
preventivo de patrullas, que son las que acuden ante la llamada de 
auxilio de los ciudadanos".
Entre los municipios más afectados donde prestan servicio 
los guardias de la IGC destacaron la Unidad Territorial de Seguridad 
Ciudadana de Torre Pacheco, Mazarrón y El Albujón.
También advirtió que la mayor asunción de trabajo por los 
"cada vez más escasos guardias civiles" redunda en que "trabajan más 
rápido y sin poder dedicar el tiempo idóneo para darle una mayor calidad
 al servicio, lo que podría suponer que, en el ámbito de la violencia de
 género, se escapen ciertos detalles en la valoración del riesgo de la 
mujer denunciante".
Igualmente, transmitió la sensación que se tiene en las 
unidades de "la falta de exactitud en el cómputo de infracciones penal y
 esclarecimiento de los delitos, por lo que los menores índices de 
delincuencia tendrían un componente subjetivo".
Otro de los asuntos que puso sobre la mesa es la "vejez y 
mala conservación de los vehículos oficiales por su gran uso, y la 
necesidad de contar con una escopeta recortada ante los últimos 
acontecimientos, así como la falta de armero o de cajas fuertes en lugar
 seguro dentro de los acuartelamientos para dejar las armas custodiadas 
por el agente de servicio y las armas largas para cuando sea necesario 
llevarlas durante el servicio patrulla".
Reclamaron que el personal especializado en atender a 
mujeres víctimas de violencia de género "se dedique en exclusiva a este 
tipo de servicio, y que sean estos agentes los que hagan el seguimiento o
 evolución de las situaciones de riesgo que soportan las víctimas de 
este tipo de violencia específica".
En esta misma línea, criticó que las comisiones de servicio 
"se haga muy puntualmente con fecha de inicio y finalización para 
favorecer el nepotismo o el tráfico de influencia, en lugar de 
verdaderas necesidades de refuerzo".
La asignación del complemento económico por productividad, 
además de la "falta" de cámaras, especialmente en el control de acceso a
 los cuarteles, y la necesidad de que ante la falta de personal sea la 
Unidad de Seguridad Ciudadana la que patrulle por el municipio en 
cuestión son otras de las demandas que se recogieron.
Pusieron de manifiesto que "no se respeta las once horas de 
descanso que deben de mediar entre dos servicios", en relación a los 
guardias civiles del Destacamento de Tráfico de Cieza y que los chalecos
 antibala asignados son "insuficientes".
De esta forma los miembros de la Junta Directiva Nacional de
 IGC quedaron con los dirigentes regionales de Murcia en poner en 
conocimiento del delegado de Gobierno de Murcia y el director general de
 la Guardia Civil este tipo de "deficiencias y necesidades".
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