El diario El País, como denunció el New York Times,
no es ni sombra de lo que fue, sufre casos de censura interna y está
afectado -por su inmensa deuda- con la cúpula del Ibex conservador que
controla una buena parte de su accionariado. Y es, desde esa posición,
desde donde se ha lanzado en tromba contra el líder del PSOE, Pedro
Sánchez, para sustituirlo por Susana Díaz para que la andaluza facilite
un pacto de la ‘gran coalición’ del PP (sin Mariano Rajoy) con el PSOE y
Ciudadanos.
Este y no otro es el objetivo del editorial publicado por El País
bajo el título de ‘Ante la crisis del PSOE’, aparecido ayer ante los
nervios que en los poderes ‘fácticos’ y en la cúpula del PP ha provocado
el viaje de Pedro Sánchez a Portugal para explorar la coalición de
izquierdas que gobierna en el vecino país, a ver si él podría reeditar
en España una fórmula del gobierno similar con el apoyo de Podemos.
El País dice que: el PSOE de Sánchez ‘no tiene un proyecto
ilusionante’, que cumplió ‘dignamente’ su mandato pero que fue eclipsado
por los malos resultados electorales. Y tras decir, sin señalar a
Susana Díaz, que a Sánchez le han atado las manos en el PSOE para
impedir que pacte con Podemos concluye: ‘La pregunta urgente que deben
hacerse los socialistas es si existe o no algún candidato alternativo
que mejore la confianza del partido con los ciudadanos, si está
disponible y si tiene los suficientes apoyos en un hipotético congreso.
Si es así, que quien sea dé un paso al frente con todas sus
consecuencias’.
Semejante apoyo a Susana Díaz para que se lance contra de Sánchez lo
intenta disimular el diario diciendo que si Susana no se atreve a dar el
paso al frente en ese caso que todos deben arropar a Sánchez. Y todo
esto lo dice El País sin el menor pudor y tras escribir con el
mayor de los cinismos que ‘nadie fuera del PSOE está autorizado a
decidir quién debe dirigirlo’.
Nadie, claro, salvo El País y sus propietarios conservadores
a los que implica en esta conspiración -denunciada por Sánchez en el
Comité Federal cuando hablo de presiones del poder económico-, pero en
un momento en el que precisamente la cúpula del Ibex mantiene cierta y
calculada distancia de cualquier intriga política, e incluso alejándose
cuidadosamente de las maniobras de El País.
La ‘Operación Susana’, considerada la niña bonita del flanco
felipista del PSOE con Felipe González -el de ‘las puertas giratorias’- a
la cabeza de la conspiración, recuerda aquella otra que años atrás
estos mismos conspiradores González y El País lanzaron en
contra de Josep Borrell. Quien, como Pedro Sánchez, ganó unas primarias a
Joaquín Almunia pero estaba considerado un ‘jacobino’ capaz de poner
patas arriba las corruptas connivencias del régimen partitocrático de
este país.
En realidad la ‘Operación Susana’ está en marcha desde hace meses
porque ya se esperaba que el PSOE no ganaría las elecciones ante el
ímpetu de los partidos emergentes de Podemos y Ciudadanos. Una realidad
creciente en la política española que oculta El País en su
editorial y que condicionó el mal resultado electoral del PSOE, el que
además ya venía lastrado por los fracasos de Zapatero y Rubalcaba.
Pero Susana Díaz se precipitó y, sin dar el definitivo paso al
frente, enseñó demasiado pronto sus cartas y ambición en el Comité
Federal del PSOE, poniendo a Sánchez ‘líneas rojas’ para pactar con el
PP. Las mismas que ella piensa borrar si llega a la secretaría general
aunque pidiendo la marcha de Rajoy (lo que también ampara El País).
Y ‘líneas rojas’ de Susana para impedir un pacto con Podemos,
exigiéndole a Sánchez que ni siquiera se hable con ellos, lo que es un
disparate contra la más elemental norma de toda democracia: el diálogo.
Todo ello con el argumento de que Podemos quiere un referéndum de
autodeterminación en Cataluña, que es lo mismo que hasta hace poco
defendía el PSC-PSOE sin que Susana Díaz denunciara públicamente esa
posición de sus compañeros catalanes. La misma Susana Díaz que sí
negoció, sin éxito, con Podemos su investidura en el Sur. Y el mismo
PSOE que ha pactado con Podemos en ayuntamientos y autonomías y que
criticó a Rajoy por negarse a dialogar con Artur Mas.
La ‘bruja Susana’ -como se la empieza a llamar en Madrid- prometió en
su investidura andaluza agotar la legislatura y ahora, traicionando a
los andaluces y a Ciudadanos que amparó en su investidura, está haciendo
las maletas para forzar un Congreso del PSOE contra Pedro Sánchez y
evitar que pacte con Podemos para luego ella buscar el pacto con el PP
sin Rajoy o para liderar el partido en el caso de repetición electoral.
Lo que no será fácil como pretenden Díaz, El País y González
porque Sánchez tiene algunos apoyos en el partido y cuenta con el
control del grupo parlamentario socialista, que a buen seguro no quiere
otras elecciones ni a Susana Díaz porque saben que muchos de ellos
serían sustituidos en las nuevas listas electorales por amigos de la
andaluza.
Vamos a ver cómo discurren los acontecimientos y también cuál es la
actitud de Podemos en esta tesitura, lo que no está del todo claro. De
la misma manera que hay que ver qué hace Ciudadanos cuyo líder Albert
Rivera anda perdido como si fuera la sombra de Rajoy. El test sobre la
Presidencia y la Mesa del Congreso de los Diputados puede ser una señal
determinante para Sánchez quien tiene en su mano un poderoso argumento
que le interesa mucho a Rivera y a Iglesias: la reforma de la ley
electoral antes de unas nuevas elecciones. Y esa moneda de cambio puede
ser fundamental.
(*) Periodista
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