Muy pocas veces se habla de las condiciones reales de vida de los 
trabajadores autónomos. Lo real de este colectivo ha quedado desplazado 
por lo ideológico. Así todos esos cánticos de ´la magia de emprender´, 
´las aventuras de el emprendedor´ y similares. Se trata de apuntalar una
 noción profundamente ideológica del ´emprendedor´, en el que se nos 
viene a decir que en la actual crisis del empleo, «si estas sin trabajo,
 no te preocupes, aprovecha las oportunidades, emprende, haz de ti mismo
 un emprendedor, ponte las pilas y conviértete en pro-activo». De tal 
forma que los parados o los precarios serían aquellos poco activos o 
pasivos, que no aprovechan las oportunidades. Si leen a los ideólogos 
económicos del PP o de Ciudadanos, encontrarán ese programa de hacer del
 ´emprendedor´ el sujeto neoliberal por excelencia.
Podemos quiere
 hablar de lo real, de lo que afecta realmente al colectivo de los 
trabajadores autónomos. Pues bajo ´la magia´, esta la realidad de un 
colectivo cuyas necesidades y problemas requieren de nuestra atención. 
En reciente Pleno de la Asamblea Regional tuvimos la oportunidad de 
empezar a debatir sobre las condiciones reales de estos trabajadores. 
Desde hace treinta años se vienen repitiendo tantos tópicos en la 
política hacia este colectivo que hemos de empezar a plantearnos algunos
 cambios. Por ello, cuando desde Podemos hemos propuesto un programa de 
medidas de apoyo y rescate a los trabajadores autónomos, se ha basado en
 los siguientes desplazamientos:
 1. De las actuaciones puntuales a
 las actuaciones planificadas e integrales. Proponemos un programa que 
intervenga no sólo en el terreno de las bonificaciones fiscales o en de 
la seguridad social, sino que de forma transversal atienda también al 
crédito, las ayudas y la participación de capital, la cooperación 
institucional. Esto, por supuesto, requiere de actuaciones integradas 
que involucren a las competencias de las tres Administraciones: estatal,
 autonómica y municipal. De esta forma hablaremos de cuestiones de las 
que normalmente no se habla, por ejemplo del crédito (en este sentido, 
desde Podemos propusimos ya en nuestro programa electoral la dotación de
 un crédito vía Instituto de Crédito Regional que afecte a creación de 
pymes y nuevos proyectos empresariales (relacionados con el sector 
industrial o I+D+i), rediseñando el concepto y concesión de esos 
créditos y con una dotación mínima de veinte millones de euros).
 
2. De la cultura de las subvenciones a la cultura de las inversiones. 
Desde hace treinta años estamos instalados en una política de empleo de 
la subvención que es necesario superar. ¿Porqué no inversión en lugar de
 subvención? Pues mediante la creación de un modelo de ayudas que supere
 el actual marco de subvenciones y que prime la inversión de la 
Comunidad Autónoma en empresas sin limitación cuantitativa pero que se 
materialice en capital a fin de poder recuperarlo una vez la empresa 
esté en funcionamiento.
 3. De la visión recaudatoria mediante las
 licencias de actividad a una visión de cooperación y asesoramiento. 
Desde Podemos defendemos la modificación del tratamiento de las 
licencias de actividad y de inscripción de establecimientos a fin de que
 los técnicos de Sanidad, Turismo, Industria o Medio Ambiente se 
conviertan en asesores de los autónomos previamente al inicio de 
actividad y que no constriñan su participación a la mera labor policial.
 Las labores de asesoramiento deberán incluir la visita a los 
establecimientos y la fijación de pautas que favorezca la posterior 
inscripción en sus registros o la concesión de las licencias y permisos 
en el ámbito de sus competencias y todo ello con carácter previo al 
inicio de actividad y con tiempos de tramitación preestablecidos y que 
respeten las necesidades de la iniciativa empresarial.
También 
proponemos elaborar un catálogo de actividades de emprendimiento 
prioritario para fortalecer el tejido empresarial murciano, en especial 
actividades medioambientales, turismo, industria agroalimentaria y 
aquellas otras que impliquen el uso de una fuerza intensiva de trabajo, a
 fin de favorecer a las mismas con la elaboración de oficio de estudios 
de impacto ambiental, ayuda a la concesión de licencias, confección de 
estudios de mercado e incluso participación mediante aportación de 
capital en aquellos proyectos valorados de importancia estratégica. Al 
mismo tiempo, hemos de implementar un plan de desarrollo y mercado para 
cooperativas o sociedades profesionales integradas por grupos de 
técnicos y profesionales asociados (ingenieros, arquitectos, 
informáticos, artistas...) a fin de que puedan ofertar servicios e 
incluso internacionalizar esa oferta evitando así su migración.
 
4. De una gestión de los tiempos burocratizada a la agilidad 
administrativa. Para ello es necesario el establecimiento generalizado 
de trámites online mediante el sistema de firma digital que reduzca los 
tiempos de tramitación de los expedientes.
 5. Del tratamiento 
uniformizador del colectivo de autónomos a la óptica del rescate 
ciudadano de aquellos que lo necesiten. El colectivo de trabajadores 
autónomos es muy heterogéneo y diverso. No lo podemos considerar desde 
las políticas como una realidad uniforme. De hecho muchos de estos 
pequeños empresarios pasan periodos de mucha vulnerabilidad y también la
 crisis les ha afectado enormemente. Desde Podemos proponemos medidas de
 rescate ciudadano:
En primer lugar, respecto a la regulación de 
las bonificaciones para autónomos, debe mantenerse la bonificación no 
tanto por períodos objetivos sino en función de las pérdidas y ganancias
 que el autónomo tenga como resultado de su actividad. Podría 
establecerse el abono de 50 euros mensuales de cuota de autónomos 
mientas la facturación sea inferior al salario mínimo interprofesional 
(esto es, 9.086 euros anuales aproximadamente), y progresivamente ir 
subiendo la cuota en función de la facturación con unos mínimos en 
función del tiempo que se ha permanecido de alta para evitar el fraude 
(por ejemplo, a partir de tres o cuatro años se abona una cuota mínima 
más elevada).
En segundo lugar, una menor tributación en IRPF en 
los primeros años de inicio de actividades. Podría considerarse una 
reducción sobre rendimientos de actividades económicas del 40% que 
permitiera la capitalización de esos rendimientos exentos a fin de 
potenciar nuevas inversiones o contrataciones de trabajadores.
En 
tercer lugar, aprobar una rebaja del IVA a aquellas actividades que 
vieron subir el mismo en trece puntos porcentuales, en especial las 
actividades relativas a peluquería, servicios veterinarios y servicios 
incluidos en el denominado ´IVA cultural´ (servicios ténicos facturados a
 productoras, entradas de cine y teatro).
En cuarto lugar, 
establecer un subsidio de desempleo de 600 euros mensuales por un 
período mínimo de 24 meses para aquellos autónomos que hayan estado en 
alta ininterrumpida al menos diez años y cesen en la actividad.
En
 definitiva, con estas medidas, y otras que se requerirán, podemos 
establecer una mejora sustancial de las condiciones reales de vida de 
los autónomos y emprendedores. Menos apelar a la magia, y más atender a 
la realidad de este colectivo crucial en la economía de nuestras 
regiones.
(*) Diputado regional por 'Podemos'

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