MURCIA.-El abogado murciano Diego de Ramón ha denunciado ante la Fiscalía que
 el Gobierno autonómico creó en 2007 el Ente Regional del Agua con el 
fin de “suplantar” a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) en 
su competencia de aprobar la disponibilidad de agua en los proyectos 
urbanísticos y planteamientos de desarrollo municipales.
El objetivo de la creación del citado Ente, según el letrado, era amparar el
 desarrollo de “todo un sistema de planeamiento urbanístico” con 
“grandes beneficios para los ayuntamientos” a través de la recaudación 
de los impuestos y de los proyectos, por lo que ha remitido un escrito 
de denuncia a la Fiscalía para que lo investigue.
En concreto, el abogado señala que la creación del Ente Regional del 
Agua mediante una Ley regional “vulnera el principio de jerarquía 
normativa”, que indica que “una ley nacional no puede ser sustituida por
 una regional”.
“La CHS es el organismo competente para aprobar la disponibilidad de 
agua en los proyectos urbanísticos de forma previa a su ejecución”, 
según De Ramón, quien explica en su escrito que la creación del Ente 
Regional del Agua perseguía “obtener con seguridad el sí a la 
autorización en todos los proyectos urbanísticos y planeamientos”.
Según argumenta en su escrito a la Fiscalía, De Ramón considera 
“obvio” que, antes de aprobar cualquier iniciativa urbanística, se exige
 el cumplimiento de una autorización o informe vinculante sobre los 
recursos hídricos que necesitaría dicho proyecto, a tenor de la Ley de 
Aguas, que encomienda dicha labor a la CHS en la cuenca del Segura.
En este sentido, el letrado critica que la creación de la desaladora 
de Escombreras tenía como objetivo “llevar agua a 22 municipios de la 
Región de Murcia que alcanzaron un acuerdo para suministro de agua 
desalada por el Ente Público de Agua” en el año 2007.
De esta manera, los ayuntamientos no solo se aseguraban un aumento en
 sus ingresos, sino que también se garantizaba “sacar adelante la 
desaladora de Escombreras, que actualmente es deficitaria y nos va a 
costar 600 millones de euros a todos los murcianos”.
Además, De Ramón critica que esta operación permitía sacar adelante 
una serie de proyectos urbanísticos, “algunos de ellos afectados por la 
corrupción, como el de ‘Novo Carthago’, caso ‘Umbra o caso ‘Totem’, por 
ejemplo”, asevera.
A su juicio, el logro para esos gestores era conseguir “construir una
 desaladora en Escombreras de iniciativa privada con un coste altísimo 
600 millones de euros, para después explotarla y pagarla los murcianos, 
con una deuda regional que tienen que asumirla tres generaciones, y potenciar todos los planeamientos urbanísticos que han sido
 objeto de corrupción por parte de políticos, funcionarios e interesados
 privados”.
Para apoyar su escrito de denuncia, De Ramón aporta una sentencia del
 Tribunal Supremo en la que falla en contra del Plan General de Aledo o 
el de Puerto Lumbreras por falta del agua, así como el Auto Judicial de El 
Roblecillo, de Caravaca de la Cruz, donde “no están incluidos los 
informes de la CHS”.
En el caso de la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana 
(PGOU) de Puerto Lumbreras, la sentencia del Tribunal Supremo “ha 
demostrado, que no se incorporó el informe vinculante de la CHS, sino 
que se utilizó el del Ente Público del Agua”, según reza el escrito.
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