MURCIA.-  COAG ha advertido que la agricultura murciana
 de regadío "puede sufrir un duro golpe al inicio de la campaña de 
hortalizas de invierno", ya que el año hidrológico que comenzó el pasado
 1 de octubre "se presenta como uno de los más complicados de los 
últimos años por la falta del agua necesaria para el riego de octubre a 
diciembre".
   A juicio de la organización agraria, la Administración "tiene la 
obligación de evitar que la voz de alarma que se ha dado desde los 
regadíos de Lorca y que, sin duda, se extenderá a todos los regadíos  de
 la Región caiga en saco roto".
   Según refiere, las hortalizas de invierno ocupan en torno a 42.000
 hectáreas, siendo los cultivos que más extensión ocupan la lechuga (una
 15.000 hectáreas), el bróculi (11.500 hectáreas) y la alcachofa (7.291 
hectáreas), a mucha distancia ya de la cuarta, la coliflor que ocupa 
unas 1.000 hectáreas, cifras que se mantienen con ligeros altibajos a lo
 largo del tiempo debido a que la planificación de los cultivos para 
realizar sucesivas recogidas "se hace en función de las necesidades de 
los clientes de las cooperativas y empresas exportadoras, principalmente
 europeos y nacionales, y de los contratos que con ellos realizan las 
entidades de transformación y comercialización".
   Al hilo, COAG precisa que "se cultiva lo necesario para mantener 
una actividad económica indispensable para el sostenimiento global del 
sector agrario, para la consolidación del empleo, la creación de riqueza
 para la Región y la mejora de la balanza comercial dada la importancia 
de la exportación de productos frescos".
   Todo esto no puede ponerse en peligro cada vez que el tiempo "no 
acompañe", es decir, las Administraciones públicas "no pueden seguir 
mirando al cielo para ver si el problema se resuelve solo".
   Muy el contrario, destaca, "han de poner en marcha soluciones de 
inmediato para evitar que la voz de alarma que se ha dado desde los 
regadíos de Lorca caiga en saco roto y que el Gobierno de España se siga
 desentendiendo de la elaboración del Plan Hidrológico Nacional y de la 
puesta en marcha de inmediata de medidas que permitan utilizar el agua 
de la que podemos disponer, a precios razonables dada la excepcionalidad
 de la situación, y se apliquen los mismos criterios de excepcionalidad a
 la hora de aplicar las Normas Reguladoras del Tajo-Segura".
   Por ello, alerta que no cejará en su empeño de lograr que las 
Administraciones pongan en marcha estas soluciones, al tiempo que 
reitera su apoyo y solidaridad con los regantes del trasvase Tajo-Segura
 y el Sindicato Central de Regantes que los representa, dejando claro 
que no le dolerán prendas si, junto con los regantes, "hemos de tomar de
 nuevo las calles, como ya ha sucedido en otras ocasiones".
 
 
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