BRUSELAS.- La Comisión Europea ha pedido a
 los gobiernos de la UE que adopten "todas las medidas necesarias" para 
garantizar unas condiciones de trabajo y de vida "dignas" para los 
trabajadores temporeros, también mediante el refuerzo de inspecciones 
sobre el terreno para comprobar que se cumplen los estándares de 
seguridad laboral y sanitaria.
   Bruselas ha publicado una serie de directrices u orientaciones 
dirigidas a las autoridades nacionales y agentes sociales para que 
"renueven sus esfuerzos para cumplir su función de garantizar una 
aplicación correcta de las normas".
   El comisario de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, ha 
recordado que cada año "cientos de miles de trabajadores temporeros" 
ayudan a mantener sectores "vitales" como el agroalimentario y la 
pandemia de coronavirus "ha puesto de manifiesto las condiciones de vida
 y trabajo adversas a las que se enfrentan".
   "Esto hay que solucionarlo. Nuestras directrices son una llamada 
de atención a los Estados miembros y a las empresas para que se aseguren
 de que están cumpliendo con su obligación de proteger a estos 
trabajadores indispensables a la par que vulnerables", ha enfatizado.
   En ellas, Bruselas insta también a organizar campañas de 
concienciación sobre los requisitos de seguridad y salud en el trabajo, 
ayudar a los empleadores a aplicarlos y proporcionar información clara 
en una lengua que los temporeros entiendan.
   A nivel comunitario, Bruselas ha anunciado que recogerá datos 
sobre el trabajo de temporada dentro de la UE para identificar los 
principales desafíos, elaborará una encuesta sobre los trabajos de alto 
riesgo y organizará un encuentro con los interlocutores sociales sobre 
la situación de los temporeros.
   Las directrices de la Comisión recogen los derechos de los 
trabajadores de temporada independientemente de su condición, ya sean 
ciudadanos europeos o nacionales de terceros países. También están 
incluidos aquellos que trabajen en el extranjero de manera regular por 
iniciativa propia o quienes hayan sido desplazados por su propia empresa
 o una agencia de contratación.
   Según los datos del Ejecutivo comunitario, más de 17,6 millones de
 ciudadanos europeos viven o trabajan en un Estado miembro distinto al 
de su nacionalidad. Sectores como el agroalimentario o el turismo 
dependen en gran medida del apoyo de este tipo de trabajadores, en 
especial durante ciertos periodos del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario