VALENCIA.- Eduardo Zaplana solicitó el pasado lunes la suspensión de sus 
comparecencias para firmas en la Ciudad de la Justicia por su 
investigación en el caso Erial, el blanqueo de millones de euros de supuestas comisiones a cambio de adjudicaciones amañadas, según Las Provincias. 
Dos son los motivos que la defensa del expresidente de la Generalitat 
alegó en su escrito. Por un lado, el estado de alarma y las actuaciones 
acordadas como urgentes por el Poder Judicial no incluían este tipo de 
controles que tienen como finalidad vigilar que los investigados no 
eludan la acción de la Justicia. 
Pero, además, en este caso se añadía el
 delicado estado de salud del exministro de Trabajo. Zaplana padeció una
 leucemia que terminó en un trasplante en 2015. Un simple resfriado se 
convierte en una cuestión de cierta importancia. 
Desde entonces debe 
someterse a continuas revisiones médicas e incluso, durante su estancia 
en prisión, fue trasladado al Hospital La Fe de Valencia por las 
complicaciones médicas. El especialista que lo trataba alertó de un riesgo vital en el caso de que regresara a la penitenciaría. 
Pero la jueza, el Fiscal Anticorrupción y los magistrados de la 
Audiencia que analizaron los recursos nunca creyeron que la cárcel 
pusiera en riesgo la vida del político. De hecho, sólo se le concedió la
 libertad provisional tras bloquear 6,3 millones de euros de dos cuentas
 en Suiza. Apenas 72 horas después de esa operación, el dirigente del PP
 recibió el alta médica y se marchó a su domicilio. 
El Poder Judicial acordó ayer suspender con carácter general 
este tipo de comparecencias. En la Ciudad de la Justicia de Valencia se 
seguían ayer practicando con normalidad. En este caso, estos 
procedimientos están centralizados en una garita. 
Esto fue una idea 
pionera en Valencia impulsada por el anterior juez decano de Valencia, 
Pedro Viguer y que, más tarde, fue exportada a otras provincias 
españolas. Los agentes de policía que recogen el cumplimiento de las 
firmas se encuentran en una garita de seguridad, aislados. Además, ahora
 se impedía que hubiera aglomeraciones en la cola.
La resolución del Poder Judicial, no obstante, acuerda que se 
podrán mantener las comparecencias apud acta siempre que los jueces 
aprecien circunstancias excepcionales para garantizar que el investigado
 no eludirá la acción de la Justicia.  Además, proponen que el control 
se efectúe a través de una llamada de teléfono.
Será clave el criterio de la Fiscalía Anticorrupción. El fiscal
 encargado del caso ya apreció en su día riesgo de fuga al disponer en 
el extranjero de un enorme patrimonio, circunstancia que posteriormente 
se confirmó tras la incautación de más de seis millones de euros de 
Suiza y, en total, cerca de 11 millones a todos los investigados. 
La Guardia Civil sigue el rastro de parte del dinero de Andorra cuyo 
paradero se ignora. Esta circunstancia, así como las elevadas penas a 
las que podría enfrentarse, pueden llevar al fiscal a forzar la 
comparecencia o medida de control. 
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