La Región de Murcia va a entrar en el siglo
 XXI de las infraestructuras ferroviarias desde el siglo XIX sin pasar 
por el siglo XX. ¿Están preparados los monederos de los murcianos para 
un tren de alta velocidad, más bien velocidad alta dado el trazado por 
la Vega Baja, cuyo precio por billete no encaja precisamente con el bajo
 nivel salarial y de pensiones que exhibe la Región de Murcia? Solo el 
7% de los contratos que se suscriben en Murcia son indefinidos. 
Estamos a
 la cola de España en salarios y pensiones aunque eso no impide que los 
murcianos sean los trabajadores más felices de España, según una 
encuesta de Adecco sobre felicidad en el trabajo. Un tuitero explicó que
 debe tratarse del ´síndrome de la rana cocida´ que padecemos los 
murcianos debido al exceso de sol y que podría definirse como «negación 
de la realidad y conformismo patológico hasta el extremo de no hacer 
nada por cambiar las cosas bajo la máxima de que todo es susceptible de 
empeorar porque más vale malo conocido que bueno por conocer». Ese 
síndrome podría ser la clave del éxito político del PP.
AVE y nivel salarial. 
El AVE no es accesible a todos los bolsillos. Eso es cierto. En cuanto 
tengan que viajar en ese tren dos miembros de una familia, compensará 
ampliamente ir en coche a Madrid porque viajar en ese tren saldrá 
demasiado caro. Y precisamente por eso es vital y crucial que el 
gobierno regional pelee con Renfe el mantenimiento de trenes de 
pasajeros a través de Cieza y Albacete a un precio más asequible y 
adecuado a las nada boyantes economías familiares murcianas. Al fin y al
 cabo, eso fue lo prometido a Murcia por el entonces ministro Álvarez 
Cascos en el pacto de San Esteban de 2001 que encabezó Valcárcel. Uno 
no, dos trenes AVE nos iban a dar por aceptar el AVE por Alicante y los 
amaestrados empresarios murcianos se lo creyeron. Todos a una con Ramón 
Luis, gritaron cual dartacanes.
La Región de Murcia acumula años 
de retraso y atraso ferroviario. Es incalculable el lucro económico 
cesante. Ya en 2003, tras el trágico accidente de Chinchilla en el que 
murieron abrasadas 19 personas al chocar un tren de mercancías cargado 
de gasoil con uno de pasajeros, el entonces vicepresidente de la 
comunidad, Antonio Gómez Fayren, clamó y exigió una línea ferroviaria 
decente para la Región de Murcia, y caso omiso. Los murcianos seguimos 
esperando el AVE que ahora se anuncia para la primavera de 2018, 
mientras a la variante de Camarillas le queda como mínimo un año porque,
 aunque está al 65% de ejecución, ahora deben construir una galería 
junto a uno de los túneles debido a la nueva normativa de seguridad. 
Tampoco hay planes para desdoblar y electrificar esa vía férrea como 
habría sido lo decente y responsable desde hace muchos años.
Norte/Sur. Los
 murcianos no solo somos víctimas de la sumisión política ante Madrid, 
sino que venimos sufriendo y pagando una cascada de decisiones políticas
 erróneas por mala planificación en unos casos e intereses inconfesables
 en otros. Veamos. El auténtico polo turístico de la Región de Murcia 
por sus maravillosos restos arqueológicos, el puerto y los cruceros es 
Cartagena. Me atrevería a decir que la línea del AVE a la ciudad 
portuaria y no el soterramiento debería haber sido la auténtica 
prioridad del Gobierno regional si, como dicen, solo les mueve el 
interés general.
Hoy tampoco estaríamos hablando del 
polémico y costoso soterramiento de las vías entre Senda de los Garres y
 Barriomar cuyo coste se cifra en seiscientos millones de euros si en su
 día, con permiso del fallecido Samper, hubiesen apostado por la opción 
de ubicar la estación de trenes al Norte de la ciudad donde ahora se 
ubica el centro comercial Nueva Condomina, donde el PGOU reservó terreno
 industrial; o si la propia Plataforma del Soterramiento, que también ha
 dado sonoros bandazos, hubiese aceptado la opción de hacer una nueva 
estación en Los Dolores, a tan solo tres kilómetros de El Carmen. 
El 
portavoz de la plataforma, Joaquín Contreras, obcecado con el convenio 
del soterramiento de 2006, llegó a calificar de ´cacicada´ la opción 
propuesta por Valcárcel en 2012 de llevar la estación de trenes a Los 
Dolores. Contreras dijo que el presidente regional estaba proponiendo 
«una estación de pueblo», aunque ahora sus camaradas aceptarían con los 
ojos cerrados esa alternativa ante la perspectiva de años de 
interminables obras y el riesgo de que se paralice el soterramiento con 
cualquier excusa política o económica como ha sucedido en Valladolid. 
Algo que muchos murcianos no afectados directamente por las vías no 
verían del todo mal porque creen, aunque no se atreven a verbalizarlo, 
que hay necesidades en sanidad y educación más importantes que soterrar 
las vías en tramos donde apenas hay viviendas.
Opciones. De
 haberse optado por la alternativa Norte que traía el tren desde Elche 
siguiendo el corredor de la A-7, el AVE ya estaría en Murcia. La 
alternativa defendida en su día por la pedanía de Alquerías, el Gobierno
 valenciano y los ayuntamientos de Orihuela y Benejúzar era la más 
recomendable técnica, ambiental y económicamente porque ya entonces los 
vecinos exigían el soterramiento. Donde ahora se ubica el centro 
comercial y el estadio de fútbol había terreno de sobra para haber 
ubicado la nueva estación multimodal de trenes y autobuses de Murcia 
sacando del centro de la ciudad unas estaciones que están encajonadas en
 los barrios del Carmen y San Andrés. Pero el Gobierno regional, Renfe y
 el ayuntamiento de Murcia alegaron en contra y prosperó la opción Sur 
por la Vega Baja «por sus excelentes condiciones de accesibilidad», 
dijeron.
Finalmente se eligió la alternativa Sur a pesar de ser 
un recorrido más largo, que ha resultado más costoso económicamente 
(cuanto más dinero en juego, mejor para algunos) y con un mayor impacto 
ambiental al discurrir por zonas inundables y de huerta. El Norte habría
 sido lo más conveniente para el interés general, pero puede que lo 
menos rentable para el interés particular de algunos como ha demostrado 
el caso judicial Nueva Condomina, que sentará en el banquillo a Cámara 
(dos años estuvo sin sacar dinero del cajero) acusado de un delito de 
prevaricación por favorecer los intereses del empresario en perjuicio de
 la ciudad de Murcia.
Lo más triste y lamentable es que durante 
el periodo de información pública de las alternativas Norte y Sur 
(corría el año 2002) solo se presentaron 33 alegaciones, lo que 
demuestra la falta de interés y la pasividad de la sociedad murciana de 
aquella época que ahora se lleva las manos a la cabeza por el muro del 
AVE en superficie cuando pudo haber peleado por alternativas más 
adecuadas.
La estación en Los Dolores, presupuestada en su día en
 cincuenta millones de euros, se propuso más tarde y también habría sido
 una opción infinitamente más barata y sencilla que el soterramiento 
porque permite desviar todos los trenes, incluidos mercancías, por una 
nueva plataforma paralela a la autovía del Reguerón para enlazar de 
nuevo con la vía férrea en Sangonera la Seca. Una opción que también 
habría sacado las vías del tren del centro de Alcantarilla, cuyo 
alcalde, Joaquín Buendía, no dice nada, pero tiene un grave problema del
 que van a dar cuenta los vecinos de Las Tejeras concentrándose cada 
miércoles en el entorno de las vías.
Valcárcel propuso con 
firmeza esa opción porque el propio PGOU había reservado una franja de 
terreno para un corredor ferroviario bajo la denominación (NI), pero la 
plataforma del soterramiento inexplicablemente la rechazó. Y Cámara y 
Sánchez Carrillo rápidamente se lo quitaron de la cabeza a Valcárcel por
 intereses que solo ellos conocen.
Intereses. No
 duden de que hay mucho dinero en juego con el plan especial del Carmen 
que se aprobó en 2010 para generar plusvalías urbanísticas con las que 
sufragar las costosas obras del soterramiento. Un plan especial del 
Carmen (aprobado sin informes preceptivos de CHS sino del EPA que 
acabará anulando la Justicia) que urbaniza un total de 207.290 metros 
cuadrados de los que 141.026 pertenecen a Adif, 11.559 a Gas Natural, 
23.503 están en manos particulares deseando que se soterren las vías 
para hacer negocio, y 18.316 a Latbus, que ya dio un pelotazo al vender 
esos terrenos por diecinueve millones de euros.
El 23 de junio de
 2006, solo un día después del convenio del AVE, la empresa de 
transporte vendió en escritura pública los 18.631metros cuadrados de sus
 viejas cocheras situadas en el entorno de la estación de El Carmen a la
 compañía inmobiliaria Urbis SA que finalmente acabó quebrando. 
El 
precio se fijó en función de la edificabilidad futura que iban a tener 
esos terrenos, ya que en la escritura se hizo constar que tenían 
inicialmente asignada una edificabilidad de 0,6m2/m2, pero se añadía un 
dato que ni Latbus ni Urbis debían conocer en esa fecha y era que por 
razón de la llegada del AVE estaba prevista la modificación del Plan 
General de Murcia en la que el indice de edificabilidad, por 
considerarse más adecuado para la viabilidad económica de la actuación, 
sería del 0,9%m2/m2. Latbus nunca explicó cómo supo que el 
aprovechamiento urbanístico se incrementaría un 50%. Solo algún ingenuo 
sigue creyendo que no hubo información privilegiada.
Tanto la 
alternativa Norte como Los Dolores eran opciones más ventajosas técnica,
 ambiental y económicamente para el interés general que mantener la 
estación en el Carmen con el consiguiente y millonario soterramiento de 
las vías que ahora se proyecta, pero esas opciones habrían dado al 
traste con los pelotazos pasados y los que han de venir.
Definitivamente, los murcianos padecemos el síndrome de la rana cocida.
(*) Periodista y jefa de Informativos de Onda Cero en Murcia

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