MURCIA.- El filósofo y director del Laboratorio de Inteligencia Mínima (MINT Lab)
de la Universidad de Murcia, Paco Calvo, ha abogado por abandonar la
perspectiva "antropocentrista y zoocentrista" que, según su opinión, ha
imperado en el mundo científico, para comprender mejor otras formas de
vida.
"Conocer mejor las plantas nos permite darnos un baño de
humildad como seres humanos", tal y como ha asegurado Calvo en
declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC)
del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Así, al referirse a la inteligencia o a las
distintas inteligencias, hay que determinar qué se entiende exactamente
por este concepto y definir qué seres biológicos pueden mostrar signos
de ella. Con esta premisa abrió en 2015 sus puertas el MINT Lab de la
Universidad de Murcia.
Dirigido por Paco Calvo, científico
cognitivo y filósofo de la biología, el trabajo de este equipo se enfoca
en las capacidades de las plantas que, hasta ahora, se han formulado
desde un marco teórico antropocéntrico y zoocéntrico.
"Gracias a no ser
biólogos vegetales y sí filósofos podemos hacernos estas preguntas sobre
la ciencia cognitiva", tal y como ha explicado a SINC el investigador.
Calvo comenzó a interesarse por el tema a finales de los años 90,
cuando realizaba el doctorado en San Diego, un momento en el que
"estaban de moda" las redes neuronales artificiales. Empezó a trabajar
en filosofía de la ciencia cognitiva, concretamente en modelización con
las redes neuronales, tratando aspectos de psico-lingüística, tal y como
recoge SINC.
Las redes neuronales artificiales tienen procesamiento distribuido en
paralelo, es decir, son redes masivamente distribuidas cuando no
encuentran un módulo central de procesamiento. Para el científico, eso
tenía mucho atractivo para comprender la cognición.
"El salto
natural era pasar de redes neuronales artificiales a redes neuronales
biológicas. ¿Y qué es un sistema masivamente distribuido por
antonomasia? Las plantas, que son un sistema descentralizado", ha
afirmado.
"Y si las plantas están aquí y no se han
extinguido, ¿qué estarán haciendo para pasar de no tener una unidad
central de procesamiento y seguir exhibiendo una conducta flexible y
adaptativa?", reflexiona.
El punto de inflexión en sus
estudios llegó en 2005, cuando estaba revisando una propuesta de libro
'Communication in Plants, Neuronal Aspects of Plant Life'. En ese
momento decidió coger un avión y asistir al Congreso de la Sociedad de
la Neurobiología Vegetal. Ahí publicaron el primer manifiesto de la
neurobiología vegetal.
Sus hallazgos a lo largo de dos décadas
las ha recogido en un libro escrito junto a Natalie Lawrence y titulado
'Planta Sapiens' (Descubre la inteligencia secreta de las plantas).
El
director del MINT Lab explica en este texto cómo la inteligencia mínima
se basa en una conducta no solo adaptativa, sino también lo
suficientemente flexible como para darse cuenta o enfrentarse a
contingencias del entorno o a eventualidades.
En este sentido,
uno de los hallazgos que se plasman en la obra es que las plantas
silvestres presentan una capacidad adaptativa mucho mayor que las
domésticas.
"Podemos decir que son más listas, que tienen más picardía y
que eso de que la necesidad agudiza el ingenio ocurre también en el
mundo vegetal", ha afirmado.
En una planta silvestre que no ha
sido maleada por el hombre, la distancia entre nodos es mucho mayor.
"En principio parece que su movimiento errático, pero no es así, es
mucho más rico. La planta tiene que ir escaneando el entorno, no se
pueden permitir el lujo de que llegue la agricultura y les ponga un
palito, tienen que trabajarse su supervivencia", ha destacado.
Su equipo ha realizado varios experimentos con plantas y anestesia,
cuyos resultados aseveran que todas las plantas se pueden 'desactivar'.
"Gracias a un potencial de acción, el disparo de una neurona también se
da en las células vegetales. Tiene que ver con el desequilibrio
eléctrico, en términos de cargas de iones entre el interior y el
exterior de la membrana", ha apuntado.
El filósofo sostiene
que en lugar de vislumbrar este hecho como algo anecdótico deberíamos
verlo como algo "obvio".
"Toda la vida de alguna manera se gobierna por
los mismos principios, en este caso en términos bioeléctricos", explica.
Las plantas también liberan ciertas sustancias en momentos de estrés,
una razón más para mantener una mente abierta y revisable respecto a
las definiciones en biología, pero sin caer en el antropomorfismo, es
decir, en atribuir intenciones humanas a las plantas.
Respecto
a la capacidad de anticipar el futuro, Calvo plantea que también existe
en el mundo vegetal, aunque de una forma diferente a los humanos.
"Nunca se separan de su entorno y sus respuestas se basan en una
'anticipación ecológica', es decir, en cómo interactúan en tiempo real
con su ambiente", ha señalado.
En el MINT Lab trabajan además
en dos proyectos relacionados con la memoria y el aprendizaje en estos
seres vivos. Uno de ellos consiste en replicar experimentos de
aprendizaje asociativo, como el clásico reflejo condicionado del perro
de Pavlov.
Por otro lado, Calvo deja caer que las plantas
también podrían tener personalidad, puesto que se ha descubierto que
diferentes especímenes de una misma especie pueden actuar de maneras
distintas. "¿Te imaginas a dos perros idénticos? Lo que se aleja de
nosotros, lo homogeneizamos", tal y como ha afirmado Calvo".
"Si dos organismos tienen genes distintos y han estado expuestos a
entornos distintos, el milagro sería que fuesen iguales", ha
ejemplificado.
En su
opinión, no puede decirse que haya una especie de planta más inteligente
que otra, porque cada una evoluciona según las particularidades del
entorno. No obstante, reconoce su especial predilección por las
trepadoras y su facilidad para estudiarlas.
"Las plantas hacen
una máxima descentralización de recursos. No tienen un corazón y unos
pulmones. Como no pueden huir: divide y vencerás. Comprender la
inteligencia de las plantas nos ayuda a darnos cuenta de que no somos
tan distintos y que somos más planta de lo que creemos", sostiene el
investigador.
El filósofo es consciente de que su libro y sus
hallazgos pueden hacer que le "explote la cabeza" a muchos vegetarianos o
veganos. Para ellos lanza un mensaje: "Olvídate de reinos de
procedencia, porque te puedes encontrar en tu mesa con un animal que
haya tenido una vida muy feliz o una planta que haya vivido estresada
desde el principio".
Calvo
también reflexiona sobre el futuro de la comunicación con las plantas y
cómo los avances tecnológicos permitirán "interpretarlas".
Otro de los aspectos que aborda el director del MINT Lab es la
posibilidad de considerar los "derechos" para las plantas, equiparándose
a los debates actuales sobre los derechos de los animales.
Aunque
considera que es especulativo, también recalca que existen precedentes,
como el Acta de Tecnología Genética de 2004 de Suiza, donde se planteó
que la dignidad de los animales, las plantas y otras formas de vida
deberían ser consideradas en cualquier investigación.
Esto
llevó al Comité Suizo de Ética en Biotecnología No Humana (ECNH) a
concluir, por mayoría, que los organismos vivos, incluidas las plantas,
tienen su propio valor inherente y, como tales, no deben usarse
frívolamente.
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