Ha costado y hemos asistido a comportamientos impresentables como los
 del Gobierno de Holanda contra España e Italia, por los que el 
Ejecutivo de La Haya ha pedido disculpas. Pero tanto los holandeses como
 también los alemanes se siguen oponiendo a mutualizar la deuda de la UE
 con los ya famosos ‘euro bonos’.
En contrapartida estos dos países apoyarán en el Eurogrupo que España
 e Italia soliciten el rescate pidiendo acceso a los fondos MEDE pero 
sin las condiciones estrictas (la vigilancia de los llamados ‘hombres de
 negro’) de los rescates de la crisis financiera de 2.008.
Y con un bajo interés a 6 años. Lo que le permitiría a España disponer de unos 9.440 millones de euros a lo largo de un año.
Así mismo la Comisión Europea prepara su ‘Plan Marshall’ contra la 
nueva recesión en la UE de unos 100.000 millones de euros e importantes 
créditos de lucha contra el paro. Y ello al margen de las ayudas 
financieras del BCE de compra de deuda pública de los Estados y 
concesión de liquidez a los Bancos.
Todos estos pasos son incompletos, por la ausencia de los ‘euro 
bonos’, van acompañados de las recomendaciones de las instituciones 
europeas a los países de la zona euro, como España, para mantener su 
compromiso en pos de la convergencia fiscal aunque los plazos previstos 
para los logros de ese ambicioso objetivo se aplazarán dos o tres años 
más.
En todo caso lo más importante de estos últimos movimientos y 
decisiones políticas y económicas en la UE está en que los primeros y 
más importantes dirigentes políticos europeos, como la alemana Ángela 
Merkel, han acabado por reconocer que si fallaba la solidaridad europea 
en favor de las naciones más afectadas por la crisis sanitaria y 
económica sería la Unión Europea la que estaría en peligro.
De la misma manera que la Unión Europea saldrá reforzada si logra 
superar la doble crisis económica y sanitaria y se convertirá en una 
sólida referencia mundial. Dejando en evidencia a los populismos y 
nacionalismos que están en contra de la UE y de la fortaleza y unidad de
 sus Estados, lo que sería un beneficio añadido al resultado de la firme
 cohesión de la UE.
(*) Periodista

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