MADRID.- La estrategia fiscal del Gobierno 
pasa por mantener prorrogados los Presupuestos de 2018 el resto del año y
 por trasladar a 2020 las medidas tributarias incluidas en los fallidos 
Presupuestos de 2019, manteniendo el impacto esperado de dichas medidas 
en 5.654 millones de euros de ingresos adicionales.
 
Ese impacto recoge también el efecto de las medidas de lucha contra el 
fraude y de las dos nuevas figuras tributarias (transacciones 
financieras y servicios digitales) que los socialistas impulsaron 
mediante sendos proyectos de ley que decayeron con la convocatoria 
adelantada de elecciones, según la actualización del Programa de 
Estabilidad 2019-2022.
 La ausencia de nuevos presupuestos en 2019 lleva al 
Gobierno a plantear un déficit del 2 % del PIB en 2019, frente al 1,3 % 
actualmente vigente, si bien supondrá una reducción de medio punto con 
respecto al cierre de 2018 (2,5 %) gracias a que se han adoptado medidas
 adicionales de ingresos con una recaudación prevista de casi 3.800 
millones este año, según detalla el Programa de Estabilidad.
 "Junto a estas medidas fiscales adoptadas, el Gobierno prevé destinar 
los ingresos o ahorros excepcionales (por ejemplo derivados de la 
reducción de tipos de interés) a la reducción adicional del déficit o de
 la deuda pública", añade el documento.
 Se prevé 
seguir rebajando el déficit público al 1,1 % del PIB en 2020 y al 0,4 % 
en 2021, para alcanzar el 2022 el equilibrio presupuestario.
 A partir de 2019 se esperan superávit primarios (descontando los 
intereses de la deuda), lo que posibilitará acelerar la reducción del 
nivel de deuda pública sobre PIB, hasta situarse por debajo del 90 % al 
cierre de 2022.
 El principal ingreso de las medidas 
tributarias pospuestas para 2020 serán los 1.776 millones procedentes de
 establecer un tipo mínimo del 15 % en el Impuesto de Sociedades para 
grandes empresas y de la limitación de las exenciones.
 Le sigue el impuesto digital con 1.200 millones, el que grava las 
transacciones financieras con 850 millones y la fiscalidad verde con 670
 millones que incluyen la subida de la tributación del diésel en 3,8 
céntimos por litro.
 La lucha contra el fraude serán 
otros 828 millones, el incremento del impuesto del patrimonio recaudará 
339 millones y la subida del IRPF para rentas superiores a 130.000 euros
 anuales y a 300.000 euros ingresará 328 millones, entre otras medidas.
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