Cuando esta mañana de martes calurosa de agosto, este cronista ha 
oído decir a un dirigente del Partido Popular que Rajoy está dispuesto a
 todo para atraerse a Albert Rivera, no sabe por qué, se ha acordado de 
Los Panchos, ese conocido grupo musical mexicano (dos mexicanos y un 
portorriqueño), fundado en los años cuarenta del siglo pasado en Nueva 
York, y que hicieron del bolero su principal signo distintivo.
Como si fuera la letra de un bolero, el vicesecretario del Partido 
Popular que mejor comunica, Javier Maroto, declaraba (o se declaraba, 
mejor) que Rajoy estaba dispuesto a todo, con tal de conseguir el ” Sí” 
de Rivera a sus planes. Con un cierto tono de desdén, Maroto sacaba a 
relucir al otro, y se preguntaba cómo lo consiguió Pedro Sánchez y no lo
 puede conseguir Mariano Rajoy que -no lo ha dicho- ha ganado unas 
elecciones generales dos veces y volverá a ganarlas de nuevo si hay unas
 terceras elecciones, según las previsiones hechas públicas por el CIS 
(Centro de Investigaciones Sociológicas) y con el que, teóricamente, 
tiene mucha más afinidad y empatía.
Por eso, quizás este cronista se haya acordado, de lo que tiene de 
romántica la declaración del dirigente popular, e inmediatamente, la ha 
relacionado con un bolero que, todavía, sigue triunfando en estas noches
 veraniegas de agosto, cargadas de misterio y de espera y que prometen 
que Si tú me dices ven, lo dejo todo:
Si tú me dices ven, lo dejo todo
si tú me dices ven, será todo para ti
mis momentos más ocultos,
también te los daré,
mis secretos que son pocos,
serán tuyos también.
Antes de esperar si el bolero que empezaba a entonarse la víspera del
 decisivo encuentro de este miércoles entre el presidente del Gobierno 
en funciones, Mariano Rajoy y Albert Rivera terminaba con el “Si ” del 
líder de Ciudadanos y, lo dejaba todo, incluso sus compromisos de 
abstenerse en la segunda votación de investidura de Rajoy, sobre la que 
pensaba exigir una fecha concreta a pactar con la presidenta del 
Congreso de los Diputados, Ana Pastor, el señor Rivera, en vista de que 
estaban dispuesto a todo, le daba la vuelta a la tortilla y el que 
entonaba el bolero era él.
Mientras en su entorno decían que era difícil que el líder de 
Ciudadanos lo dejase todo, que Rivera había dejado ya algo, que había 
cambiado el “No” por la abstención y que, salvo los contactos que 
estaban manteniendo De Guindos y Garicano sobre el Techo de Gasto, de 
cara a los Presupuestos, y el compromiso de defender la Unidad de 
España, frente al desafío independentista, no se había discutido de nada
 de ese amplio resumen de coincidencias programáticas, entre el PSOE y 
Ciudadanos. Ni se había prometido nada, ni había habido la menor muestra
 de entrega, ni, por supuesto, nada de compartir “los momentos más 
ocultos” o los “secretos” que serán suyos también.
Cuando ya estaban dispuestos a darle todo y, esperando el “Ven”, 
Rivera, decidía comparecer de improviso horas después de la declaración 
de Maroto, para anunciar que para negociar con el Partido Popular Rajoy 
debía aceptar seis condiciones sin las cuales ” no habrá negociación”. 
El primer punto es que no haya cargos públicos imputados en casos de 
corrupción. La segunda pasa por eliminar los aforamientos “para que los 
políticos sean iguales de cara a la justicia que el resto de 
ciudadanos”. 
La nueva Ley electoral con listas desbloqueadas, mayor 
proporcionalidad y fin del voto rogado es una condición fundamental, 
así como acabar con los indultos por corrupción. La quinta condición 
pasa por la limitación de mandatos políticos a ocho años. Por último, 
Rivera, en fin, le pide a Rajoy que haya “transparencia” para que se 
pueda esclarecer casos como el de Bárcenas, a través de una comisión 
parlamentaria.
En resumen, lo de Maroto lo tomaba Rivera como referencia y, a su 
vez, se manifestaba dispuesto a darlo todo, a cambio del “Ven” de Rajoy 
y, el inicio del desbloqueo en el que está el país desde hace siete 
meses y medio. Antes de iniciar su comparecencia Rivera le comunicaba a 
Rajoy que estaba dispuesto a darle todo, igual que le había ofrecido el 
vicesecretario popular, a cambio de que viniese, fuese o que se 
dirigiese, hacia la regeneración política. En principio, Rajoy parece 
que deja todos sus prejuicios y este miércoles concretará en el decisivo
 encuentro entre los dos, en el Congreso de los Diputados…
(*) Periodista y economista

No hay comentarios:
Publicar un comentario