MURCIA.- La Consejería de Presidencia, a través de la 
Dirección General de Medio Ambiente, reforzará durante los meses de 
julio y agosto el servicio de vigilancia en la Isla Grosa y El 
Farrallón, con el fin de evitar el desembarco en la isla, ordenar el 
fondeo, las actividades subacuáticas y la navegación, y preservar así su
 riqueza biológica. 
   Así, la Isla Grosa y el Farrallón cuentan en la actualidad con un 
perímetro de protección para evitar el paso de barcos por zonas 
sensibles y de personas al área de tierra, ya que un acceso incontrolado
 provocaría serias pérdidas de sus valores ecológicos. 
   El servicio de vigilancia se desarrollará a diario durante los 
meses de julio y agosto, tanto en tierra como en el área de 
amortiguación marina y el entorno a ambos islotes, si bien estas labores
 de control y vigilancia se mantienen activos durante todo el año. 
   De este modo, se estima que durante este año navegarán en el 
entorno de estos emblemáticos islotes de la costa murciana más de 10.000
 barcos, según han informado fuentes del Gobierno regional en un 
comunicado.
   Desde la Consejería se recomienda a los navegantes fondear y 
navegar fuera de la línea de boyas que marcan la zona de amortiguación 
de la Isla Grosa y el Farallón, evitar producir ruidos innecesarios, 
molestos para otros usuarios y la fauna, recoger el ancla de manera 
respetuosa con el fondo marino, no verter al mar sólidos o líquidos y 
respetar la bandera alfa de las embarcaciones o boyas que indica la 
presencia de submarinistas debajo del agua y mantiene la distancia de 
seguridad.
   A los buceadores se les pide que se informen del punto de buceo 
antes de hacer la inmersión y respetar la normativa específica, bucear 
con autorización o con un centro o club autorizado, controlar la 
flotabilidad para no tocar el fondo con las aletas, evitar el arrastre 
de su equipo y respetar la distancia a paredes y fondo marino.
   Igualmente, se les pide que frenen el descenso para evitar reposar
 sobre el fondo, no alimentar ni molestar a los seres vivos que 
observen, evitar entrar en las cuevas porque las burbujas de aire 
afectan negativamente a todos los animales que viven en el techo, y 
participar en iniciativas para conservar el entorno marino.
   Debido a sus importantes y frágiles valores naturales, en 2001 la 
isla fue cedida por el Ministerio de Defensa a la Comunidad Autónoma, 
con el objetivo de adoptar las medidas de conservación necesarias para 
evitar su deterioro. 
   Así, son varias las figuras de protección ambiental, a escala 
regional, europea e internacional, que amparan este enclave litoral, que
 cuenta con una abundante pradera de Posidonia oceánica, homogénea y en 
buen estado de conservación, que contribuye a la mantener la calidad de 
las aguas y que alberga gran diversidad de especies marinas atractivas 
para el buceo.
   Entre los años 2004 y 2007 se llevó a cabo la adecuación de las 
antiguas instalaciones militares para destinarlas a la investigación y 
la vigilancia de este entorno. Se desarrollaron acciones de conservación
 de los hábitats, con financiación de un proyecto LIFE-Naturaleza, para 
garantizar la reproducción y supervivencia de la Gaviota de Audouin 
(Larus audouinii), que por entonces contaba con cerca de mil parejas en 
la isla, la tercera colonia de nidificación más importante a escala 
mundial. 
   También se abordó la elaboración de un Plan de Gestión para la 
Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), como herramienta de 
planificación y gestión del hábitat y de las especies presentes en los 
islotes, además de otras acciones entre las que destacan las destinadas a
 la conservación y recuperación del hábitat del paíño (Hydrobates 
pelagicus) y del cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis).
   Además, la Consejería lleva a cabo y coordina trabajos que 
contribuyan a la conservación de Isla Grosa y su entorno marino, 
desarrollando las medidas apropiadas para mantener su estado de 
conservación. 
   Entre las tareas y estudios destacan los censos de varias especies
 de aves marinas, anillamiento científico, manejo y estudio de los 
hábitat, información ambiental, estudios del medio marino y jornadas 
formativas sobre ecobuceo. Estas acciones cuentan con un presupuesto de 
unos 70.000 euros.

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