MURCIA.- La mujer de Francisco Gil Eguino, a la que se le imputa la  utilización de fondos de Limusa para costear los estudios universitarios  de su hija, ha declarado entre lágrimas que "en mi vida he hecho nada  ilegal".
   En la jornada vespertina de la vista oral por Limusa, por la que  se investiga una presunta trama de corrupción entorno a la empresa de  limpieza municipal de Lorca con el mismo nombre, la acusada señaló que  costeó los estudios de su hija en base al convenio "privilegiado" de la  empresa, "ajustándose a la legalidad", y que la empresa no le pagaba el  coste de las matrículas hasta que certificaba que las había abonado.
   Además, incidió, "siempre he dicho que éramos unos privilegiados  por trabajar con un convenio como tal, pero todos estábamos regidos por  el mismo convenio". Nuestra hija, explicó, "no daba la nota para la  universidad pública, y buscamos en 14 o 16 universidades en toda España,  pero no pudo ser".
   "Esa es la realidad, aún así la hubiéramos enviada pidiendo un  crédito en el banco porque para nuestros hijos no íbamos a escatimar,  como cualquier padre", añadió.
   Asimismo, ha manifestado que la gestión de la empresa municipal no  se vio nunca mermada "ni un minuto ni cinco" por las empresas privadas  de Francisco Gil Eguino, ex gerente de esta empresa municipal lorquina; y  señalado que nunca escuchó que nadie se quejara por eso y que si  alguien hacia una hora de más, "la cobraba, pero no del dinero de  Limusa".
   Tampoco escuchó que nadie hablara mal de su marido, "la mayoría le  estaba agradecido y aseguraba que habían aprendido mucho con él y eso  que era exigente, pero primero con él mismo", indicó.
   Ofelia González aseguró también que nunca ha tenido un trato de  favor por ser su mujer, todo lo contrario, apostilló, "tenía que estar  mucho más atenta", y "nunca he salido de la oficina a tomar café ni sola  ni con mi director, siempre con mis compañeros, que me han hecho sufrir  mucho".
   Así como que tampoco ha participado en comidas y viajes a costa de  Limusa, a excepción de un viaje a Tenerife "para realizar un curso" y  en el caso de acompañar a Gil Eguino era porque así se lo pedía su  superior, Asensio Díaz.
   "En la oficina Ofelia y Gil Eguino no eran marido y mujer, él era  el director y yo una oficial de Primera y las órdenes me las daba Díaz",  subrayó, "sólo me he valido de ello en beneficio de mis compañeros". 
   Algo alterada apuntó que las mejoras salariales "nos las habíamos  ganado día a día y año tras año, no de recién llegados", y la mía,  recalcó, "era una de las compensaciones más bajas".
   En este sentido, aseguró no entender como un oficial  administrativo, "un hombre de la calle", que fue contratado con  posterioridad cuando su marido ya no era director de Limusa, consiguió  desde la primera contratación que se le aplicaran mejoras salariales de  más de mil euros. "Pero nadie hablaba y yo ya tenía bastante", denunció.
   Preguntada sobre la retirada de 120.000 euros de cierta entidad  bancaria tras ser su marido despedido y detenido, ha argumentado que "no  sabía lo que ocurría", y que lo hizo por miedo, "no sabía el dinero que  iba a necesitar, con lo cual me lo guardé para poder vivir". 
   Tras lo que aseveró, "llevamos tres años con las cuentas  bloqueadas", dígame usted, preguntó al fiscal, "de qué hubiéramos podido  vivir y pagar las hipotecas que debemos y seguimos rigurosamente  pagando aún no siendo nuestras". 
   Finalmente, ha señalado emocionada que su último año como empleada  en Limusa, cuando su marido ya había sido despedido y detenido, fue muy  duro. "Me crucificaron, era como un perro, nadie me hablaba ni me  miraba", lamentó.
   Por su parte, el ex diputado regional Bartolomé Soler, que fue  consejero delegado de la empresa municipal, ha vuelto a la sala de  vistas, ya que la acusación particular del ex empleado de Limusa que  denunció la trama, Jacinto Parra, el letrado Ricardo Mateos mantiene  contra él y Gil Eguino un presunto delito de 'mobbing'. 
   En este sentido, cabe recordar que en la primera sesión del juicio  el fiscal llegó a un acuerdo de conformidad con los abogados de tres de  los acusados, entre ellos el ex diputado Bartolomé Soler, que suponía  una reducción de sus penas, con un año y medio de prisión, además de un  año, un mes y 15 días de inhabilitación para cargo público.
   Sobre la acusación de 'mobbing', Soler ha asegurado que su trato  con Jacinto Parra siempre fue "cordial y respetuosa" y que cuando éste  le manifestó que "su agobio personal" por tener que volver a trabajar,  tras estar de baja por un accidente de tráfico, se ofreció a ayudarlo y  mediar, y que le apuntó que primero era su salud, pero "nunca" hablaron  sobre irregularidades ni de mobbing.
   Al hilo, ha declarado que nunca tuvo queja de Gil Eguino, ni le  constaba que éste y su esposa, Ofelia González, realizaran viajes  personales a costa de Limusa. 
   Por último ha señalado que las mejoras salariales en Limusa  estaban justificadas por la ampliación de competencias y trabajo de la  empresa entre 2003 y 2007, y ha destacado la necesidad de los viajes,  por lo menos, los que él realizó, "con cargo al Pleno".
    La sesión del juicio oral de Limusa continuará mañana, en horario  de mañana y tarde, con la declaración de los testigos. La siguiente  sesión se sucederá, previsiblemente, este viernes.
2 comentarios:
Lagrimas, lagrimas, lagrimas, ¿de plañidera o cocodrilo?
Árbol caído leña para leñadores...ahora muchos quieren hacer leña de esta pareja que esta en desgracia. Si cometieron un eror o cayeron en tentación Dios los ayude.
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